jueves, 18 de septiembre de 2014

Despedida Silenciosa a Estimado Locutor.

Despedida Silenciosa a Estimado Locutor.


Susana T. Más Iglesias, La Habana 14 de septiembre de 2014.

El destacado locutor del programa televisivo “Palmas y Cañas”, ese programa tan esperado los domingos por la teleaudiencia, Fernando Guardado, sin argumento alguno quedó excluido de su puesto de trabajo.
Según las fuentes, el nuevo director del programa le notificó que su función cesaba y que otro presentador comenzaría  por él en dicho espacio, dejando sentado en su casa al que dedicó más de treinta y cinco años al desempeño y continuidad de la música campestre.
Es digno destacar que Guardado es un  respetable conductor que consagró cuarenta y seis años de su vida a esa profesión, los cuales dedicó con amor y profesionalidad a la Televisión Cubana, donde con prestigio se mantuvo en la conducción del único programa que se destina a informar y resaltar los logros del sector campesino del país, así como dar a conocer a modo de estímulo los trabajadores vanguardias y destacados del sector agrícola.
Al efectuar algunas averiguaciones  a cerca del  cambio, las personas expresan que ha sido una sorpresa el cambio imprevisto,  sin que el mismo se despidiera de su público dominical, después de demostrar durante tanto tiempo un gran dominio, conocimiento y profesionalidad de la música campesina.
Algunos comentan que con el cambio de director del programa,  se propició que el mismo efectuara modificaciones de personal sin que interviniera la opinión del público. Varios seguidores del programa comentan que el desplazo de Fernando Guardado fue para favorecer a un amigo del nuevo funcionario.
Lo real es que cuando se promueve la conversación en cualquier lugar: bodega, parada de ómnibus o farmacia, todos coinciden en que con su abnegación y nivel de preparación este locutor logró cautivar la teleaudiencia del programa que cobró vida a lo largo de todos estos años.
Es una lástima que situaciones  como éstas ocurran, además de quedar sin  respuestas  los por qué del público, más también la tristeza de dicho simpático anunciador al desconocer hasta dónde fue querido como conductor de la música guajira, al que sus seguidores nunca olvidarán. 



P/D  enviado a Primavera Digital de Cuba para su publicación.

jueves, 11 de septiembre de 2014


Todos los que leen mi blog les ruego que lo pasen a sus amigos y dem'as contactos. Gracias!



Pienso que todas aquellas personas que han vivido y aún viven en Cuba, conocen por qué se ha incrementado notablemente la prostitución, oficio más antiguo del mundo y tema latente cuestionado desde distintas aristas. De ninguna manera esta actividad puede justificarse, pero tampoco debe ser  criticada ni perseguida, ya que ni siquiera aparece como delito en el Código Penal cubano.
Es inconcebible que personas que aún viven de prejuicios, a la altura del siglo XXI donde el desarrollo intelectual, la tecnología y la lucha  porque los derechos humanos sean respetados, arremetan contra la decisión personal, o tal vez tengan sin saberlo sentimientos misóginos, que lleguen, debido a su posición social y poder económico también, a atentar amañadamente contra una revista que solo informa de la realidad y situación de la isla, el semanario digital La Primavera de Cuba. Miles de cubanos que viven en el exterior y otras personas de distintas latitudes que conocen o no  el país, se han enterado a lo largo de siete años de los problemas de la isla a través de ella.
Ahora los suecos le han retirado el financiamiento con argumentos no justificables. No es cosa rara “hacerse el sueco” cuando las cosas no convienen. Sobre el tema incluso existe un filme cubano. No obstante, los periodistas y colaboradores digitales seguiremos con más ahínco nuestra labor de informar al mundo  a través de los siguientes blogs:
Infiernodepalo y circulocinico
Todos tenemos derecho a pensar, conducirnos y expresarnos como queremos. Gracias por leer mis líneas. Salud y Bendiciones para todas aquellas personas que habitan este planeta, porque al final nadie es tan bueno como piensa, ni tan malo como lo ven los demás.






Revitalizar el Carnaval.

Revitalizar el Carnaval.

Susana T. Más Iglesias, La Habana 2 de septiembre del 2014.





