jueves, 12 de diciembre de 2013

Si Siempre Fuera Así.

Si Siempre Fuera Así.

Susana T. Más Iglesias Vedado 13 de noviembre de 2013.

En términos generales la población se queja del trato que recibe por parte del personal al entrar a las tiendas comercializadoras en divisa, donde con  frecuencia  advierten que  el personal que labora en esos establecimientos,  siempre da la sensación  de que atender al usuario, es algo que imaginan de favor y no lo interiorizan como el  desempeño por el cual perciben un salario, además de no poner en práctica los conocimientos adquiridos para la gestión de venta. En ocasiones algunos de ellos muestran indiferencia al ver acercarse al consumidor,  si están  al habla  por el teléfono ni se inmutan, o sencillamente (algo que está en moda), por  tal de no atender como es debido, le dicen al cliente que el producto es de mala calidad y si es calzado ni se esfuerzan por buscar otro número, aluden que es el único que tienen.
Sin embargo no siempre es así. Por eso cuando  algún colectivo trabaja como es y atiende al consumidor con esmero y profesionalidad es digno que se hable de ello y que se le reconozca también. Así es el caso de  los trabajadores del mercado ubicado en calle 1ra. y 42, Miramar.
Al entrar allí cualquiera entra en shock al percibir con la amabilidad y paciencia con que atienden al cliente, además que esto se advierte desde el portero, la señora que atiende el guarda bolsos, hasta cualquiera de los empleados que muestran su profesionalidad, se esmeran en indicar o explicar lo que el comprador solicita y si no tienen lo solicitado y conocen dónde lo hay, lo refieren con afabilidad. Esto sobre todo sucedió en el área de perfumería, donde la joven muchacha que se encontraba tras el mostrador el día 5 del presente, atendió con destreza a más de 7 personas que allí se encontraban, y sin saber que era observada con mucha paciencia y conocimientos reveló las cualidades de productos como polvo de decoloración, peróxidos de distintos volúmenes y perfumes que solicitaban los interesados.
En ningún momento se le notó rasgos de disgusto, indiferencia o impaciencia ante tantas preguntas y solicitudes de fragancias  a escoger, al contrario, casi con una ternura familiar, por lograr una buena venta, la misma hizo demostración de sabiduría acerca de  propiedades y calidad de los productos que vendía, cosa extraña hoy en día y poco frecuente de advertir  si no es, o va acompañada por un extranjero.
Lo mismo sucede en la tienda que perteneció a la cadena  Dita, hoy traspasada a TRD ubicada en 10 de Octubre entre Calzada de Luyanó y San Nicolás, en específico el trabajador que atiende la parte de útiles del hogar, no repara en abrir una cortina para exhibir o explicar para qué sirve determinado objeto que esté en venta; él se interesa por lograr  que el cliente siempre acceda a la compra de algún adorno o utensilio.
Cuando se distinguen  aptitudes como esas, lejanas incluso de la obtención de alguna propina, se siente una confusión abismal y queda con la admiración de que aún quedan personas trabajadoras del comercio con deseos de ayudar o servir al prójimo.
Por eso cuando esto sucede en lo primero que se piensa es: ¡si siempre fuera así!




¿Quién niega la discriminación? Susana T. Más Iglesias

¿Quién niega la discriminación?
Susana T. Más Iglesias
El Vedado, La Habana, (PD)
Algunas personas apoyan el concepto equívoco de que en Cuba no hay discriminación racial. Como la máxima dirigencia del país lo afirma así, con la mayor ceguera, agachan la cabeza y lo asumen como un hecho, sin tan siquiera acudir a lo que poseen de materia gris en su cerebro para darse cuenta de la existencia del racismo
Se conoce que en Cuba, un país lleno de mestizaje, existe discriminación incluso hasta para la ocupación de puestos de trabajo con determinada relevancia. Se distingue a las claras también la discriminación de sexos para la ocupación de plazas laborales. Es peor aún si se trata de una mujer negra.
Cuando se camina por las calles del Vedado, cercanas a la heladería Coppelia, o por cualquier otro lugar de La Habana, no escapa a la vista la cantidad de jóvenes negros de ambos sexos que deambulan por las aceras, o permanecen en ellas, como se dice “buscándose la vida” en la encomienda de vender ropas, calzados, mercancías comestibles, desde chucherías hasta subproductos cárnicos, viandas frutas o vegetales.
Por el contrario, es muy difícil por no decir imposible, hallar en un establecimiento de las cadenas de tiendas más costosas o de alta categoría un o una dependiente que sea algo más oscuro de lo que llamamos tez trigueña.
Aquí solo está de manera constante la mayor representación de la raza negra en fábricas, en la construcción, en el mantenimiento de líneas férreas, en plazas de sepultureros, barrenderos, y como mejor alternativa en la policía, el deporte o la música.
Existen cuerpos de baile profesionales donde no se ve una negra, al igual que en programas de participación de adultos o infantiles, su presencia  es nula o casi nula. De estar, no tienen nunca papeles principales, o la cámara las evade con rapidez. Lo mismo ocurre en los hoteles, boutiques, firmas corporativas, plazas relacionadas con el turismo y otras.
Hay lugares donde prefieren poner a una persona de raza blanca, por contrata, ya que es jubilada, antes de poner fija a una negra capacitada y apta para el desempeño de las funciones.
Cierto que las prisiones y los centros de reclusión por discapacidad mental están llenos de negros. ¿Alguien del gobierno se ha dedicado a analizar la trayectoria social que han tenido ellos, los obstáculos y tropiezos con los que tuvieron que lidiar después de culminados sus estudios, los que enfrentaron desde su inicio en el círculo infantil, las condiciones de vida y habitabilidad? Nada de esto se tiene en cuenta cuando van a ser sancionados.
Cuando son menores y presentan problemas de atención familiar, ya sea maltratos o carencia de amparo filial, no son atendidos o supervisados por el Estado hasta tanto incurren en un delito.
Muchachas o mujeres negras no pueden transitar tranquilamente por El Vedado sin que sean detenidas por la policía y comprobado su estatus.
Sin embargo, las de otro color de tez, son menos asediadas o simplemente no “se advierten” a la vista de las autoridades, a pesar de su vestuario provocativo y singular, que denota el motivo de su presencia en determinadas áreas, aunque por lo general son conocidas y tratadas con familiaridad.
En las reuniones del Buró Político del Partido Comunista y del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros no llega al 2% la representación negra. Conocedores de todos estos aspectos, aún algunos aseveran que en Cuba no hay racismo, y que todos los cubanos somos iguales y tenemos los mismos derechos.
Para Cuba actualidad:




Publicado en Primavera Digital

Cosas Más Importante que un Niño.

Cosas Más Importante que un Niño.

