Edificaciones
a la Espera.
Susana T. Más , La Habana 10 de noviembre de 2015.
A pesar que
con mucho júbilo se celebró en la isla
el 496 aniversario de la fundación de la Villa de San Cristóbal, que a
través de los medios de difusión a la población se emitieron videos y
documentales de determinadas zonas del Casco Histórico, existen en esa misma
área y en el centro de la ciudad de La Habana más de trescientas
edificaciones en las que sus ocupantes esperan por la posibilidad de la reparación
por parte del Estado,
quien rige y autoriza esa gestión; ya que no se autoriza el acuerdo entre vecinos,
a pesar de sus bajos ingresos, para que puedan obtener poco a poco materiales de
construcción para disminuir y rehabilitar
el deterioro de sus hogares causado por el decursar de los
años.
En muchos casos
de edificaciones en estado deplorable,
se pueden hallar a personas y familias que
aún se encuentran viviendo allí, asumiendo todos los riesgos que puedan
surgir con relación a derrumbes
parciales o totales como ha sucedido en reiteradas ocasiones. Pero como no
existe otra posibilidad rápida o eficaz de sustitución de vivienda transitoria,
a no ser por gestión propia, como la de
ir a parar a casa de familiares o amigos, sus ocupantes esperan pacientemente a costo de
perder sus vidas a que su situación mejore, con la esperanza de que en algún
momento el gobierno municipal tome medidas para evitar tales desastres.
La situación
habitacional en el país es bastante caótica, pues su población va
aumentando aceleradamente, y buscando mejores opciones de vida se trasladan
hacia La Habana gran cantidad de personas provenientes de otras provincias que
buscan estabilidad laboral que les proporcionen mejorar su
estatus.
Los edificios
más afectados son los que se encuentran en áreas cercanas al malecón y por ende
expuestos al deterioro
por la acción constante del
salitre, elemento natural que ataca con intensidad esas construcciones que
tienen casi cien años o más de erigidas. Dentro de otros municipios también se
advierte tal afectación,
pero las personas que habitan casas independientes han tenido más suerte de poder acometer
ciertas restauraciones. Como ejemplo se exponen fotos de edificios que existen
en los municipios de Habana Vieja y Centro Habana que a pesar de estar en
pésimas condiciones, aún siguen ocupados por personas que no tienen otras
alternativas que no sea la de esperar.
Recientemente
el gobierno de la isla hizo entrega de apartamentos en edificios a personas que
llevaban más de veinticinco años en albergues, entrega insignificante
comparada con la cantidad de casos en esas condiciones y que por ley natural se
han incrementado por nuevas generaciones
que ya comienzan
la etapa de reproducción, por lo que se encuentra fácilmente en una familia
tres o cuatro generaciones conviviendo juntas.
Sería
prudente el análisis de aumentar la posibilidad de entregas de presupuesto a los organismos responsables
del mantenimiento o remozamiento de las edificaciones, o del permiso de
reparación por medios propios sin tantas exigencias a los que se proponen
ejecutarlo.
Debe
analizarse este aspecto no sólo desde el punto de vista habitacional, también desde la mejoría de calidad para los seres humanos que integran la población cubana que estudia, trabaja y serán miembros activos de la comunidad en el futuro. Si se garantizan las condiciones mínimas de vivienda a las personas, aunque fueran pequeñas, ellas se encargarán de crear un ambiente confortable que les permitieran una agradable convivencia, tendrían menos preocupaciones y rendirán con más calidad en su desarrollo intelectual, o productivo.
P/D enviado a ICLEP para su revisión y publicación.
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