Inducción
a la Indisciplina.
Susana T. Más Iglesias, La Habana 9 de
junio de 2014.
No
hay que ser un profundo analista para suponer que la falta de abastecimiento de
productos en la red mayorista del país, tanto en CUC, como en CUP, es
deprimente, lo que arrastra como consecuencia, que al aparecer las mercancías
de forma intermitente y en pocas cantidades en algunas de las tiendas sobre
todo en la ciudad, lo que incita es a la indisciplina social y provoca a la vez
que se estimule las pretensión de acaparamiento por parte de algunas personas,
las cuales se apoderan de los productos en grandes cantidades, y después los
venden a precios excesivos.
Con
un abastecimiento permanente y estable, se evitarían largas colas en las cuales
estos individuos marcan generalmente desde la noche, para asegurar su compra
y/o revender los turnos o artículos. Esto deviene en otra viveza por dónde el ciudadano
busca la alternativa de ganar unos pesos más que lo ayuden en su subsistencia.
Pero no por ello deja de ser una indisciplina criticable en la que incurren gran
cantidad de personas.
Se
aboga por el rescate de los valores éticos para erradicar las indisciplinas
sociales, pero lo fundamental es evitar que se propicie la oportunidad. Son los
directivos abastecedores los responsables de coordinar y tener en cuenta cómo
está el comportamiento del desabastecimiento en las tiendas y mercados donde acude la población, para buscar las
soluciones inmediatas para que ello no suceda y menos con carácter repetido.
En
estas desagradables colas o filas como algunos llaman, una discusión por un
turno, se sabe cómo empieza, pero no como termina. Generalmente tienen que intervenir
representantes de la autoridad, casi siempre demasiado tarde y hasta llega a terminar
en situaciones desagradables que van más allá de una simple discusión.
Evítese
pues, con una buena previsión y organización en el abastecimiento de las
tiendas la inducción a las malas conductas.
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