Sepultado, Antes de Morir.
Susana
T. Más Iglesias, La Habana 7 de septiembre de 2012.
Hace tan solo unos días
se conoció por rumores, del fallecimiento de uno de los más antiguos y destacados
trabajadores de la producción televisiva del país, Edel Camacho Darias, quien
durante más de cinco décadas dedicó lo
mejor de sí a la televisión cubana.
Se inició en la misma desde muy joven con
el desempeño de papeles secundarios y como figurante en obras teatrales para la
televisión, aunque también tuvo participaciones
como locutor (por muy poco tiempo), actor en algunos espacios de teatro,
donde compartió papeles con la afamada
actriz y directora Flora Lauten, y Armando Soler (Cholito), con posterioridad debutó
en el film cubano “Mella”. Se desempeñó
con gran esmero, agilidad y precisión en series para niños y jóvenes como “Los
Papaloteros”, “El príncipe y el Mendigo”, “Los Mambises” y seriales policíacos
como “Los Comandos del Silencio” y “Sector 40” entre otros. También participó
en diversas producciones del evento de premiaciones “Caricato”.
Su viuda y un gran
amigo hicieron llegar la comunicación
del deceso con inmediatez a la UNEAC,
institución a la que perteneció desde su fundación. Así mismo, se le comunicó
personalmente el deceso a la Sra. Rosalía Arnáez, conductora de la televisión y
responsable del departamento al que él perteneció por largos años, para que divulgara
de forma extensiva la noticia a través de los medios de difusión, como es costumbre
ante la pérdida de un talentoso y conocido trabajador del medio. La noticia
quedó entre las paredes del recinto, como para no darle un merecido
reconocimiento a su labor.
Nadie excepto sus
familiares, conoció que su cadáver fue expuesto en la Funeraria de Calzada y K.
A pesar de vivir en la Lisa se determinó que fuera en esta en espera de la asistencia de gran cantidad
de personas que fueron sus compañeros y amigos a lo largo de tantos años de
labor en el ICRT.
Fue uno de los tantos
hombres que creyó en la revolución, y a pesar de tener a sus dos únicos hijos fuera del país, y la oportunidad de
viajar al extranjero, nunca pasó por su mente residir en otro lugar que no
fuera este.
Ese es el adiós que se
da a quienes no pertenecen a la cúpula de
los consentidos del ICRT y el Ministerio de Cultura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario