jueves, 28 de marzo de 2013

Y los de aquí qué?


Y los de aquí qué?


Susana T. Más Iglesias, La Habana 11 de febrero de 2013.

Espectaculares son los reportajes de la televisión cubana relacionados con los centros turísticos de la isla y el excelente servicio que prestan a los visitantes extranjeros. Ellos se sienten agasajados con la esmerada atención por parte del personal que labora en esos centros, la perfección de las instalaciones de recreación, que cuentan con todas y cada una de las comodidades,más la belleza de los paisajesque contribuyen a que los turistas puedan disfrutar una agradable temporada vacacional en nuestro país.
Cierto es que la rama del turismo en la nación se ha esmerado en que todo este engranajefuncione a la perfección, porque así el arribo de viajeros aumenta cada año y los objetivos económicos se logran de manera fabulosa. Sin embargo, ¿qué hay de oferta para los criollos, para esa parte de la población que trabaja, se esfuerza en cumplir los planes y  proyectos estatales?, ¿para aquellos que se pasan todo un semestre y más detrás de los ómnibuspara llegar puntuales al trabajo, los que en ocasiones tienen que apelar a los famosos carros boteros para llegar a tiempo, los que  muchas veces sobrepasan el horario laboral, por alguna encomienda del jefe o algún documento que surgió de urgencia a última hora?  Claro ese tiempo cuenta como voluntario porque no es retribuido en el salario a cobrar.
Es difícil que un cubano, trabajador, de los que llamamos de a pie, albergue la ilusión de ir a disfrutar aunque sea tres días de sus merecidas vacaciones a cualquiera de éstasinstalaciones  y poder apreciar el confort que se brinda a extranjeros si no posee la moneda dura, el CUC. Y aunque la poseyera tal vez producto de alguna remesa familiar recibida, también se verá restringido en determinadas áreas que son exclusivas para el disfrute de los viajeros que nos visitan del  exterior. Porque ya ni tan siquiera existe este estímulo que otorgaban los sindicatos a determinados centros laborales. El que aspire a ello debe hacerlo por su cuenta y a bolsillo lleno, sin permitirse querer llevar a vía de hecho aquella linda canción que cantaba Ramón Veloz,  gran exponente de la música campesina que decía así: ¨conozca a Cuba primero y al extranjero después¨…
Es por eso que se escucha reiteradamente en conversaciones asociadas con el tema la misma pregunta: ¿y los de aquí… qué?



Incidentes que aterran


Incidentes que aterran


Susana T. Más Iglesias, La Habana 16 de febrero de 2013.

Algunos se preguntan si será cierto que el mundo se está acabando, porque en este país donde los habitantes vivieron siempre tranquilos, unos más pobres que otros, pero sin grandes sobresaltos. Hoy la situación y el comportamiento humano se están tornando de  manera extraña.
Es una lástima que la prensa oficialista no comunique de los incidentes y accidentes que suceden en Cuba como en cualquier otro lugar del mundo, dando a conocer sucesos que ocurren de forma reiterada: madres solteras que se suicidan por no poder hallar el medio de sustentar a sus hijos, otras que cometen parricidios, riñas y agresiones graves entre familiares por  problemas de vivienda, pandillas de delincuentes que asaltan y arrebatan pertenencias lo mismo a jóvenes que a viejos y principalmente a turistas, altos índices de alcoholismo en ambos sexos. Golpizas y  lesiones causadas a mujeres que pretenden reunirse por cualquier motivo, sin dañar a nadie, solo porque defienden ideas que difieren del régimen.
En la educación de antaño se les enseñaba a los varones desde muy pequeños que a las niñas no se les daba golpes, por ningún motivo. El hombre que osara levantar la mano a una mujer, aunque fuese la suya, siempre se catalogó de abusador y cobarde.
Ahora estos hechos se ven con normalidad y quienes tienen la responsabilidad de representar los órganos que se supone garantizan la tranquilidad ciudadana, utilizan éste método sin escrúpulos, cuando existen otros, ya que las palabras surgieron para facilitar la comunicación entre las personas, tratar de convencer y llegar a algún acuerdo sin necesidad de utilizar la violencia, ni con hombres y mucho menos con mujeres. Nada justifica estos hechos.
A través de los medios televisivos nacionales, se informa al pueblo de las protestas que se generan en otros países, ya sea por desempleo, solicitudes de aumentos salariales, reclamaciones a los gobiernos, o demandas por la liberación de los 5 héroes, esto  incluso en el corazón de los Estados Unidos y no se observa agresión hacia los manifestantes.
Se puede asegurar que quien sea capaz de agredir a una mujer, no solo es una mala persona, sino que tampoco es confiable para nada y puede llegar a ser en cualquier momento desleal o un peligroso cuchillo de doble filo.
Téngase inteligencia y astucia para enfrentar los problemas y darles solución, pero sobre todo que no se pierda jamás las cualidades de la hombría.

viernes, 22 de marzo de 2013

Sin estar revueltos, pero juntos.


