A Jugar al Tin Marín
Susana T. Más Iglesias, La Habana, junio de 2012.
Es desesperante pretender salir de compras para obtener lo más necesario en el hogar como alimentos o productos para mantener la higiene dentro de él.
Sigue el desabastecimiento en cuanto a la variedad de cárnicos en la red comercial de las tiendas recaudadoras de divisa, se destacan como reyes con su presencia los paquetes con muslos de pollo, siendo la opción casi única, y le sigue el picadillo: hasta ahí. Por casualidad puede que si la suerte le acompaña llegue a acertar en algún lugar con los perritos, hamburguesas o tal vez con el hígado de pollo, pero no albergue otras esperanzas como hecho, porque incluso en los mercados con ventas en MN solo existe el cerdo si acaso llega a tiempo, y tiene el dinero para obtener no más de 2 ó 3 libritas. La gran variedad de sus subproductos ha desaparecido también, como el jamón, la jamonada, los recortes, chuletas, chorizos u otros. Por lo que tiene que caminar temprano, rápido y furioso para lograr empatarse con algo.
Por otra parte las frazadas de pisos, elemento primordial en las casas han alcanzado un precio de $40.oo, pero no las hay en la red. Puede que la dicha le acompañe y encuentre a algún revendedor que las tenga, pero al precio de $50.oo, es por eso que la mayoría de las amas de casa han atacado y hurgando sus escaparates, en la búsqueda de toallas viejas o sobrecamas de chenilla ya deterioradas por el uso, o camisetas un poquito viejitas para convertirlas en las agentes de la limpieza hogareña.
Del papel higiénico, ni hablar: hay pero no para todos, desde el momento en punto en que si no compra el paquete entero, ni sueñes con obtenerlo. Esto es casi una burla, por no decir un chantaje. Todas las personas no pueden o no necesitan comprar 4 rollos de un tirón, y contando los kilitos, tratan de reunir para la compra de uno, por si viene una visita, o tiene algún familiar hospitalizado, al menos contribuir con eso.
El jabón de baño con los precios más bajos se desaparece por días y días, y cuando hace su debut es con el costo elevadísimo como el “Palmolive” u otros que sobrepasan un CUC la adquisición de cada uno.
Entonces si sabe sacar cuentas, con la compra de un jabón, el paquete más barato de papel higiénico y la frazada de piso, ya sobrepasó la cifra de $111.00 MN, obviando el aromatizante, desinfectante y salfumán, líquidos que contribuyen a dar la limpieza a baños y patios hogareños. Teniendo en cuenta que no todas las personas pueden darse el lujo de efectuar esos gastos, porque en realidad o sus salarios son demasiados bajos, y tienen que dejar algo para los comestibles (carne, viandas, sazones), además del pago de electricidad, agua, gas, y con suerte que no coincida con el cobro insistente del CDR, FMC, o Junta Administrativa en edificios multifamiliares; o son unos infelices jubilados con los más bajos recursos.
Nada que por excelencia los mejores jugadores de dominó y ajedrez deberían ser los cubanos, porque siempre tienen que efectuar la jugada perfecta para subsistir dentro de un país donde vale más la moneda dura que la nacional y los principales productos van con la más fuerte.
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