Alegrías con Penurias
Susana T. Más Iglesias, La Habana, 16 de septiembre de 2012.
Considerable fue la alegría de todos los que viven en el barrio de Lawton al saber que al fin se mejoró la situación del transporte, con la entrega de más de 20 ómnibus en la terminal que allí radica, destinados para la transportación urbana.
Ello ha sido un gran alivio para los que trabajan, estudian y también para los que visitan o tienen que dirigirse a los hospitales u otros lugares que se encuentran fuera de los contornos de esa área.
Pero como la felicidad dura poco, o como se dice, no es completa, y de alguna manera nos hemos acostumbrado que la misma no pueda ser disfrutada por todos, pues comenzaron las penurias.
El recorrido de la ruta 15, única que beneficia a los que se dirigen hacia y desde la esquina de Tejas y sus alrededores (como los barrios Carraguao, El Pilar, Ataré del lado de 10 de Octubre , y la calles Agua Dulce y Buenos Aires o Calzada del Cerro), a los que para trasladarse desde la Víbora hasta allí, e incluso otras personas que van para el hospital “La Dependiente” por cualquiera de sus entradas y dicho sea de paso la parada le quedaba frente por frente, o cercana al cuerpo de Guardia de llegar hasta Monte, o el estadio Latinoamericano, pues ahora sí tienen que caminar largas cuadras.
¿El motivo?, el de siempre, imponer la obligatoriedad de los caprichos de las autoridades de esferas superiores de cualquier organismo, y en este caso del Ministerio del Transporte. Pues a alguien, que de seguro tiene carro garantizado, o no tiene familiares que se afecten por esa zona, se le ocurrió suspender el paso de la guagua que sale desde el paradero hacia La Habana Vieja, quitando el recorrido acostumbrado por toda la calle 10 de Octubre hasta la Esquina de Tejas; para desviarla sin previo aviso a la población de que esta ruta, después de pasar la Vía Blanca se incorporaría por el tramo que dirige hacia Cristina y tener una parada anterior en la de Toyos allí, bien lejos y sin opciones de beneficios para los necesitados.
Con anterioridad, por esa intersección de la esquina de Tejas pasaban las rutas 2, 4, 13 y 15 las cuales mejoraban la salida de las personas hacia distintas zonas de la ciudad.
En realidad esta decisión no fue objeto de estudio ni encuesta, se obvió el lema de “todos cuentan” o se hizo con mala intención. Así como otras arbitrariedades que suceden las cuales no ayudan a los habitantes, sino que los irrita, y mucho más a los que tienen que dirigirse para llegar puntuales a sus centros de trabajos o estudios, ésta determinación llega a ser un contratiempo para todos los de a pie, lo que también significa que quienes tengan la necesidad de desplazarse hacia los hospitales La Covadonga, Pediátrico del Cerro, o Pediátrico de Centro Habana ya tienen que ir pensando cómo resolver y readaptar la trayectoria con esta afectación.
También las personas que viajan desde las localidades de Los Pinos, Párraga, Mantilla el Calvario, o Aldabó a las que no les es muy fácil abordar un ómnibus a primera hora de la mañana se sienten como nuevos en la ciudad, porque el recorrido ya habitual tienen que cambiarlo y empezar a experimentar nuevas maneras de desplazamientos que les sea conveniente para llegar a su destino.
Es necesario que cuando se vaya a tomar en cuenta una medida, se piense en el pueblo para que sus posibilidades queden abiertas a una mejoría, y no al disgusto, la protesta y la apatía.
Todo dirigente responsable de tomar decisiones generales está en el deber de contar al menos con el criterio de la población, o por lo menos facilitarle las cosas, no ponerlos en situaciones desventajosas o perjudicándolos.
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