Sin estar revueltos, pero juntos.


Susana T. Más Iglesias, La Habana, 16 de febrero de 2013.

Las madres que viven en el municipio 10 de octubre y tienen que llevar a sus niños enfermos al médico, se sienten alarmadas porque el cuerpo de Guardia del Hospital materno infantil ¨Hijas de Galicia¨, ubicado en la barriada de Luyanó, se ha trasladado para el Policlínico Hospital situado en  Coco y Rabí, en Santos Suárez, el cual tenía la función de atender e ingresar solo a adultos.
En estos momentos, la atención de urgencia se encuentra separada después de innumerables quejas de la población, pero en caso de ingresos, ambos, niños y ancianos, ocupan la misma instalación. Algo peligroso por la cantidad de epidemias que afronta en estos momentos la isla.
El sistema de salud del país nunca se había visto involucrado en las circunstancias de tener que asistir médicamente a los niños en el mismo lugar al que  acuden personas mayores con distintas enfermedades, sintomatologías y complicaciones que llegan a ser en ocasiones contagiosas.
Aunque las salas estén divididas por pisos o áreas, no deja de ser un riesgo el mantener a los infantes expuestos al ambiente de los mayores, ello sin contar que las condiciones higiénicas de dicho hospital no son las óptimas, ya que  presenta problemas con el agua y las instalaciones sanitarias de los baños, que son principales vías de contaminación de no estar en buen estado.
Los motivos que hayan generado esta unión tan irracional y de total irresponsabilidad, deben llevarse  al análisis y solución que corresponda, sin demoras, para que nuestros niños no tengan complicaciones de  salud.



Nuevamente desaparecidos.


Nuevamente desaparecidos.


Susana T. Más Iglesias, La Habana 8 de Marzo de 2013.

Desde hace algunas semanas se encuentran ausentes otra vez de las tiendas recaudadoras de divisas variados productos alimenticios, entre ellos los paquetes de pescuezos,  mollejas e hígado de pollo, así como los picadillos más baratos y la mantequilla, a los que la población acude, a pesar de que su salario no es pagado en la moneda convertible. Otro artículo también de suma necesidad  para la higiene como la pasta dental en todos sus formatos y precios, estuvo en total desabastecimiento durante más de quince días, incluso en las tiendas de  hoteles.
Ahora ha surgido un aumento de la venta de pescado, carnes, quesos,  salamis, ahumados y hasta langosta en los mercaditos en CUC, pero a precios inaccesibles para un trabajador sencillo. Podría  tomarse como  burla cuando se observa  el  costo, por lo  que Ud. puede pensar ¨Hay, pero no me toca¨. Lástima que los dependientes de esas tiendas y mercados estén advertidos de no dejar tomar fotos dentro de ellas, para que la verdad no salga a flote. Pero la desaparición se hace extensible a otros artículos también de utilidad para la ciudadanía como el gel de pelo, el polvo de decoloración y colores determinados de  tintes más usados por las féminas, sobre todo los más baratos.
A pesar de que los salarios son bajos e incompatibles en el canje con los precios de los productos en la red minorista, los artículos siguen subiendo sus precios, en un lapso de veinticuatro horas podrá apreciar que los refrescos de latas y pomos grandes, cambian su precio. En determinadas áreas del Vedado: durante el día, hasta las ocho de la noche, éstos cuestan 0.50 y  1.50 CUC respectivamente, sin embargo, pasada esa hora, detectará que el precio sube 0.15ctvs más.
Existen dudas que la población se cuestiona sin llegar a exteriorizarlas en las famosas reuniones de rendición de cuentas con el Delegado para no señalarse, pero la pregunta es sencilla: ¿está estipulado así?
Sería prudente que inspectores, los que durante el día revisan  establecimientos en MN, a los cuentapropistas y carretilleros, inviertan el horario y se den una vueltecita por  esos kioscos, Rápidos y otros establecimientos donde la adulteración de precios  prevalece de forma escandalosa.