Susana T. Más Iglesias, La Habana 15 de noviembre de 2013

La frase “Nada es más importante que un niño”, que formuló nuestro Apóstol, y reprodujo el gobierno revolucionario de forma constante en todas las divulgaciones de promoción política, al parecer pasó a ser una segunda expectativa a la hora de tenerlos en cuenta. De nada sirve que ostenten en reportajes televisivos las condiciones de una sala (la cual  preparan para ocultar la verdad), si las personas de pueblo que acuden a diario saben que las condiciones de todos los hospitales del país son  críticas.
Se puede comenzar por analizar que los hospitales infantiles de la ciudad, los que se supone sean el ejemplo de buen estado e higiene, carecen de buen aspecto en su edificación, las salas muestran el pésimo estado de paredes, puertas, ventanas y baños, así como también fregaderos de los pantry, sumado a ello las tuberías que abastecen de agua a trabajadores y pacientes.
Lo que no se entiende es que se dé prioridad  a la reparación  (después de 17 años) del cabaret Tropicana de Santiago de Cuba con vista a su explotación en el renglón turístico, y como si fuera poco se divulga la noticia por los medios de difusión masiva como algo relevante, sin antes analizar que los hospitales destinados a infantes, en términos generales están en total abandono.
Se puede hacer un análisis crítico y advertir que el estado ha dirigido más dinero a la construcción de hoteles y su avituallamiento que a mantener una política de salud con el mayor bienestar en aras de mantener la misma en óptimas condiciones. De hecho, como ejemplo está el mismo edificio donde se encuentra el Ministerio de Salud, el cual cae a pedazos por dentro, con cristales rotos de años y en  sus escaleras la presencia del deterioro por el tiempo transcurrido desde su construcción, sin que se le  dedique un mínimo mantenimiento, a pesar de  estar situado en la céntrica  Rampa del Vedado.
Es de conocimiento que todo ministerio o institución tiene asignado su presupuesto anual para cubrir las necesidades del mismo, ¿pero a dónde va a parar la fortuna que  acrecientan  las misiones médicas que brindan los cubanos en otros países?
Hay que ser muy indolente para permitir que niños enfermos y sus acompañantes respiren toda una noche y gran parte del día el fétido olor que despiden los baños, que las mamás no tengan facilidades para lavar tan siquiera los cubiertos, a no ser que almacenen agua en alguna vasija.
Puede que exista un bloqueo monstruoso hacia la isla que no permita la obtención de  medicamentos, pero del botín adquirido por concepto de misiones bien se puede destinar una parte a la compra de sábanas, bandejas, útiles de limpieza, más reparaciones, y no olvidar  jamás que al hospital se acude por necesidad, no por deseo propio, y es allí donde la ciudadanía puede distinguir que en realidad… nada es más importante que un niño.



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jueves, 5 de diciembre de 2013

Te llevo a donde me conviene.

Te llevo a donde me conviene.

Susana T. Más Iglesias, La Habana 8 de noviembre de 2013.

El gobierno de Cuba recibe mensualmente un sin número de visitas integradas por  funcionarios y dirigente diversos países del mundo. Algunos de ellos se preocupan en saber cómo funciona el sistema educativo y la atención a niños en edad escolar, mientras otros muestran su interés en las instalaciones culturales, deportivas  o de atención a la salud. Como se sabe, a estas personas que se interesan en saber cómo es en realidad la vida del cubano y la atención que reciben por distintos conceptos, les  programan los lugares que visitarán mucho antes de arribar al país, y siempre son a las mismas plazas: la escuela vocacional Lenin, Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), el Palacio de las Convenciones, Escuela militar  “Camilo Cienfuegos”, Centros Turísticos de la ciudad y nunca falta el recorrido por las playas de Varadero. En fin, ven lo que  no tiene sentido que conozcan.  
A las visitas no solo se les debe enseñar la cara bella del país, sino también la cara oculta, donde se refugian y desarrollan los que no han tenido las puertas abiertas para poderse desarrollar dentro de lo normal de un país  y se han conformado con vivir sin resolver sus necesidades.
A nadie se le ocurre trasladar a los que arriban a la isla  hacia zonas de la ciudad donde es difícil encontrar una sonrisa infantil, o el regocijo de haber llegado a la ancianidad, nunca los dirigen a ver ese sector más pobre que tiene la sociedad: los marginados.
Cuando se dice marginal, casi siempre se transforma la realidad de la palabra y se piensa en el ciudadano de mala  formación y conducta antisocial. La vida de las personas que habitan estos barrios no se hace  fácil de transitar, pero nunca se hace una pausa para pensar en por qué estas personas  llegan a la marginalidad. En ello juegan factores como poca atención por parte del estado, situaciones económicas, la discriminación social-racial y condiciones inhumanas de viviendas,  por lo que este sector se ve obligado a estar envuelto en los más trágicos problemas de la vida cotidiana.
Nunca se ha visto en reportajes de TV que se revele a los visitantes el  conocimiento de cómo es la vida de esta personas, que a pesar de formar una buena parte de la población, son discriminados y exentos de que se conozca en las condiciones que viven y se desarrollan, pues en definitiva hay que tener en cuenta que de ahí también surgen  generaciones que en el futuro integrarán la sociedad cubana.
Es necesario que los turistas y visitantes de igual forma sepan de buena tinta cómo se vive en  todos estos sectores poblacionales en marginalidad de la isla y se trasladen de cuando en vez a conocer rostros infantiles donde resalta la desilusión, amargura y tristeza.
Tal vez ellos puedan crear y desplegar proyectos que  ayuden con su colaboración a que sus  vidas tomen un matiz más placentero.




 P/D Publicado en Primavera Digital de Cuba.

Deficiencias Bancarias en el País

Deficiencias Bancarias en el País

Susana T. Más Iglesias, La Habana 8 de noviembre de 2013.

A pesar de las justificaciones expuestas en  Mesa Redonda sobre las deficiencias del sistema bancario en el país, no se puede obviar que el mismo carece de organización y disciplina por parte de sus directivos y trabajadores que no realizan su labor como corresponde, con conciencia y humanidad.
Es triste ver ancianos permanecer  en largas colas por dos y tres horas para poder obtener el beneficio de su jubilación; casi nunca tienen donde sentarse, ni mucho menos acceso a un baño y en ocasiones expuestos al intenso sol durante un buen tiempo.
Cualquiera que haya hecho un trámite bancario obligatoriamente tuvo que pasar por los senderos de la burocracia  o por los del antiguo juego donde se escuchaba  la frase “allí fumé”, cuando después de esperar por minutos en una ventanilla, sin una disculpa  le envían a otra, ya sea porque se agotó el dinero o porque el trabajador va al baño o a almorzar.
Este sistema también posee otras incorrecciones como trámites que pueden ser resueltos en menos tiempo del que se toman, demostrando la ineficacia en todo momento con la demora que está lejos de satisfacer las necesidades de la población.
En cuanto a  cajeros automáticos hay mucho que decir y nada satisfactorio: se encuentran muy aislados dentro de los municipios que existen, en ocasiones reiteradas están fuera de servicio, sobre todo en los días de más demanda por pagos a los trabajadores, casi nunca funcionan de noche y tampoco es confiable que se pueda adquirir billetes de a cinco, tanto en CUP, como en CUC, moneda  que más extrae la población por lo bajo de sus pensiones o salarios.
Por ejemplo, en el único banco que se encuentra cercano a la esquina de Toyo, en el municipio 10 de octubre, el miércoles 6 del presente, en el horario de las 10 de la mañana, los cuatro cajeros que se encuentran allí situados estaban fuera de servicio por mantenimiento, lo que originó  el desaliento y disgusto de los que se trasladaron hasta allí para la extracción de dinero. Algo más que disgusta a la población es que dichos aparatos no tienen con regularidad billetes de a uno, y por obligación nunca pueden cobrar todo su salario, si este lleva importe fraccionario tienen que esperar meses hasta tener en fondo los cinco pesos para cobrarlos.
Lo primero que deben lograr los funcionarios que rigen las actividades bancarias es modificar el sistema de gestión, que su personal trabaje en aras de eliminar las largas filas, complacer a los que allí acuden y tratarlos con afabilidad y respeto, recordando que ellos van allí por necesidad y son dignos de un buen trato.



  

jueves, 7 de noviembre de 2013

Contaminación Permanente

Contaminación Permanente


Susana T. Más Iglesias, Vedado 22 de septiembre de 2013.

