jueves, 5 de noviembre de 2015

Pasó al olvido…
Susana T.Más Iglesias, La habana 19 de septiembre de 2015.

La barbería “Radiocentro”,la cuál tiene exisitencia desde los inicios del antiguo canal televisivo CMQ , sin explicación alguna no forma parte del patrimonio histórico del país. Hoy no es más que un local más, de los tantos arrendados por el Estado para brindar servicios a la polación. Gracias que el Instituto Cubano de Radio y Televisión, ICRT lo acog como espacio de la institución y  su colectivo compuesto  de  barberos, peluqueras, y una manicure han podido continuar desarrollando su labor.
Esta barbería está enmarcada en el ángulo del pasillo entre el ICRT y la cafetería “La Arcada”  en la calle M del Vedado, que además también tiene entrada por la calle 23.
Muchas personas de la tercera edad recuerdan que  era un pequeño pero acogedor  salón de belleza donde acudían las grandes figuras de la canción y galanes de novelas y programas de la época como Rolandito Barral, Julito Martínez, Ramoncito Velóz, Enrique Almirante, Luis Alberto Ramírez, Alejandro Lugo  y otros, que por ende lograban la frecuente visita de  jóvenes que  portaban autógrafos, (libro pequeño, preferiblemente de color rosado y  rectangular con bonita portada y numerosas hojas), para que sus artista predilectos les estamparan alguna frase agradable y su firma, esa era la constancia de haberles conocido personalmente).

También afamados cantantes, directores y vestuaristas, diseñadores de moda y locutores pasaban puntualmente a solicitar los distintos servicios que allí se ofertaban.

Durante los primeros años de inaugurado el lugar, las paredes de este recinto estuvieron  adornadas con fotos de grandes de la pantalla chica  como Benny Moré, Rosita Fornés, Enrique Santiesteban, Bola de Nieve, Fernando Alvarez, Armando Soler, Rita Montaner, Germán Pinelli, Odalys Fuentes, Enrique Arredondo, Raquel Revuelta, y otros.
Al triunfar la revolución en el año 1959, ese salón tuvo la premicia de ser visitado por los llamados barbudos, militares del Ejército Rebelde que bajaron triunfantes de la Sierra Maestra, fue en ese lugar donde rasuraron sus barbas y dieron cortes a sus largos cabellos. Allí también se brindaba servicios faciales  y por algunos años se mantuvo un relojero en el pasillo que pertenecía a la barbería, el cual brindaba servicios de reparación.

La permanencia por años y su historia  es suficiente para mantener una condición única y relevante como centro patrimonial, respaldado por la empresa que corresponde, pero no ha sido así.

Incluso en los últimos años de vida del gran compositor e intérprete Francisco Repilado conocido por Compay Segundo, se hizo notar su asistencia al lugar requiriendo siempre el servicio de su barbero Reynaldo Luis, al que cariñosamente se le decía Rey y que también pelaba al simpático humorista  Antolín el Pichón.
Con el paso del tiempo y las restructuraciones estatales, este local inicialmente pasó a ser atendido por la Empresa de Servicios del Municipio Plaza, pero en los últimos años, al aprobarse la ley de cuentapropismo, esa instancia dejó de atenderles y cedió dicho espacio que con gusto asumió el ICRT, pero éstos trabajadores de la barbería deben abonar una suma monetaria por concepto de arrendamiento del local para poder laborar en el mismo; independientemente del pago de sus licencias y la compra de los productos en el mercado minorista, sumándole la responsabilidad de reparación, higienización y embellecimiento del lugar que corre por ellos a un costo bastante elevado.

Al parecer a los historiadores se les fue de la mano que este centro guarda en sus paredes innumerables recuerdos sobre la presencia allí de personalidades de la cultura cubana y del gobierno.

Esta barbería que tantas bellas anécdotas e historias encierra, pasó al olvido, pudiendo ser un centro más perteneciente al patrimonio de la isla.



susana.mas24@yahoo.com
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P/D enviado a ICLEP para evaluación y posible publicación

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