No hay que exagerar…


No hay que exagerar…


Susana T. Más Iglesias, La Habana 7 de Marzo de 2013.
Es cierto que la situación general del país está caótica, que cada vez se pone más difícil la adquisición de productos  alimenticios o de higiene, ropa y calzado por su desabastecimiento o los altos precios; que el pueblo confronta dificultades con el transporte, los medicamentos y otros renglones en la vida cotidiana, pero ello no justifica que se pierda la educación moral y mucho menos el pudor hasta el punto de utilizar  a menores en el ejercicio de la mendicidad.
Hace unos días, pasadas las ocho de la noche, una señora que no superaba los sesenta años, sentada en uno de los muros de entrada al Hotel ¨Habana Libre¨, inducía a un pequeñín que apenas llegaba a cuatro años para que abordara a los turistas que transitaban a pedir dinero, si le daban, excelente labor, pero si no, el pequeño daba un manotazo a quien se lo negara. La matrona se mantenía con actitud indiferente ante la agresividad del menor, solo lo llamaba para  esperar al próximo. Aquello fue la admiración e indignación de todos los transeúntes, ya que no había ningún agente del orden que impidiera con su presencia tal desfachatez. En  reiteradas ocasiones son mujeres con niños de meses las que hacen estancia y deambulan con el mismo fin.
Es un acto muy deplorable el hecho de instruir a niños de tan poca edad en este tipo de denigración social, porque en el futuro cuando ese niño sea un adolescente, y pueda valerse por sí solo, no respetará a nadie, se convertirá en un ciudadano sin escrúpulos que le dará lo mismo arrebatar una cartera, que introducirse en una casa a robar a toda costa y riesgo.
Pero como si fuera poco, a escasos metros de ese mismo lugar, un joven se acercó a un grupo de turistas, y señalando a una muchacha que aparentaba estar embarazada, les solicitaba ayuda monetaria, exponiendo que ella no había ingerido ningún alimento en todo el día. Eso es bochornoso y cruel, además que de ser ciertas esas situaciones, nada tienen que ver con ellas los extranjeros que visitan el país.
Hay que resaltar la necesidad de ahuyentar este tipo de elemento de lugares donde se pueda dañar de forma considerable la imagen del verdadero ciudadano cubano decente, desprendido, que se conforma con el destino que haya tomado su vida ya que el estado es indolente a las carencias y necesidades de la población.  Se puede llegar a ser la persona más pobre de la tierra y sin embargo tener el regocijo y orgullo de la honradez, sin traspasar los límites de la mala educación. Pero esto solo sucede cuando los pueblos carecen de un gobierno que se preocupe por saber cómo andan las cosas en los sectores más pobres de un país.
Ya la mayoría de los habitantes de la isla desconocen lo que es vivir con decoro y se debe trabajar en estos aspectos. Comportamientos como estos no solo deben ser vigilados y de ser preciso tomar medidas para que no se propague por toda la ciudad, sino atendidos de manera social  y tratar de mejorar la vida del cubano, ver cómo se soluciona la pobreza extrema en la que vive un gran porciento de personas y poner atención a estos actos de manera preventiva. 



No hay que exagerar…


No hay que exagerar…


Susana T. Más Iglesias, La Habana 7 de Marzo de 2013.
Es cierto que la situación general del país está caótica, que cada vez se pone más difícil la adquisición de productos  alimenticios o de higiene, ropa y calzado por su desabastecimiento o los altos precios; que el pueblo confronta dificultades con el transporte, los medicamentos y otros renglones en la vida cotidiana, pero ello no justifica que se pierda la educación moral y mucho menos el pudor hasta el punto de utilizar  a menores en el ejercicio de la mendicidad.
Hace unos días, pasadas las ocho de la noche, una señora que no superaba los sesenta años, sentada en uno de los muros de entrada al Hotel ¨Habana Libre¨, inducía a un pequeñín que apenas llegaba a cuatro años para que abordara a los turistas que transitaban a pedir dinero, si le daban, excelente labor, pero si no, el pequeño daba un manotazo a quien se lo negara. La matrona se mantenía con actitud indiferente ante la agresividad del menor, solo lo llamaba para  esperar al próximo. Aquello fue la admiración e indignación de todos los transeúntes, ya que no había ningún agente del orden que impidiera con su presencia tal desfachatez. En  reiteradas ocasiones son mujeres con niños de meses las que hacen estancia y deambulan con el mismo fin.
Es un acto muy deplorable el hecho de instruir a niños de tan poca edad en este tipo de denigración social, porque en el futuro cuando ese niño sea un adolescente, y pueda valerse por sí solo, no respetará a nadie, se convertirá en un ciudadano sin escrúpulos que le dará lo mismo arrebatar una cartera, que introducirse en una casa a robar a toda costa y riesgo.
Pero como si fuera poco, a escasos metros de ese mismo lugar, un joven se acercó a un grupo de turistas, y señalando a una muchacha que aparentaba estar embarazada, les solicitaba ayuda monetaria, exponiendo que ella no había ingerido ningún alimento en todo el día. Eso es bochornoso y cruel, además que de ser ciertas esas situaciones, nada tienen que ver con ellas los extranjeros que visitan el país.
Hay que resaltar la necesidad de ahuyentar este tipo de elemento de lugares donde se pueda dañar de forma considerable la imagen del verdadero ciudadano cubano decente, desprendido, que se conforma con el destino que haya tomado su vida ya que el estado es indolente a las carencias y necesidades de la población.  Se puede llegar a ser la persona más pobre de la tierra y sin embargo tener el regocijo y orgullo de la honradez, sin traspasar los límites de la mala educación. Pero esto solo sucede cuando los pueblos carecen de un gobierno que se preocupe por saber cómo andan las cosas en los sectores más pobres de un país.
Ya la mayoría de los habitantes de la isla desconocen lo que es vivir con decoro y se debe trabajar en estos aspectos. Comportamientos como estos no solo deben ser vigilados y de ser preciso tomar medidas para que no se propague por toda la ciudad, sino atendidos de manera social  y tratar de mejorar la vida del cubano, ver cómo se soluciona la pobreza extrema en la que vive un gran porciento de personas y poner atención a estos actos de manera preventiva. 