Por todos los medios cubanos siempre se recalca el tema de la contaminación ambiental que afecta a los pobladores de otros países del mundo. También se refieren a accidentes en plantas nucleares que han cobrado miles de vidas humanas como el de Chernobil o el más reciente de Fukushima. Sin embargo, los medios oficiales no mencionan la contaminación abismal que persiste en el territorio nacional, principalmente en La Habana. A diario, a toda hora, los pobladores de la capital inhalan los gases tóxicos emanados de termoeléctricas y fábricas, no importa lo distante que vivan de ellas. Es evidente que los habaneros, en comparación con los pobladores de otras provincias, son los más expuestos a estos gases tóxicos, mezclados unos con otros, expulsados por decenas de industrias a la vez y que recorren largas distancias.
En la capital cubana hay suficiente contaminación ambiental como para reventar los pulmones de cualquiera, sin que se haya aplicado por parte de las autoridades competentes alguna estrategia para enfrentarla.
Hay momentos del día en que coinciden humaredas de varias chimeneas a la vez. Así, hay días que, para romper todos los parámetros de resistencia pulmonar, a los humos de las chimeneas de la refinería Ñico López, el Crematorio de Guanabacoa, la Antillana de Acero, y diversas fábricas, se suman las quemas de yerbas y basura en algunas áreas, los gases de todos los carros que transitan por la ciudad, más los vapores de todas la cafeterías, paladares y restaurantes y centros de elaboración existentes.
Los que viven en edificios altos y gozan de una vista panorámica de la capital, pueden observar el smog que la cubre.
Hace apenas unos días, como se puede apreciar en las fotos que acompañan este escrito, la ciudad se veía envuelta por los humos nocivos, que nacían en la localidad de Regla, al este de La Habana, y que luego de pasar por las barriadas de Luyanó, Lawton, La Víbora, se juntaba con la humareda procedente del Cotorro, y se dirigía a Puentes Grandes, Marianao, hasta concluir varias millas más allá de la costa de Miramar.
Esta contaminación atmosférica debe tener observación por parte del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, para ver qué solución puede tener este problema.




 Publicado en La Primavera Digital de Cuba




Cuándo Hablarán en Serio del Racismo

Cuándo Hablarán en Serio del Racismo


Susana T. Más Iglesias, Vedado 13 de octubre de 2013.

Las personas interesadas en ver el programa Mesa Redonda en conmemoración del 10 de octubre de 1868, que de antemano se divulgó trataría sobre la raza, quedaron de cierta manera sorprendidos al conocer el gran avance científico del país en cuanto a los análisis expuestos sobre el ADN de los cubanos, además del descubrimiento hipócrita de que en Cuba no hay negros ni blancos, sino que todos son mestizos.
Se esperaba que se pronunciaran con transparencia pero no fue así: se desviaron hacia aspectos -¿científicos?- que en realidad no interesan tanto a la población, comparado con la discriminación que se muestra en todo momento y lugar hacia los negros y negras.
Los negros son discriminados desde el círculo infantil, hasta que por el asedio permanente a que son sometidos, se ven obligados a abandonar los estudios, y tratar de triunfar en la vida laboral. Se pondrán excepcionalmente dichosos si encuentran un trabajo adecuado a sus conocimientos. De lo contrario, tendrán que ir a las calles a vender lo que se pueda, o como se dice, “a luchar el pan de cada día” y recibir la humillación constante de identificarse con la policía a cada paso, aunque no tengan aspecto de ser delincuentes.
Ni siquiera fueron invitados al programa conocidas personas con conocimientos sobre el tema racial en Cuba, como Esteban Morales, Gisela Arandia, Tato Quiñones o Roberto Zurbano.
Cada año que pasa se percibe menos en los medios la imagen de los negros. Tampoco en las universidades y mucho menos en el cuerpo diplomático o el Comité Central del PCC. Sin embargo, son mayoría en las cárceles, los centros de rehabilitación de menores, las instituciones que acogen a niños sin amparo filial, los trabajos de menos remuneración económica. Es también muy alto el porciento de negros desempleados, alcohólicos, drogadictos y marginales.
Algunos piensan que el negro cubano solo es magnífico para determinados deportes, el Folklore, el sexo o para ser policías. Si en verdad todos los que habitan la isla son iguales, entonces ¿por qué se discrimina a los más oscuritos?
Este tema del racismo en Cuba nunca será analizado con la seriedad y respeto que los ciudadanos negros merecen.




Publicado en La Primavera Digital de Cuba

De Maternidad Nada….

De Maternidad Nada….

Susana T. Más Iglesias, Vedado 13 de octubre de 2013.


Un artículo de un periódico de Londres fechado el 7 de mayo del presente, divulgó entre sus titulares el criterio de la organización internacional ¨Save the Children¨ (la cual promociona los derechos de la niñez) que Cuba es el mejor país de América Latina para la maternidad y el trigésimo tercero de todo el mundo.
No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y  que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Solo aceptan traer al mundo una nueva vida, aquellas mujeres que cuentan con las necesidades mínimas para ello, las irresponsables, a las que les da lo mismo, o las que tienen un interés determinado; es el caso, por ejemplo, de las que se han casado con un extranjero, aunque éste sea tan pobre en su país como ella aquí, pero tiene otras posibilidades y estatus de vida que le permite asumir la responsabilidad de ser padre y ella de poder lograr el mayor sueño de una mujer, sin tener que preocuparse mucho en cómo arreglárselas cuando nazca el bebé que le facilitará la salida sin problemas.
La maternidad es la etapa más feliz que pueda experimentar una mujer, aunque con ello vengan adjuntos algunos síntomas desagradables, que sin embargo son aceptados. Pero en Cuba salir embarazada es como pasar la prueba para saber que no se va a volver loca de tantas cosas que de manera obligatoria hay que resolver con inmediatez, lo que no se sabe si se logrará.
Para empezar, todo lo que necesita, al gusto en cuanto a talla, color y cantidad, solo lo podrá encontrar en las tiendas de divisa, porque lo asignado por la libreta de canastilla nunca se puede obtener completo, no tiene variedad ni calidad.
Poder comprar una cuna en las tiendas de moneda nacional es como sacarse la lotería. En ellas, aunque los productos sean más baratos, en modo alguno los precios son compatibles con los salarios. Pero al final, de una forma u otra, después de tanto batallar, se obtienen las cosas. Después del parto, es que comienzan las dificultades mayores: las condiciones higiénicas en los hospitales maternos, donde se puede adquirir cualquier enfermedad;  la alimentación del bebé, etc. Si el bebito no es saludable, determinados medicamentos también se deben comprar en divisa.
Por si alguien piensa que el tema no merece análisis, y duda de lo expuesto, que realice una encuesta para que perciba que para las mujeres cubanas no es tan fácil decidirse a parir. Ellas saben que no podrán darle al niño todo lo que requiere.
Hay que tener en cuenta que un simple pomo para alimentarlo cuesta más de 2 pesos. Los primeros juguetes y los artículos de canastilla cuestan más de la mitad de un salario de un trabajador normal. No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Los altísimos precios de todos los artículos que componen la canastilla, más la dificultad de adquirirlos, hacen que las parejas responsables analicen bien si se arriesgan. Algunos prefieren tenerlos si emigran del país o si cuentan con la ayuda de algún familiar en el extranjero.
No es cierto que Cuba sea el mejor país para la maternidad. Save the Children debe documentarse mejor y conocer las vicisitudes por las que pasa una embarazada cubana, que puede hasta morir y no ver el resultado de su esfuerzo y dedicación durante su gestación.
Si la tasa de nacimientos en Cuba ha disminuido en los últimos años provocando el envejecimiento y la disminución de la población, ¿de dónde saca sus conclusiones la mencionada organización?



