Los por qué de Susana: Vencido o No?

Vencido o No?

Susana T. Más Iglesias, La Habana 17 de octubre. de 2015.

El picadillo de pollo curado a la venta en algunos mercados de la red comercial enclavados en el municipio Plaza, presenta deficiencias notables.

Con el gran desabastecimiento existente en tiendas recaudadoras de divisa en las últimas tres semanas de productos cárnicos, la población recurre obligatoriamente a la compra reiterada del picadillo, el cuál posee un precio bastante asequible entre otros, y los compradores optan mayormente por el llamado “curado”, subproducto de pollo que no siempre forma parte de la predilección de los consumidores, pero que proporciona la oportunidad de confeccionar diversos platos.

Aunque muchas personas en la desesperación de comprar, omiten leer e informarse sobre la fecha de vencimiento de un producto, otros se han percatado que este picadillo, en su envoltura advierte que el mismo debe ser consumido antes de los ciento veinte días posteriores a su elaboración. Pero existe la contradicción que el mismo está desprovisto de indicación en cuanto a la fecha de elaboración,( como aparece expuesto en foto adjunta), por lo que es imposible deducir cuándo es que vence, además de encontrarse falto de suficiente congelación.

Con los riesgos que sufren algunos productos alimenticios cuando se producen apagones, aunque éstos sean por escaso tiempo, pero sí en reiteradas ocasiones, los alimentos que se encuentran congelados conllevan a un deterioro en su calidad, lo que puede ocasionar trastornos digestivos que llegan a producir intoxicaciones, vómitos o descomposiciones estomacales.

Algo por lo que deben velar los centros de producción y sus controladores de la calidad, es que la mercancía salga del establecimiento con todos sus requerimientos y los gerentes o jefes de almacenes que reciban dicha mercancía supervisen que éstos parámetros no sean violados, ya que forman parte de la protección al consumidor y normas de sanidad; deben estar pendientes al recibir los productos, y exigir porque ellos al menos revelen una fecha de referencia o producción por la cuál el cliente pueda guiarse, para saber en qué término puede usarlo o decidir no comprarlo por estar sujeto a riesgos.

Debido a la ausencia de variedad de cárnicos en la red minorista en estos momentos, no es mucho el tiempo que duran en las tiendas, pero sí están expuestos al deterioro por las interrupciones del fluído eléctrico, que afectan algunas zonas donde se encuentran enclavados comercios con grandes cantidades de productos alimenticios que requieren congelación permanente.

No se puede olvidar que éstos alimentos son consumidos por niños y ancianos, quienes son más propensos a sufrir cualquier indigestión. Esperemos que las autoridades sanitarias presentes en cada centro de producción, velen para que se cumplan los requisitos de surtido de alimentos para la venta y consumo de la población.