Acuario Acabado
Susana T. Mas Iglesias, La Habana 7 de julio de
2013.
El Acuario Nacional es
una de las opciones de recreación preferidas en estos momentos que comienzan
las vacaciones escolares. El objetivo de su existencia es brindar
entretenimiento e instrucción a niños, jóvenes y adultos. Es importante la muestra
de distintas especies marinas para
ampliar el conocimiento de los habitantes y turistas que acuden allí.
Pero las condiciones de
dicha instalación, ubicada en uno de los barrios más selectos de la ciudad,
Miramar, se encuentra en un estado deprimente casi en la totalidad de sus
instalaciones y el descuido está a la vista de todos, a pesar que se aprecia
que la recaudación anual es considerable,
tanto en moneda nacional, como en CUC, lo que permitiría asumir la restauración
de las áreas donde los techos están con filtraciones o afectados por el
salitre.
No hay que ser un gran matemático
para sacar cuentas, con el conocimiento de que cada visitante del patio debe
pagar la suma de quince pesos en MN por la entrada al recinto y a las funciones de los leones marinos y delfines,
mientras que a los extranjeros se les cobra diez dólares por el mismo concepto.
El área del museo está desprovista
de muchas especies que en realidad se pudieran mostrar a los visitantes, ya sea con
el ejemplar disecado o con fotos, y qué
decir de los bloques de hormigón a manera de asiento que allí están presentes
sin justificación; el espacio donde se podían apreciar los tiburones y peces
más grandes adquiridos por el país, está en franco deterioro. La ausencia de
alumbrado y las filtraciones, dan un grito pidiendo ayuda.
De las áreas
gastronómicas estatales que supuestamente deben brindar una variada oferta ni
hablar, aunque la persona no lo desee, tiene que acudir a los particulares para
adquirir chucherías y juguetes, porque se hace difícil comprar un pomo de agua
Ciego Montero, el cual solo se expende en divisa y no todos tienen la
posibilidad de acudir al restaurante del lugar. Para escoger el Acuario como
lugar de recreación, hay que pensar dos veces en su estado y las condiciones
que brinda.
Con el adelanto de la
tecnología digital, se puede crear una sala de video que exhiba documentales
cortos donde los niños puedan ver a través de una pantalla gigante una muestra
de otras especies marinas que no tienen su hábitat en zonas aledañas a la isla,
ver su reproducción y nacimiento de algunas
y así se aumenta la documentación e interés de los mismos. Estos
documentales, como los que se proyectan en el canal Multivisión, enriquecen la
sabiduría no solo sobre animales, sino de plantas y corales que conforman las
bellezas del fondo marino.
Al parecer la dirección
de este lugar, como las de otros recintos, se encuentra sumida en la indolencia
e indiferencia total. No hay imaginación ni interés.
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