 Publicado en La Primavera Digital de Cuba

De Maternidad Nada….

De Maternidad Nada….

Susana T. Más Iglesias, Vedado 13 de octubre de 2013.


Un artículo de un periódico de Londres fechado el 7 de mayo del presente, divulgó entre sus titulares el criterio de la organización internacional ¨Save the Children¨ (la cual promociona los derechos de la niñez) que Cuba es el mejor país de América Latina para la maternidad y el trigésimo tercero de todo el mundo.
No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y  que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Solo aceptan traer al mundo una nueva vida, aquellas mujeres que cuentan con las necesidades mínimas para ello, las irresponsables, a las que les da lo mismo, o las que tienen un interés determinado; es el caso, por ejemplo, de las que se han casado con un extranjero, aunque éste sea tan pobre en su país como ella aquí, pero tiene otras posibilidades y estatus de vida que le permite asumir la responsabilidad de ser padre y ella de poder lograr el mayor sueño de una mujer, sin tener que preocuparse mucho en cómo arreglárselas cuando nazca el bebé que le facilitará la salida sin problemas.
La maternidad es la etapa más feliz que pueda experimentar una mujer, aunque con ello vengan adjuntos algunos síntomas desagradables, que sin embargo son aceptados. Pero en Cuba salir embarazada es como pasar la prueba para saber que no se va a volver loca de tantas cosas que de manera obligatoria hay que resolver con inmediatez, lo que no se sabe si se logrará.
Para empezar, todo lo que necesita, al gusto en cuanto a talla, color y cantidad, solo lo podrá encontrar en las tiendas de divisa, porque lo asignado por la libreta de canastilla nunca se puede obtener completo, no tiene variedad ni calidad.
Poder comprar una cuna en las tiendas de moneda nacional es como sacarse la lotería. En ellas, aunque los productos sean más baratos, en modo alguno los precios son compatibles con los salarios. Pero al final, de una forma u otra, después de tanto batallar, se obtienen las cosas. Después del parto, es que comienzan las dificultades mayores: las condiciones higiénicas en los hospitales maternos, donde se puede adquirir cualquier enfermedad;  la alimentación del bebé, etc. Si el bebito no es saludable, determinados medicamentos también se deben comprar en divisa.
Por si alguien piensa que el tema no merece análisis, y duda de lo expuesto, que realice una encuesta para que perciba que para las mujeres cubanas no es tan fácil decidirse a parir. Ellas saben que no podrán darle al niño todo lo que requiere.
Hay que tener en cuenta que un simple pomo para alimentarlo cuesta más de 2 pesos. Los primeros juguetes y los artículos de canastilla cuestan más de la mitad de un salario de un trabajador normal. No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Los altísimos precios de todos los artículos que componen la canastilla, más la dificultad de adquirirlos, hacen que las parejas responsables analicen bien si se arriesgan. Algunos prefieren tenerlos si emigran del país o si cuentan con la ayuda de algún familiar en el extranjero.
No es cierto que Cuba sea el mejor país para la maternidad. Save the Children debe documentarse mejor y conocer las vicisitudes por las que pasa una embarazada cubana, que puede hasta morir y no ver el resultado de su esfuerzo y dedicación durante su gestación.
Si la tasa de nacimientos en Cuba ha disminuido en los últimos años provocando el envejecimiento y la disminución de la población, ¿de dónde saca sus conclusiones la mencionada organización?



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De Maternidad Nada….

De Maternidad Nada….

Susana T. Más Iglesias, Vedado 13 de octubre de 2013.


Un artículo de un periódico de Londres fechado el 7 de mayo del presente, divulgó entre sus titulares el criterio de la organización internacional ¨Save the Children¨ (la cual promociona los derechos de la niñez) que Cuba es el mejor país de América Latina para la maternidad y el trigésimo tercero de todo el mundo.
No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y  que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Solo aceptan traer al mundo una nueva vida, aquellas mujeres que cuentan con las necesidades mínimas para ello, las irresponsables, a las que les da lo mismo, o las que tienen un interés determinado; es el caso, por ejemplo, de las que se han casado con un extranjero, aunque éste sea tan pobre en su país como ella aquí, pero tiene otras posibilidades y estatus de vida que le permite asumir la responsabilidad de ser padre y ella de poder lograr el mayor sueño de una mujer, sin tener que preocuparse mucho en cómo arreglárselas cuando nazca el bebé que le facilitará la salida sin problemas.
La maternidad es la etapa más feliz que pueda experimentar una mujer, aunque con ello vengan adjuntos algunos síntomas desagradables, que sin embargo son aceptados. Pero en Cuba salir embarazada es como pasar la prueba para saber que no se va a volver loca de tantas cosas que de manera obligatoria hay que resolver con inmediatez, lo que no se sabe si se logrará.
Para empezar, todo lo que necesita, al gusto en cuanto a talla, color y cantidad, solo lo podrá encontrar en las tiendas de divisa, porque lo asignado por la libreta de canastilla nunca se puede obtener completo, no tiene variedad ni calidad.
Poder comprar una cuna en las tiendas de moneda nacional es como sacarse la lotería. En ellas, aunque los productos sean más baratos, en modo alguno los precios son compatibles con los salarios. Pero al final, de una forma u otra, después de tanto batallar, se obtienen las cosas. Después del parto, es que comienzan las dificultades mayores: las condiciones higiénicas en los hospitales maternos, donde se puede adquirir cualquier enfermedad;  la alimentación del bebé, etc. Si el bebito no es saludable, determinados medicamentos también se deben comprar en divisa.
Por si alguien piensa que el tema no merece análisis, y duda de lo expuesto, que realice una encuesta para que perciba que para las mujeres cubanas no es tan fácil decidirse a parir. Ellas saben que no podrán darle al niño todo lo que requiere.
Hay que tener en cuenta que un simple pomo para alimentarlo cuesta más de 2 pesos. Los primeros juguetes y los artículos de canastilla cuestan más de la mitad de un salario de un trabajador normal. No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Los altísimos precios de todos los artículos que componen la canastilla, más la dificultad de adquirirlos, hacen que las parejas responsables analicen bien si se arriesgan. Algunos prefieren tenerlos si emigran del país o si cuentan con la ayuda de algún familiar en el extranjero.
No es cierto que Cuba sea el mejor país para la maternidad. Save the Children debe documentarse mejor y conocer las vicisitudes por las que pasa una embarazada cubana, que puede hasta morir y no ver el resultado de su esfuerzo y dedicación durante su gestación.
Si la tasa de nacimientos en Cuba ha disminuido en los últimos años provocando el envejecimiento y la disminución de la población, ¿de dónde saca sus conclusiones la mencionada organización?



 Publicado en La Primavera Digital de Cuba

De Maternidad Nada….

Susana T. Más Iglesias, Vedado 13 de octubre de 2013.


