ETECSA, en línea
con la Negligencia.
Susana
T. Más Iglesias, La Habana, 20 de junio de 2014.
Cada
vez más la corrupción se extiende en este sector tan solicitado por la
ciudadanía, hasta llegar a la infamia de cobrar $10.00 CUC por un cambio de
número a una cliente quien detecta que su número telefónico móvil habilitado
por ETECSA también pertenece a otra persona, esto sucedió a la señora Teresa de
Jesús, vecina del municipio 10 de octubre, pero que hizo la gestión en Plaza,
la cual en su condición de anciana apenas usa su móvil, solo cuando la llaman
esporádicamente en horas diurnas, por lo que en las noches su teléfono en
reposo era utilizado por otra persona.
Al
descubrir la señora el incidente, envió a la amiga que efectuó el trámite
inicial a declarar el hecho y que le
cambiaran los dígitos al celular, pero en vez de la entidad disculparse
por la molestia ocasionada y remediar el problema sin costo alguno, ya que el
error o negligencia existía por parte de ellos, la solución fue la anteriormente
expresada: se le hizo cambio de número, pero le cobraron, ya que según la jefa
del área eso no era responsabilidad de ella y para hacer el trámite había que
abonar obligatoriamente esa cantidad que era la establecida.
Aunque
esta instancia promueva la calidad y eficiencia en los servicios, la población
sabe que aún queda un largo camino a recorrer, para que ello se cumpla. Son
múltiples las ofertas a los clientes, y largas las colas para darle solución a
los errores que presentan al desear usar el servicio solicitado, pero lo que se
necesita es que les proporcionen la debida atención como ellos se merecen, para
que no que sean víctimas de la corrupción que ronda y se mantiene diariamente
en las áreas habilitadas para tales encomiendas.
En
los alrededores de estas oficinas comerciales donde además de efectuar los
cobros del sector privado, también se
prestan los servicios de cuentas Nauta, acceso a Internet y acceso a correos electrónicos
en los móviles, gestión para la cual
solamente se proporcionan de 40 a 50 turnos diarios, acuden aquellas personas que
se dedican a marcar en las colas nocturnas, para revender en la mañana los
turnos y desde luego, no falta quien les pague por ahorrarse el tiempo y las
molestias que ocasiona la larga espera.
Esta
manipulación bien se puede evitar, si se tiene en cuenta que las oficinas
ejecutan su apertura a las 8:30 de la mañana y su cierre a las 7.00 pm, es
decir casi 12 horas de servicio al público y contando con un módulo amplio de
trabajadoras; por lo que bien se pudiera mantener permanente por más de 5 horas
la gestión de cualquier trámite sin que éste sea interrumpido o limitado en
cantidades, cerrándole las oportunidades a aquellos que trabajan, estudian,
viven lejos del lugar o que simplemente son personas que su condición física no
les permite estar muchas horas sin comodidades en una oficina de atención al
público que a su vez carece de baños públicos.
Por
otra parte, no faltan los trabajadores que se juegan el puesto laboral y entran
en el juego de ofrecer los mismos servicios por la “izquierda”, sin garantía y
cobran casi cinco veces el importe del servicio, conociendo que no les faltarán
clientes a diario. Por no tener la competencia de otras entidades que efectúen
la misma actividad y que brinden el mismo, obviamente la trabajadora o
trabajador que sale a atender inescrupulosamente a pocos metros del lugar, a la
vista de todos al usuario con suficiente capital para aplicar el soborno, carece
de supervisión por parte de algún superior, que detecte la ausencia en el
puesto del mismo.
Esto no
ocurriría, si quizás como en otros países, existieran otras compañías en competencia
con oferta de esos mismos servicios o si existiera la posibilidad de ejercer el
derecho ciudadano de demandar a esa institución por violar los términos de un
contrato. Pero como es la única entidad a nivel nacional, que ruede la
negligencia, al igual que las comunicaciones.
P/D Enviado a La Primavera para su
publicación.
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