El ejecutivo de la Comisión de festejos del carnaval habanero debe pensar en mejores alternativas  para el mejoramiento de la producción y exhibición de dicho evento para el 2015.
Cada año que pasa las carrozas tienden a decaer en la belleza de sus diseños y por tanto carecen del esplendor requerido, por lo que marcan siempre tan abismal diferencia con los anteriores, que es imposible no caer en el recuerdo de las que en décadas  anteriores y a pesar de un período especial ya implantado en el país, gozaban de excelente presencia y  con mayor aceptación por parte del público asistente.
Por ese período de los años 60 hasta mediados de los 70, todas las comparsas que desfilaron conjuntamente con sus carrozas, modelos, muñecones y faroleros que armonizaban la festividad incitaban al espectador con el ritmo contagioso de la música de moda en ellas, más el compás de los tambores o trompetas chinas que inducían al baile y la alegría.
En estos últimos cinco años se nota la falta de materia prima y herramientas necesarias  que no acompañan a aquellos que desean desplegar  su imaginación en la confección de diseños  y por mucho esfuerzo que hagan por desarrollar su talento artístico, no logran variar o amplificar la calidad de los espectáculos.
Y si se habla de lo  más esperado por los niños y algunos adultos, los muñecones, ni hablar, todos los años son los mismos personajes con pésima presentación y arrastrados por carretillas que se las lleva el viento del malecón, las que lejos de agradar a los niños, llena de temor a los pequeños y son motivo de burlas entre los más crecidos. Bien pudieran estos gigantes muñecos ser guiados como antaño, o representados por los zanqueros o jóvenes patinadores.
Los diseñadores deben trabajar en la creación de más símbolos de nuestra cultura en la época actual, sin dejar de mostrar a los valientes Elpidio Valdés y Eleuteria, que tanto nos agrada aún ver en la pantalla chica. Ejemplos sobran para confeccionar como lo son personajes que pudieran ser tomados  de programas como “La Sombrilla Amarilla”, “El Camino de los Juglares” y otros que son predilectos también de los infantes de la isla.
Esperemos que para el próximo año las iniciativas puedan cumplirse y se proporcione un mejor espectáculo en términos generales.




Revitalizar el Carnaval.

Susana T. Más Iglesias, La Habana 2 de septiembre del 2014.


El ejecutivo de la Comisión de festejos del carnaval habanero debe pensar en mejores alternativas  para el mejoramiento de la producción y exhibición de dicho evento para el 2015.
Cada año que pasa las carrozas tienden a decaer en la belleza de sus diseños y por tanto carecen del esplendor requerido, por lo que marcan siempre tan abismal diferencia con los anteriores, que es imposible no caer en el recuerdo de las que en décadas  anteriores y a pesar de un período especial ya implantado en el país, gozaban de excelente presencia y  con mayor aceptación por parte del público asistente.
Por ese período de los años 60 hasta mediados de los 70, todas las comparsas que desfilaron conjuntamente con sus carrozas, modelos, muñecones y faroleros que armonizaban la festividad incitaban al espectador con el ritmo contagioso de la música de moda en ellas, más el compás de los tambores o trompetas chinas que inducían al baile y la alegría.
En estos últimos cinco años se nota la falta de materia prima y herramientas necesarias  que no acompañan a aquellos que desean desplegar  su imaginación en la confección de diseños  y por mucho esfuerzo que hagan por desarrollar su talento artístico, no logran variar o amplificar la calidad de los espectáculos.
Y si se habla de lo  más esperado por los niños y algunos adultos, los muñecones, ni hablar, todos los años son los mismos personajes con pésima presentación y arrastrados por carretillas que se las lleva el viento del malecón, las que lejos de agradar a los niños, llena de temor a los pequeños y son motivo de burlas entre los más crecidos. Bien pudieran estos gigantes muñecos ser guiados como antaño, o representados por los zanqueros o jóvenes patinadores.
Los diseñadores deben trabajar en la creación de más símbolos de nuestra cultura en la época actual, sin dejar de mostrar a los valientes Elpidio Valdés y Eleuteria, que tanto nos agrada aún ver en la pantalla chica. Ejemplos sobran para confeccionar como lo son personajes que pudieran ser tomados  de programas como “La Sombrilla Amarilla”, “El Camino de los Juglares” y otros que son predilectos también de los infantes de la isla.
Esperemos que para el próximo año las iniciativas puedan cumplirse y se proporcione un mejor espectáculo en términos generales.




Maleconeños días de verano.

Maleconeños días de verano. 


Susana T. Más Iglesias, La Habana 2 de septiembre de 2004.




