jueves, 17 de julio de 2014

ETECSA, en línea con la Negligencia.

ETECSA, en línea con la Negligencia.

Susana T. Más Iglesias, La Habana, 20 de junio de 2014.


Cada vez más la corrupción se extiende en este sector tan solicitado por la ciudadanía, hasta llegar a la infamia de cobrar $10.00 CUC por un cambio de número a una cliente quien detecta que su número telefónico móvil habilitado por ETECSA también pertenece a otra persona, esto sucedió a la señora Teresa de Jesús, vecina del municipio 10 de octubre, pero que hizo la gestión en Plaza, la cual en su condición de anciana apenas usa su móvil, solo cuando la llaman esporádicamente en horas diurnas, por lo que en las noches su teléfono en reposo era utilizado por otra persona.
Al descubrir la señora el incidente, envió a la amiga que efectuó el trámite inicial a declarar el hecho y que le  cambiaran los dígitos al celular, pero en vez de la entidad disculparse por la molestia ocasionada y remediar el problema sin costo alguno, ya que el error o negligencia existía por parte de ellos, la solución fue la anteriormente expresada: se le hizo cambio de número, pero le cobraron, ya que según la jefa del área eso no era responsabilidad de ella y para hacer el trámite había que abonar obligatoriamente esa cantidad que era la establecida.
Aunque esta instancia promueva la calidad y eficiencia en los servicios, la población sabe que aún queda un largo camino a recorrer, para que ello se cumpla. Son múltiples las ofertas a los clientes, y largas las colas para darle solución a los errores que presentan al desear usar el servicio solicitado, pero lo que se necesita es que les proporcionen la debida atención como ellos se merecen, para que no que sean víctimas de la corrupción que ronda y se mantiene diariamente en las áreas habilitadas para tales encomiendas.
En los alrededores de estas oficinas comerciales donde además de efectuar los cobros del sector privado,  también se prestan los servicios de cuentas Nauta, acceso a Internet y acceso a correos electrónicos en  los móviles, gestión para la cual solamente se proporcionan de 40 a 50 turnos diarios, acuden aquellas personas que se dedican a marcar en las colas nocturnas, para revender en la mañana los turnos y desde luego, no falta quien les pague por ahorrarse el tiempo y las molestias que ocasiona la larga espera.
Esta manipulación  bien se puede  evitar, si se tiene en cuenta que las oficinas ejecutan su apertura a las 8:30 de la mañana y su cierre a las 7.00 pm, es decir casi 12 horas de servicio al público y contando con un módulo amplio de trabajadoras; por lo que bien se pudiera mantener permanente por más de 5 horas la gestión de cualquier trámite sin que éste sea interrumpido o limitado en cantidades, cerrándole las oportunidades a aquellos que trabajan, estudian, viven lejos del lugar o que simplemente son personas que su condición física no les permite estar muchas horas sin comodidades en una oficina de atención al público que  a su vez carece de baños públicos.
Por otra parte, no faltan los trabajadores que se juegan el puesto laboral y entran en el juego de ofrecer los mismos servicios por la “izquierda”, sin garantía y cobran casi cinco veces el importe del servicio, conociendo que no les faltarán clientes a diario. Por no tener la competencia de otras entidades que efectúen la misma actividad y que brinden el mismo, obviamente la trabajadora o trabajador que sale a atender inescrupulosamente a pocos metros del lugar, a la vista de todos al usuario con suficiente capital para aplicar el soborno, carece de supervisión por parte de algún superior, que detecte la ausencia en el puesto del mismo.
Esto no ocurriría, si quizás como en otros países, existieran otras compañías en competencia con oferta de esos mismos servicios o si existiera la posibilidad de ejercer el derecho ciudadano de demandar a esa institución por violar los términos de un contrato. Pero como es la única entidad a nivel nacional, que ruede la negligencia, al igual que las comunicaciones.





P/D Enviado a La Primavera para su publicación.



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