No hay que exagerar…


Susana T. Más Iglesias, La Habana 7 de Marzo de 2013.
Es cierto que la situación general del país está caótica, que cada vez se pone más difícil la adquisición de productos  alimenticios o de higiene, ropa y calzado por su desabastecimiento o los altos precios; que el pueblo confronta dificultades con el transporte, los medicamentos y otros renglones en la vida cotidiana, pero ello no justifica que se pierda la educación moral y mucho menos el pudor hasta el punto de utilizar  a menores en el ejercicio de la mendicidad.
Hace unos días, pasadas las ocho de la noche, una señora que no superaba los sesenta años, sentada en uno de los muros de entrada al Hotel ¨Habana Libre¨, inducía a un pequeñín que apenas llegaba a cuatro años para que abordara a los turistas que transitaban a pedir dinero, si le daban, excelente labor, pero si no, el pequeño daba un manotazo a quien se lo negara. La matrona se mantenía con actitud indiferente ante la agresividad del menor, solo lo llamaba para  esperar al próximo. Aquello fue la admiración e indignación de todos los transeúntes, ya que no había ningún agente del orden que impidiera con su presencia tal desfachatez. En  reiteradas ocasiones son mujeres con niños de meses las que hacen estancia y deambulan con el mismo fin.
Es un acto muy deplorable el hecho de instruir a niños de tan poca edad en este tipo de denigración social, porque en el futuro cuando ese niño sea un adolescente, y pueda valerse por sí solo, no respetará a nadie, se convertirá en un ciudadano sin escrúpulos que le dará lo mismo arrebatar una cartera, que introducirse en una casa a robar a toda costa y riesgo.
Pero como si fuera poco, a escasos metros de ese mismo lugar, un joven se acercó a un grupo de turistas, y señalando a una muchacha que aparentaba estar embarazada, les solicitaba ayuda monetaria, exponiendo que ella no había ingerido ningún alimento en todo el día. Eso es bochornoso y cruel, además que de ser ciertas esas situaciones, nada tienen que ver con ellas los extranjeros que visitan el país.
Hay que resaltar la necesidad de ahuyentar este tipo de elemento de lugares donde se pueda dañar de forma considerable la imagen del verdadero ciudadano cubano decente, desprendido, que se conforma con el destino que haya tomado su vida ya que el estado es indolente a las carencias y necesidades de la población.  Se puede llegar a ser la persona más pobre de la tierra y sin embargo tener el regocijo y orgullo de la honradez, sin traspasar los límites de la mala educación. Pero esto solo sucede cuando los pueblos carecen de un gobierno que se preocupe por saber cómo andan las cosas en los sectores más pobres de un país.
Ya la mayoría de los habitantes de la isla desconocen lo que es vivir con decoro y se debe trabajar en estos aspectos. Comportamientos como estos no solo deben ser vigilados y de ser preciso tomar medidas para que no se propague por toda la ciudad, sino atendidos de manera social  y tratar de mejorar la vida del cubano, ver cómo se soluciona la pobreza extrema en la que vive un gran porciento de personas y poner atención a estos actos de manera preventiva.