Aumenta la Contaminación Ambiental
Susana T.
Más Iglesias, La Habana 4 de julio de 2015.
Por varios años todos los periodistas del país,
independientes y oficialistas han hecho gran hincapié y esfuerzo en que se
tomen medidas que al menos reduzcan la contaminación ambiental existente en zonas habitadas de la ciudad y
se tome medidas efectivas con vistas al mejoramiento y prolongación de vida de
los ciudadanos.
Lo triste es que existe una gran incompatibilidad entre el
deseo y la realidad, la cual va en camino de deteriorar cada día más el sistema
inmunológico de los residentes en los municipios más poblados de la ciudad de
la Habana, y que cada día que pasa van aumentando el por ciento de enfermedades
respiratorias como asma bronquial, bronco- neumonía, enfisema pulmonar y otras
que precisamente no son generadas solo en fumadores, sino también en niños de
cualquier edad, jóvenes y ancianos.
Nuestro medio ambiente, a pesar de los spots televisivos,
documentales, propagandas de otros países y disertaciones en que se menciona
este aspecto, es solo asunto de exponer como preocupación a la que se le da
atención y no de actuar con responsabilidad y conciencia. Otros trabajos publicados en años anteriores
han reflejado el tema sin que se consiga la atención requerida por parte de
autoridades competentes de salud y medio ambiente en Cuba.
Es cierto que la refinería de petróleo “Ñico López” , las
fábricas como La Antillana de Acero, y otras empresas de orden industrial que producen
para la población y generan humos que se expanden por toda la ciudad, están
construidas desde hace muchos años, pero a partir de entonces, teniendo en
cuenta que la población fue creciendo paulatinamente de manera vertiginosa en
la ciudad, ya sea por la migración desde
las provincias, o por el incremento de las familias, debieron haberse tomado medidas y estudiar la
posibilidad de traslado de esas producciones hacia zonas más alejadas de
viviendas, edificios y asentamientos
poblacionales o aplicar tecnologías modernas para el tratamiento y eliminación
de los gases arrojados a la atmósfera.
Los municipios y barrios más afectados como se observa en las
fotos son San Miguel del Padrón , Guanabacoa, “10 de Octubre” (que incluye los
barrios de Lawton, Santos Suárez, Luyanó, Víbora), Cerro, y localidades de
Arroyo Naranjo y Boyeros, que por otra parte, son de los más poblados de la
ciudad.
Lo que muestran las fotos que
acompañan este reportaje es casi a diario, ese humo contaminante destruye la
vida ciudadana, deteriora la flora y fauna en general, sin contar que en
ocasiones los ciudadanos mezclan en su respiración el hollín y cenizas de otros lugares a la vez como el de la termoeléctrica
de Tallapiedra, las instalaciones de Suchel y los crematorios, a los que se
unen los gases contaminantes de la
mayoría de los anticuados vehículos circulantes, ya sean medios de transporte
urbano estatal, particular o en
funciones de instituciones.
Es preciso que los altos funcionarios
de la salud en Cuba, que asisten a eventos internacionales y respaldan el cese de la contaminación ambiental a nivel
mundial, asuman esta situación dentro de la patria como un reto más a cumplir con
urgencia dentro de las tareas retrasadas en su ejecución, porque ello atenta
contra la salud de todos: cubanos, estudiantes extranjeros y turistas.
Bien se puede desplegar una campaña
que al menos disminuya este nocivo aspecto que tanto agrava la salud del
ciudadano y que sobre todo afecta y llega
hasta nuestros niños que se encuentran en sus círculos infantiles, escuelas y
hospitales, niños que son la cantera que formarán las futuras generaciones que integrarán nuestra sociedad padeciendo de
diversas enfermedades respiratorias crónicas.
P/D publicado en ICLEP
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