En este verano tan impetuoso desde tempranas horas de  la tarde, el malecón habanero se convirtió nuevamente como años anteriores, en el lugar más concurrido de la capital, no solo por el calor reinante en la isla, sino por ser la elección más barata y acogedora donde tanto niños,  jóvenes y adultos pueden pasar un largo rato de esparcimiento. Nada los detiene, ni la sed, el intenso sol, o las pocas veces que les sorprende la imprevista llovizna que por espacio de unos cortos minutos refresca sus cuerpos.
Aquellos que arriban al lugar  con los infantes y jóvenes de la familia, no sólo a respirar el aire fresco salino, sino  también para sentarse a conversar, tienen la posibilidad de contar alguna anécdota o historia conocida y lograr que los niños adviertan la inmensidad del mar, su belleza  y  cambiantes  colores. 
Ya al caer la tarde, es sitio recurrente de aquellos sin  respaldo económico que les permita desplazarse hacia otros lugares, donde el acceso es algo caro y aún más, si  lleva acompañante. Algunos prefieren sentarse con sus parejas a platicar de futuros planes en sus vidas, a otros les sirve para desarrollar mentalmente un proyecto de interés; más la mayoría de los que van en grupo prefirieren llevar una botellita de ron o v ino, acompañado de su reproductor de música o guitarra, que desde los lejanos edificios altos se escuchan las gratas melodías y de esa manera, como se dice,  matan el tedio más las impotencias de la vida que los hace infelices.
Este tranquilo lugar se presta también para que los solitarios puedan conciliar sus pensamientos, a la vez que a unos terceros les deleita a su manera, conversar con el mar y solicitarle concesiones para sus vidas.
De cualquier manera es una visión única que puede ser engalanada por la entrada o salida ocasional de algún navío, que proporciona  muchas cosas que preguntarse: ¿traerá al país más alimentos?, ¿tal vez equipos de nuevas tecnologías para las escuelas?, ¿vendrá con materiales de construcción que se destinarán a  mejorar las condiciones de viviendas de muchos? Pero también abre ambiciones de experiencias como quién pudiera montar aunque sea por un rato en un barco, conocer sus interiores y dar un paseo…y los más soñadores imaginan que se retiran en él bien lejos para vivir con mejor confort, más expectativas de vida y sobre todo libertad para realizar el trabajo o estudio que deseen, sin que sea con imposición por la necesidad del estado.
Nadie siente aburrimiento de este serpenteante malecón capitalino por lo que tanto en las mañanas, tardes o noches, siempre será el lugar nostálgico, libre, donde se puede dar riendas sueltas a los sueños e imaginación  a nuestro gusto y conveniencia donde se puede insertar el conocido refrán: ¡y no cuesta nada!
Esperemos que esto se mantenga siempre y que en un futuro no se le ocurra a alguien cobrar el derecho de sentarse en el muro para cobrar los maleconeños días de verano.

Maleconeños días de verano. 


Susana T. Más Iglesias, La Habana 2 de septiembre de 2004.

En este verano tan impetuoso desde tempranas horas de  la tarde, el malecón habanero se convirtió nuevamente como años anteriores, en el lugar más concurrido de la capital, no solo por el calor reinante en la isla, sino por ser la elección más barata y acogedora donde tanto niños,  jóvenes y adultos pueden pasar un largo rato de esparcimiento. Nada los detiene, ni la sed, el intenso sol, o las pocas veces que les sorprende la imprevista llovizna que por espacio de unos cortos minutos refresca sus cuerpos.
Aquellos que arriban al lugar  con los infantes y jóvenes de la familia, no sólo a respirar el aire fresco salino, sino  también para sentarse a conversar, tienen la posibilidad de contar alguna anécdota o historia conocida y lograr que los niños adviertan la inmensidad del mar, su belleza  y  cambiantes  colores. 
Ya al caer la tarde, es sitio recurrente de aquellos sin  respaldo económico que les permita desplazarse hacia otros lugares, donde el acceso es algo caro y aún más, si  lleva acompañante. Algunos prefieren sentarse con sus parejas a platicar de futuros planes en sus vidas, a otros les sirve para desarrollar mentalmente un proyecto de interés; más la mayoría de los que van en grupo prefirieren llevar una botellita de ron o v ino, acompañado de su reproductor de música o guitarra, que desde los lejanos edificios altos se escuchan las gratas melodías y de esa manera, como se dice,  matan el tedio más las impotencias de la vida que los hace infelices.
Este tranquilo lugar se presta también para que los solitarios puedan conciliar sus pensamientos, a la vez que a unos terceros les deleita a su manera, conversar con el mar y solicitarle concesiones para sus vidas.
De cualquier manera es una visión única que puede ser engalanada por la entrada o salida ocasional de algún navío, que proporciona  muchas cosas que preguntarse: ¿traerá al país más alimentos?, ¿tal vez equipos de nuevas tecnologías para las escuelas?, ¿vendrá con materiales de construcción que se destinarán a  mejorar las condiciones de viviendas de muchos? Pero también abre ambiciones de experiencias como quién pudiera montar aunque sea por un rato en un barco, conocer sus interiores y dar un paseo…y los más soñadores imaginan que se retiran en él bien lejos para vivir con mejor confort, más expectativas de vida y sobre todo libertad para realizar el trabajo o estudio que deseen, sin que sea con imposición por la necesidad del estado.
Nadie siente aburrimiento de este serpenteante malecón capitalino por lo que tanto en las mañanas, tardes o noches, siempre será el lugar nostálgico, libre, donde se puede dar riendas sueltas a los sueños e imaginación  a nuestro gusto y conveniencia donde se puede insertar el conocido refrán: ¡y no cuesta nada!
Esperemos que esto se mantenga siempre y que en un futuro no se le ocurra a alguien cobrar el derecho de sentarse en el muro para cobrar los maleconeños días de verano.