Un artículo de un periódico de Londres fechado el 7 de mayo del presente, divulgó entre sus titulares el criterio de la organización internacional ¨Save the Children¨ (la cual promociona los derechos de la niñez) que Cuba es el mejor país de América Latina para la maternidad y el trigésimo tercero de todo el mundo.
No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y  que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Solo aceptan traer al mundo una nueva vida, aquellas mujeres que cuentan con las necesidades mínimas para ello, las irresponsables, a las que les da lo mismo, o las que tienen un interés determinado; es el caso, por ejemplo, de las que se han casado con un extranjero, aunque éste sea tan pobre en su país como ella aquí, pero tiene otras posibilidades y estatus de vida que le permite asumir la responsabilidad de ser padre y ella de poder lograr el mayor sueño de una mujer, sin tener que preocuparse mucho en cómo arreglárselas cuando nazca el bebé que le facilitará la salida sin problemas.
La maternidad es la etapa más feliz que pueda experimentar una mujer, aunque con ello vengan adjuntos algunos síntomas desagradables, que sin embargo son aceptados. Pero en Cuba salir embarazada es como pasar la prueba para saber que no se va a volver loca de tantas cosas que de manera obligatoria hay que resolver con inmediatez, lo que no se sabe si se logrará.
Para empezar, todo lo que necesita, al gusto en cuanto a talla, color y cantidad, solo lo podrá encontrar en las tiendas de divisa, porque lo asignado por la libreta de canastilla nunca se puede obtener completo, no tiene variedad ni calidad.
Poder comprar una cuna en las tiendas de moneda nacional es como sacarse la lotería. En ellas, aunque los productos sean más baratos, en modo alguno los precios son compatibles con los salarios. Pero al final, de una forma u otra, después de tanto batallar, se obtienen las cosas. Después del parto, es que comienzan las dificultades mayores: las condiciones higiénicas en los hospitales maternos, donde se puede adquirir cualquier enfermedad;  la alimentación del bebé, etc. Si el bebito no es saludable, determinados medicamentos también se deben comprar en divisa.
Por si alguien piensa que el tema no merece análisis, y duda de lo expuesto, que realice una encuesta para que perciba que para las mujeres cubanas no es tan fácil decidirse a parir. Ellas saben que no podrán darle al niño todo lo que requiere.
Hay que tener en cuenta que un simple pomo para alimentarlo cuesta más de 2 pesos. Los primeros juguetes y los artículos de canastilla cuestan más de la mitad de un salario de un trabajador normal. No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Los altísimos precios de todos los artículos que componen la canastilla, más la dificultad de adquirirlos, hacen que las parejas responsables analicen bien si se arriesgan. Algunos prefieren tenerlos si emigran del país o si cuentan con la ayuda de algún familiar en el extranjero.
No es cierto que Cuba sea el mejor país para la maternidad. Save the Children debe documentarse mejor y conocer las vicisitudes por las que pasa una embarazada cubana, que puede hasta morir y no ver el resultado de su esfuerzo y dedicación durante su gestación.
Si la tasa de nacimientos en Cuba ha disminuido en los últimos años provocando el envejecimiento y la disminución de la población, ¿de dónde saca sus conclusiones la mencionada organización?




¿Quién niega la discriminación?

¿Quién niega la discriminación?


Susana T. Más Iglesias, El Vedado, 22 de septiembre de 2013.

Algunas personas apoyan el concepto equívoco de que en Cuba no hay discriminación racial. Como la máxima dirigencia del país lo afirma así, con la mayor ceguera, agachan la cabeza y lo asumen como un hecho, sin tan siquiera acudir a lo que poseen de materia gris en su cerebro para darse cuenta de la existencia del racismo.
Se conoce que en Cuba, un país lleno de mestizaje, existe discriminación incluso hasta para la ocupación de puestos de trabajo con determinada relevancia. Se distingue a las claras también la discriminación de sexos para la ocupación de plazas laborales. Es peor aún si se trata de una mujer negra.
Cuando se camina por las calles del Vedado, cercanas a la heladería Coppelia, o por cualquier otro lugar de La Habana, no escapa a la vista la cantidad de jóvenes negros de ambos sexos que deambulan por las aceras, o permanecen en ellas, como se dice “buscándose la vida” en la encomienda de vender ropas, calzados, mercancías comestibles, desde chucherías hasta subproductos cárnicos, viandas frutas o vegetales.
Por el contrario, es muy difícil por no decir imposible, hallar en un establecimiento de las cadenas de tiendas más costosas o de alta categoría un  o una dependiente que sea algo más oscuro de lo que llamamos tez trigueña.
Aquí solo está de manera constante la mayor representación de la raza negra en fábricas, en la construcción, en el mantenimiento de líneas férreas, en plazas de sepultureros, barrenderos, y como mejor alternativa en la policía, el deporte o la música.
Existen cuerpos de baile profesionales donde no se ve una negra, al igual que en programas de participación de adultos o infantiles, su presencia es nula o casi nula. De estar, no tienen nunca papeles principales, o la cámara las evade con rapidez. Lo mismo ocurre en los hoteles, boutiques, firmas corporativas, plazas relacionadas con el turismo y otras.
Hay lugares donde prefieren poner a una persona de raza blanca, por contrata, ya que es jubilada, antes de poner fija a una negra capacitada y apta para el desempeño de las funciones.
Cierto que las prisiones y los centros de reclusión por discapacidad mental están llenos de negros. ¿Alguien del gobierno se ha dedicado a analizar la trayectoria social que han tenido ellos, los obstáculos y tropiezos con los que tuvieron que lidiar después de culminados sus estudios, los que enfrentaron desde su inicio en el círculo infantil, las condiciones de vida y habitabilidad? Nada de esto se tiene en cuenta cuando van a ser sancionados.
Cuando son menores y presentan problemas de atención familiar, ya sea maltratos o carencia de amparo filial, no son atendidos o supervisados por el Estado hasta tanto incurren en un delito.
Muchachas o mujeres negras no pueden transitar tranquilamente por El Vedado sin que sean detenidas por la policía y comprobado su estatus.
Sin embargo, las de otro color de tez, son menos asediadas o simplemente no “se advierten” a la vista de las autoridades, a pesar de su vestuario provocativo y singular, que denota el motivo de su presencia en determinadas áreas, aunque por lo general son conocidas y tratadas con familiaridad.
En las reuniones del Buró Político del Partido Comunista y del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros no llega al 2% la representación negra.
Conocedores de todos estos aspectos, aún algunos aseveran que en Cuba no hay racismo, y que todos los cubanos somos iguales y tenemos los mismos derechos.



Publicado en Primavera Digital de Cuba .

¿Quién niega la discriminación?

¿Quién niega la discriminación?


Susana T. Más Iglesias, El Vedado, 22 de septiembre de 2013.

