Miseria Humana.
Susana T. Más Iglesias, La Habana 21 de mayo de
2014.
Las carencias y pésima
situación económica del país, aspectos que se fueron de las manos al gobierno
de la isla desde su instauración, influyeron de una forma negativa en los ciudadanos
que la habitan.
Algunas personas achacan
las situaciones desagradables que suceden a que ¨la juventud está perdida¨ y le critican la pérdida de valores éticos y
morales. Otros, que por su edad vivieron la experiencia dentro de la pobreza en
todos los mandatos que ejercieron en la isla, y clasifican a éste como el peor,
expresan que hoy en día, a causa de las carencias generales que existen, tanto de
productos industriales, del hogar, alimentos y lo principal que es cómo poder
resolver la necesidad habitacional, muchos individuos han degenerado sus
valores, para convertirse en dignos representantes de la mezquindad y grotescos
ejemplares de las peores aptitudes que pueda desarrollar el ser humano.
Una mayoría, por la imposibilidad
de poder expresarse libremente, se dejan arrastrar por la codicia y odio que
les provoca la impotencia; capaces de ambicionar lo que no poseen y hasta de
querer privar de una vida por lo que legalmente no les toca, así sea a un familiar
de primer vínculo sanguíneo. De estos ejemplos negativos está repleta la nación.
Evidentemente se han
perdido los sentimientos, la honestidad y respeto hacia los demás. Se pueden
observar lo mismo pésimos funcionarios gubernamentales, al igual que falsos
intermediarios representantes de instituciones, empresas y hasta de religiones.
Se conoce con tristeza
de algunos ejemplos, y uno muy verídico, como el caso que se expondrá de unos hermanos,
donde uno de ellos fue capaz de desplegar la miseria humana de anhelar la
muerte de su madre enferma, y en un acto de soberbia denunciar a voz de cuello ante
un colectivo de personas que el otro hermano es opositor al sistema, con el
afán de expulsarlo de la vivienda, la cual no necesita ni habita desde hace más
de 30 años, aspirando a ser el único heredero del inmueble otorgado al padre de
sus tres hermanos menores, para disponer de él, queriendo tomar el control de
lo que no le pertenece aún y lucrar con dicha propiedad, olvidando el derecho
de sus fraternos y la permanencia del
opositor, quien es el único responsable del cuidado y manutención de la anciana
desde hace años.
Con desfachatez,
mientras la nonagenaria luchaba por su vida, algunos familiares que nunca
habían procurado una llamada telefónica como contacto de cariño o preocupación,
revolotearon como auras tiñosas por la sala de urgencias del hospital, apetecían
ya con cuál benefio se quedarían, pero como burla del destino, la viejita salió
de ultratumba, mejoró, y ojos que te vieron ir, no te verán regresar…
Todos los carroñeros desaparecieron
como por arte de magia, pero quedó la huella de la tristeza y decepción
sentimental por parte de unos y la envidia de otros, que no conformes con la
falta de vergüenza, solicitaron dinero
al hijo que vive fuera del país con el pretexto de que cuidarían a la enferma
por unos días, porque ¨la cosa está mala¨. Sin embargo al recibir el envío, sin ninguna
diplomacia al cuarto día devolvieron a la anciana, depositándola como una
ofrenda floral en su hogar con sólo 6 cajitas de jugos de $0.65 de CUC y un
guineo patiseco, obtenido por faena religiosa.
Esto más que una
historia verídica, parece un cuento de ofensa a la dignidad humana, pero para
aquellos cercanos al caso, quedó como un incidente de sabor amargo.
Todo ello no es más que
la consecuencias de la necesidad y calamidades que durante décadas ha
enfrentado un pueblo teniendo que aprender a sobrevivir de alguna manera, así
sea pisoteando la moral y decencia.
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