Algunas personas apoyan el concepto equívoco de que en Cuba no hay discriminación racial. Como la máxima dirigencia del país lo afirma así, con la mayor ceguera, agachan la cabeza y lo asumen como un hecho, sin tan siquiera acudir a lo que poseen de materia gris en su cerebro para darse cuenta de la existencia del racismo.
Se conoce que en Cuba, un país lleno de mestizaje, existe discriminación incluso hasta para la ocupación de puestos de trabajo con determinada relevancia. Se distingue a las claras también la discriminación de sexos para la ocupación de plazas laborales. Es peor aún si se trata de una mujer negra.
Cuando se camina por las calles del Vedado, cercanas a la heladería Coppelia, o por cualquier otro lugar de La Habana, no escapa a la vista la cantidad de jóvenes negros de ambos sexos que deambulan por las aceras, o permanecen en ellas, como se dice “buscándose la vida” en la encomienda de vender ropas, calzados, mercancías comestibles, desde chucherías hasta subproductos cárnicos, viandas frutas o vegetales.
Por el contrario, es muy difícil por no decir imposible, hallar en un establecimiento de las cadenas de tiendas más costosas o de alta categoría un  o una dependiente que sea algo más oscuro de lo que llamamos tez trigueña.
Aquí solo está de manera constante la mayor representación de la raza negra en fábricas, en la construcción, en el mantenimiento de líneas férreas, en plazas de sepultureros, barrenderos, y como mejor alternativa en la policía, el deporte o la música.
Existen cuerpos de baile profesionales donde no se ve una negra, al igual que en programas de participación de adultos o infantiles, su presencia es nula o casi nula. De estar, no tienen nunca papeles principales, o la cámara las evade con rapidez. Lo mismo ocurre en los hoteles, boutiques, firmas corporativas, plazas relacionadas con el turismo y otras.
Hay lugares donde prefieren poner a una persona de raza blanca, por contrata, ya que es jubilada, antes de poner fija a una negra capacitada y apta para el desempeño de las funciones.
Cierto que las prisiones y los centros de reclusión por discapacidad mental están llenos de negros. ¿Alguien del gobierno se ha dedicado a analizar la trayectoria social que han tenido ellos, los obstáculos y tropiezos con los que tuvieron que lidiar después de culminados sus estudios, los que enfrentaron desde su inicio en el círculo infantil, las condiciones de vida y habitabilidad? Nada de esto se tiene en cuenta cuando van a ser sancionados.
Cuando son menores y presentan problemas de atención familiar, ya sea maltratos o carencia de amparo filial, no son atendidos o supervisados por el Estado hasta tanto incurren en un delito.
Muchachas o mujeres negras no pueden transitar tranquilamente por El Vedado sin que sean detenidas por la policía y comprobado su estatus.
Sin embargo, las de otro color de tez, son menos asediadas o simplemente no “se advierten” a la vista de las autoridades, a pesar de su vestuario provocativo y singular, que denota el motivo de su presencia en determinadas áreas, aunque por lo general son conocidas y tratadas con familiaridad.
En las reuniones del Buró Político del Partido Comunista y del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros no llega al 2% la representación negra.
Conocedores de todos estos aspectos, aún algunos aseveran que en Cuba no hay racismo, y que todos los cubanos somos iguales y tenemos los mismos derechos.



Publicado en Primavera Digital de Cuba .

Relacionado con el escrito en respuesta a Declaraciones de Mariela Castro.

Relacionado con el escrito en respuesta a Declaraciones de Mariela Castro.

Por ser una vivencia estrictamente personal, me encuentro en la preparación de un testimonio, el cuál plasmaré en el blog en cuanto esté listo. Rememoraré las vivencias que cada día acontecieron dejando huellas en mi vida personal, adornadas de anécdotas: tristes, de experiencias y revelaciones, así como se situaciones que allí acontecieron.
No me retracto, al contrario me preparo para hacer conocer detalladamente todas y cada una de las injusticias y violaciones de derechos a las que fueron sometidas muchas mujeres que estaban recluidas en el año, 1980.
Mientras seguiré mis publicaciones como periodista independiente, a las que con suerte podré agregarle otros escritos de diversos temas actuales.
Daré gracias a Dios, los Santos, el Universo  y todo lo existente para que me ayuden y pueda culminarlo  con la mayor brevedad y calidad.





martes, 1 de octubre de 2013

¿Por quién hay que esperar?



¿Por quién hay que esperar?


Susana T. Más Iglesias

En la esquina de las calles San Indalecio y Santos Suárez, en el municipio capitalino Diez de Octubre, se encuentra un edificio con más de 70 años de fabricado, que desde hace más de dos meses suelta poco a poco los pedazos de balcones y pone en riesgo las vidas de las personas que pasen por allí, acudan a la bodega que se encuentra en los bajos, o vaya a utilizar los servicios del teléfono público que se encuentra en el portal.
Por esa precisa esquina, la cual queda a unos escasos metros de la antigua y famosa dulcería “La Gran Vía”, convertida en un Sylvain, transitan madres y niños que van hacia el círculo infantil o la escuela secundaria cercana, personas que caminan para llegar a la Calzada de Diez de Octubre, van hacia el agromercado o a comprar dulces para llevar alguna merienda a los niños a la hora del receso.
Los vecinos están alarmados. Saben que esto no tendrá solución en largo tiempo. Para colmo, tienen la desdicha de que esa circunscripción está sin delegado desde hace algún tiempo, por lo que carecen de alguien que tenga la suficiente autoridad para elevar la queja a instancias superiores.
Lo cierto es que no se ha tomado medida alguna que pueda evitar algún accidente, y aunque no han faltado las quejas a la Dirección Municipal de la Vivienda y otras instancias, el lugar sigue sin protección. En caso de que ocurra un nuevo desprendimiento, podría haber heridos o muertos.
Como se puede observar en las fotos, por las dos calles que ocupa edificio existe el peligro y es inevitable si no se toman con urgencia las medidas pertinentes.
¿Podrán los inspectores que por allí deambulan ayudar en este caso? Alguien debe elevar la queja. Si no ¿por quién tienen que esperar los moradores y transeúntes habituales del lugar?

susana.mas24@yahoo.com
http://porquedesusana.blogspot.com
http://twiter/coky24i

Publicado en la edición # 289 de la Primavera Digital de Cuba


¿Por quién hay que esperar?


Susana T. Más Iglesias

En la esquina de las calles San Indalecio y Santos Suárez, en el municipio capitalino Diez de Octubre, se encuentra un edificio con más de 70 años de fabricado, que desde hace más de dos meses suelta poco a poco los pedazos de balcones y pone en riesgo las vidas de las personas que pasen por allí, acudan a la bodega que se encuentra en los bajos, o vaya a utilizar los servicios del teléfono público que se encuentra en el portal.
Por esa precisa esquina, la cual queda a unos escasos metros de la antigua y famosa dulcería “La Gran Vía”, convertida en un Sylvain, transitan madres y niños que van hacia el círculo infantil o la escuela secundaria cercana, personas que caminan para llegar a la Calzada de Diez de Octubre, van hacia el agromercado o a comprar dulces para llevar alguna merienda a los niños a la hora del receso.
Los vecinos están alarmados. Saben que esto no tendrá solución en largo tiempo. Para colmo, tienen la desdicha de que esa circunscripción está sin delegado desde hace algún tiempo, por lo que carecen de alguien que tenga la suficiente autoridad para elevar la queja a instancias superiores.
Lo cierto es que no se ha tomado medida alguna que pueda evitar algún accidente, y aunque no han faltado las quejas a la Dirección Municipal de la Vivienda y otras instancias, el lugar sigue sin protección. En caso de que ocurra un nuevo desprendimiento, podría haber heridos o muertos.
Como se puede observar en las fotos, por las dos calles que ocupa edificio existe el peligro y es inevitable si no se toman con urgencia las medidas pertinentes.
¿Podrán los inspectores que por allí deambulan ayudar en este caso? Alguien debe elevar la queja. Si no ¿por quién tienen que esperar los moradores y transeúntes habituales del lugar?

susana.mas24@yahoo.com
http://porquedesusana.blogspot.com
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Publicado en la edición # 289 de la Primavera Digital de Cuba


¿Por quién hay que esperar?


Susana T. Más Iglesias

En la esquina de las calles San Indalecio y Santos Suárez, en el municipio capitalino Diez de Octubre, se encuentra un edificio con más de 70 años de fabricado, que desde hace más de dos meses suelta poco a poco los pedazos de balcones y pone en riesgo las vidas de las personas que pasen por allí, acudan a la bodega que se encuentra en los bajos, o vaya a utilizar los servicios del teléfono público que se encuentra en el portal.
Por esa precisa esquina, la cual queda a unos escasos metros de la antigua y famosa dulcería “La Gran Vía”, convertida en un Sylvain, transitan madres y niños que van hacia el círculo infantil o la escuela secundaria cercana, personas que caminan para llegar a la Calzada de Diez de Octubre, van hacia el agromercado o a comprar dulces para llevar alguna merienda a los niños a la hora del receso.
Los vecinos están alarmados. Saben que esto no tendrá solución en largo tiempo. Para colmo, tienen la desdicha de que esa circunscripción está sin delegado desde hace algún tiempo, por lo que carecen de alguien que tenga la suficiente autoridad para elevar la queja a instancias superiores.
Lo cierto es que no se ha tomado medida alguna que pueda evitar algún accidente, y aunque no han faltado las quejas a la Dirección Municipal de la Vivienda y otras instancias, el lugar sigue sin protección. En caso de que ocurra un nuevo desprendimiento, podría haber heridos o muertos.
Como se puede observar en las fotos, por las dos calles que ocupa edificio existe el peligro y es inevitable si no se toman con urgencia las medidas pertinentes.
¿Podrán los inspectores que por allí deambulan ayudar en este caso? Alguien debe elevar la queja. Si no ¿por quién tienen que esperar los moradores y transeúntes habituales del lugar?

susana.mas24@yahoo.com
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Publicado en la edición # 289 de la Primavera Digital de Cuba

¿Conmemoración o festejo?

¿Conmemoración o festejo?

 Susana T. Más Iglesias

El Vedado, La Habana, (PD) Del llamado “Concierto contra la Injusticia” celebrado el pasado 12 de septiembre en la Tribuna Antiimperialista, aún se escuchan comentarios, que por cierto no son halagadores. Dicho sea de paso, lo mismo se oyen en boca de partidarios del gobierno que de personas indiferentes a la política y de opositores. En fin, las críticas vienen de cualquiera que tenga claro el sentido de qué se puede conmemorar con decencia, reclámese lo que se reclame, y cuando se festeja dándole rienda suelta a la cintura y el resto del cuerpo, con la adición de rituales de religiones afrocubanas que la mayoría no conoce y mucho menos profesa.
Derecho tiene quien así lo entienda o desee a reclamar por los cuatro agentes de la inteligencia cubana presos en los Estados Unidos, a quienes por cierto, les fueron comprobadas las acusaciones de espionaje. Pero fue muy desagradable ver cómo celebraban los presentes en el concierto el aniversario número quince del encarcelamiento de esos hombres con música bailable estridente.
Aunque el hecho por el que están presos no es para vanagloriarse, mucho menos era para armar ese fandango esquizofrénico mezcla de salsa, música pop, changüí, música repartera, rumba y como si fuera poco, cánticos excitantes y llenos de euforia asociados a la religión yoruba.
Respecto a las madres, esposas, hijos y demás familiares de los agentes presos, debería primar el respeto y la consideración por encima de todas las cosas. Todos estos sentimientos diversos que al final resultan ser devoción y amor, no deben ser expresados de manera descompuesta y espeluznante a la vista de millones de espectadores a todo lo largo y ancho de la isla, más los otros países a los que se retransmitió el concierto a través de Cuba Visión Internacional.
Mejor y más aceptable hubiera sido el oficio de una misa católica o evangélica para solicitar en oración la liberación de los Cinco, o una velada cultural con canciones de la Nueva Trova, música de cámara o sinfónica, y hasta no quedaría mal la participación de dúos, tríos, cuartetos o coros con tonadas tranquilizadoras en correspondencia a la situación actual de los condenados. Pero esa bachata de lujuria y brincos, dejó mucho que desear. Hay bastante tela para cortar…
El dolor, cuando es de verdad, se refleja de otra manera. Lo que importa de veras, se reclama con seriedad y cordura.
Aunque nunca lleguen a expresarlo, esos cuatro reos habrán quedado muy confundidos al ver con qué pachanga celebraron en La Habana los 15 años de su encierro.


Publicado en la edición  # 291 de La Primavera Digital de Cuba.

Desaciertos de un concierto que no se efectuó.

Desaciertos de un concierto que no se efectuó.

Susana T. Más Iglesias.

El Vedado, La Habana, (PD) Miles de personas se ilusionaron al conocer del concierto del salvadoreño Álvaro Torres, conocido cantante de gran aceptación entre los cubanos, anunciado para el día 15 de septiembre. Las personas que gustan de sus canciones tenían gran entusiasmo con dicho espectáculo, y se enrolaron desde la madrugada con el afán de comprar bien temprano sus entradas en el teatro Mella, en El Vedado.
Los encargados de trabajar en la producción del concierto, donde participarían también como invitados otros artistas, primero solicitaron el teatro “Karl Marx”, en Miramar, por ser uno de los que más público podía asumir por sus dimensiones. Sin embargo de momento surgieron evasivas que obstaculizaron que el concierto se pudiera realizar allí, por lo que entonces hicieron la coordinación con el teatro Mella.
Después de vender las entradas al público, se les informó que el concierto se había suspendido, sin explicar los motivos.
Por distintas fuentes y rumores que siempre se filtran se supo que Álvaro Torres había recibido amenazas por su intención de viajar a Cuba, donde tanto se oyen sus canciones.
Esto es bochornoso, y pone a Cuba en una situación desventajosa con los artistas de distintas latitudes, los cuales ya tienen conocimiento de que visitar Cuba es incurrir en varios riesgos, uno de los cuales es la impertinencia de entrevistas –aquí o allá- asociadas con sus simpatías o no hacia el régimen cubano.
De cualquier modo, nunca se ofreció una disculpa ni se aclararon las razones de la suspensión del concierto a los que pudieron sacar sus entradas. Se espera que el Ministerio de Cultura, a través de la prensa oficial, silenciosa hasta ahora sobre este acontecimiento, informe algo al respecto.



Nota: Publicado en la edición  # 291 de La Primavera Digital de Cuba


Desaciertos de un concierto que no se efectuó.

Susana T. Más Iglesias.

El Vedado, La Habana, (PD) Miles de personas se ilusionaron al conocer del concierto del salvadoreño Álvaro Torres, conocido cantante de gran aceptación entre los cubanos, anunciado para el día 15 de septiembre. Las personas que gustan de sus canciones tenían gran entusiasmo con dicho espectáculo, y se enrolaron desde la madrugada con el afán de comprar bien temprano sus entradas en el teatro Mella, en El Vedado.
Los encargados de trabajar en la producción del concierto, donde participarían también como invitados otros artistas, primero solicitaron el teatro “Karl Marx”, en Miramar, por ser uno de los que más público podía asumir por sus dimensiones. Sin embargo de momento surgieron evasivas que obstaculizaron que el concierto se pudiera realizar allí, por lo que entonces hicieron la coordinación con el teatro Mella.
Después de vender las entradas al público, se les informó que el concierto se había suspendido, sin explicar los motivos.
Por distintas fuentes y rumores que siempre se filtran se supo que Álvaro Torres había recibido amenazas por su intención de viajar a Cuba, donde tanto se oyen sus canciones.
Esto es bochornoso, y pone a Cuba en una situación desventajosa con los artistas de distintas latitudes, los cuales ya tienen conocimiento de que visitar Cuba es incurrir en varios riesgos, uno de los cuales es la impertinencia de entrevistas –aquí o allá- asociadas con sus simpatías o no hacia el régimen cubano.
De cualquier modo, nunca se ofreció una disculpa ni se aclararon las razones de la suspensión del concierto a los que pudieron sacar sus entradas. Se espera que el Ministerio de Cultura, a través de la prensa oficial, silenciosa hasta ahora sobre este acontecimiento, informe algo al respecto.



Nota: Publicado en la edición  # 291 de La Primavera Digital de Cuba


Los cargos y el poder.

Los cargos y el poder.

Susana T. Más Iglesias
El Vedado, La Habana, (PD) La máxima responsabilidad de que el país se haya convertido a nivel mundial en la mayor industria del fraude y la corrupción la tiene el gobierno, quien se encarga de seleccionar para cargos directivos a personas inescrupulosas, que amparadas tras el escudo del poder, no han hecho más que aprovechar su estatus para burlar a sus superiores y enriquecerse a costa del pueblo.
Estos señores que ocupan cargos casi vitalicios, y se encariñan con el puesto (hasta que los promueven, se mueren, desertan en otro país, o los sorprenden incurriendo en delitos), continuamente inventan leyes, circulares, decretos y todo cuanto se les ocurra, con la finalidad de sacar el máximo beneficio personal y exprimir a los ciudadanos y los trabajadores.
La permanencia -aunque sea como directivo sindical- en un cargo de dirección por más de cinco años, en cualquier ministerio o institución, sin que se vea prosperidad común o cambios beneficiosos, proporciona la ocasión de acostumbrarse a delinquir con impunidad, a la vez que no dan paso a que otras personas con cualidades para realizar cambios puedan ejercer esas funciones o al menos experimentar si tienen aptitud para desarrollar o no el perfil de guías dentro de un colectivo laboral.
Hay individuos que se apegan tanto al cargo como la garrapata al perro, y como sea, se las ingenian para no soltarlo y sacarle el jugo hasta el final. No se conforman con las prebendas de poseer un carro, ni los estímulos de fin de año o el otorgamiento de acceso a centros turísticos, sino que se van más allá de las ambiciones de cubrir las necesidades personales y es ahí donde los pica el bicho de la ambición. Creyéndose intocables, comienzan a regalar y disponer de lo que no es suyo a espaldas de sus jefes, queriendo no solo abastecer sus casas de los más costosos lujos, sino también la de los hijos, nietos y amantes. No lo piensan dos veces y caen en la tentación de querer obtener cada día mayor “búsqueda”, que lo mismo puede ser dinero que beneficios materiales. Es entonces cuando caen en los brazos del fraude, el robo continuo y reiterado.
La corrupción administrativa existe en todos los países, pero se hace notar con más vehemencia donde no hay democracia. Aquí en Cuba, no solo se corrompen los de cuello blanco, la corrupción se expande hacia todas las capas de la sociedad.
De esta forma nunca se llegará a una verdadera rectificación de errores. Tal y como van las cosas, la extensa cola del “quítate tú, para ponerme yo, a ver qué robo” es y será interminable.

susana.mas24@yahoo.com
http://porquedesusana.blogspot.com
http://twiter/coky24i


Publicado en la edición # 290 de la Primavera Digital de Cuba

Los cargos y el poder.

Los cargos y el poder.

Susana T. Más Iglesias
El Vedado, La Habana, (PD) La máxima responsabilidad de que el país se haya convertido a nivel mundial en la mayor industria del fraude y la corrupción la tiene el gobierno, quien se encarga de seleccionar para cargos directivos a personas inescrupulosas, que amparadas tras el escudo del poder, no han hecho más que aprovechar su estatus para burlar a sus superiores y enriquecerse a costa del pueblo.
Estos señores que ocupan cargos casi vitalicios, y se encariñan con el puesto (hasta que los promueven, se mueren, desertan en otro país, o los sorprenden incurriendo en delitos), continuamente inventan leyes, circulares, decretos y todo cuanto se les ocurra, con la finalidad de sacar el máximo beneficio personal y exprimir a los ciudadanos y los trabajadores.
La permanencia -aunque sea como directivo sindical- en un cargo de dirección por más de cinco años, en cualquier ministerio o institución, sin que se vea prosperidad común o cambios beneficiosos, proporciona la ocasión de acostumbrarse a delinquir con impunidad, a la vez que no dan paso a que otras personas con cualidades para realizar cambios puedan ejercer esas funciones o al menos experimentar si tienen aptitud para desarrollar o no el perfil de guías dentro de un colectivo laboral.
Hay individuos que se apegan tanto al cargo como la garrapata al perro, y como sea, se las ingenian para no soltarlo y sacarle el jugo hasta el final. No se conforman con las prebendas de poseer un carro, ni los estímulos de fin de año o el otorgamiento de acceso a centros turísticos, sino que se van más allá de las ambiciones de cubrir las necesidades personales y es ahí donde los pica el bicho de la ambición. Creyéndose intocables, comienzan a regalar y disponer de lo que no es suyo a espaldas de sus jefes, queriendo no solo abastecer sus casas de los más costosos lujos, sino también la de los hijos, nietos y amantes. No lo piensan dos veces y caen en la tentación de querer obtener cada día mayor “búsqueda”, que lo mismo puede ser dinero que beneficios materiales. Es entonces cuando caen en los brazos del fraude, el robo continuo y reiterado.
La corrupción administrativa existe en todos los países, pero se hace notar con más vehemencia donde no hay democracia. Aquí en Cuba, no solo se corrompen los de cuello blanco, la corrupción se expande hacia todas las capas de la sociedad.
De esta forma nunca se llegará a una verdadera rectificación de errores. Tal y como van las cosas, la extensa cola del “quítate tú, para ponerme yo, a ver qué robo” es y será interminable.

susana.mas24@yahoo.com
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Los cargos y el poder.

Susana T. Más Iglesias
El Vedado, La Habana, (PD) La máxima responsabilidad de que el país se haya convertido a nivel mundial en la mayor industria del fraude y la corrupción la tiene el gobierno, quien se encarga de seleccionar para cargos directivos a personas inescrupulosas, que amparadas tras el escudo del poder, no han hecho más que aprovechar su estatus para burlar a sus superiores y enriquecerse a costa del pueblo.
Estos señores que ocupan cargos casi vitalicios, y se encariñan con el puesto (hasta que los promueven, se mueren, desertan en otro país, o los sorprenden incurriendo en delitos), continuamente inventan leyes, circulares, decretos y todo cuanto se les ocurra, con la finalidad de sacar el máximo beneficio personal y exprimir a los ciudadanos y los trabajadores.
La permanencia -aunque sea como directivo sindical- en un cargo de dirección por más de cinco años, en cualquier ministerio o institución, sin que se vea prosperidad común o cambios beneficiosos, proporciona la ocasión de acostumbrarse a delinquir con impunidad, a la vez que no dan paso a que otras personas con cualidades para realizar cambios puedan ejercer esas funciones o al menos experimentar si tienen aptitud para desarrollar o no el perfil de guías dentro de un colectivo laboral.
Hay individuos que se apegan tanto al cargo como la garrapata al perro, y como sea, se las ingenian para no soltarlo y sacarle el jugo hasta el final. No se conforman con las prebendas de poseer un carro, ni los estímulos de fin de año o el otorgamiento de acceso a centros turísticos, sino que se van más allá de las ambiciones de cubrir las necesidades personales y es ahí donde los pica el bicho de la ambición. Creyéndose intocables, comienzan a regalar y disponer de lo que no es suyo a espaldas de sus jefes, queriendo no solo abastecer sus casas de los más costosos lujos, sino también la de los hijos, nietos y amantes. No lo piensan dos veces y caen en la tentación de querer obtener cada día mayor “búsqueda”, que lo mismo puede ser dinero que beneficios materiales. Es entonces cuando caen en los brazos del fraude, el robo continuo y reiterado.
La corrupción administrativa existe en todos los países, pero se hace notar con más vehemencia donde no hay democracia. Aquí en Cuba, no solo se corrompen los de cuello blanco, la corrupción se expande hacia todas las capas de la sociedad.
De esta forma nunca se llegará a una verdadera rectificación de errores. Tal y como van las cosas, la extensa cola del “quítate tú, para ponerme yo, a ver qué robo” es y será interminable.

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