Para
aquellos que leen mi blog.
Susana T. Más Iglesias, La Habana 28 de septiembre de 2015.
En mis narraciones, de acuerdo a las experiencias
vividas en mi estancia en la República de Perú, visité algunas municipalidades
que despertaron la necesidad de narrar “Mis experiencias por Perú”. No
pretendo exagerar las rutinas que allí viví y todo cuanto conocí de primera
mano y en vivo, en la comunicación con la población.
Evidentemente todo no
es color de rosa en la realidad que allí se vive. Perú, como otros países,
presenta también problemas sociales, económicos y políticos; pero su población
e instituciones tienen el derecho y la posibilidad de reclamar al gobierno y
sus mandatarios sin que sean reprimidos ni apresados por expresar su sentir. Se
respeta la libre expresión y hasta se toman en cuenta las propuestas e iniciativas de los ciudadanos.
Lo que expreso en “Mis Experiencias…”
no es más que la realidad vivida
en unos escasos días, que me permitieron intercambiar opiniones y criterios con
personas de diversas capas sociales, incluso con mujeres pequeñas empresarias de un pueblo donde
aún se revela la pobreza, pero donde los individuos buscan soluciones para el
mejoramiento de su comunidad y tienen el apoyo por parte de fundaciones e instituciones no gubernamentales, a lo que no se opone
el gobierno.
Lo que cuento es lo
vivido y visto con mis propios ojos, lo que pude obtener con preguntas que formulé a ciudadanos que hablaron sin
temor de lo bueno, lo malo y lo que opinan de su país.
No falta el valor por
parte de los peruanos para responder con
transparencia y honestidad a las
preguntas de cualquier persona sea turista o no, y lo hacen con gran
desenvoltura y conocimiento del tema que se les pregunte, porque simplemente
saben que no son perseguidos, cuestionados o vigilados, cuanto mucho menos
reprimidos por expresar sus ideas.
La mayor parte de la población tiene un amplio conocimiento en términos
generales hasta de deportes, que a mi entender forma parte de su amplia cultura, la cual
prevalece y se trasmite de una generación a otra. No importa el nivel profesional u oficio de las personas, con
un taxista puede Ud. corroborar el dominio en cuanto al acontecer mundial.
Perú, como todos los
países, posee problemas relacionados con la economía, salud, educación y
política, pero con los análisis y determinaciones del gobierno, instituciones y
las ONG existentes, en conjunto con la ciudadanía, logran
encontrar estándares beneficiosos
que pueden dar solución o aliviar las situaciones que afectan a la ciudadanía: se
presta oídos a las opiniones de todas las esferas de la sociedad: la pobre,
media y alta; de lo contrario no fuera
una nación, sino un paraíso terrenal donde existieran las hadas para
solucionar con su vara mágica las dificultades
a resolver.
Creo que todo ser
humano tiene derecho a demandar del gobierno que lo representa la atención a sus mejorías en cuanto a calidad
de vida, en lo que está implicado obligatoriamente la atención pública.
En ese país andino, la
juventud expresó su desacuerdo con la ley de implantación del Servicio Militar,
la cual mediante campañas avaladas por fuertes argumentos, se logró echar atrás.
A la vida militar va quien lo desee
conforme con su voluntad de servir en el ejército.
Como esa, muchas otras
situaciones son reclamadas por el pueblo, las que se analizan profundamente por
el gobierno y se le da la solución más acertada o no. Aunque no siempre la
ciudadanía tiene la razón, ni logra lo que solicita, al menos es escuchada.
Creo apropiado hacer
esta aclaración, ya que solo estuve en unas pocas municipalidades, por lo que
no viajé todo el Perú, pero sí tengo nociones de cómo funcionan las cosas por
allá.
Los periodistas no son
asediados ni perseguidos, mucho menos cuestionados, todos tienen vía libre para
expresar en sus trabajos lo que deseen: reclamos, denuncias, noticias sociales,
políticas etc. Por suerte tuve la dicha de visitar el Diario “Altavoz” y
conocer cómo se trabaja en una redacción donde el colectivo es joven, con gran entrenamiento,
sobre todo muy fusionado y que cuentan con el apoyo de su director, siempre
dispuesto a cooperar con sus iniciativas en todo momento junto a su colectivo.
Y todas estas cosas tan
sencillas, pero a veces difíciles de lograr, es lo que quisiera para mi país.
Que no se tomen medidas arbitrarias que puedan limitar el desarrollo de la
nación y su ciudadanía, que las opiniones de las personas sean escuchadas y las
solicitudes analizadas.
Anhelo que Cuba sea un
país funcional, con dirigentes desde la base que gocen de honestidad y transparencia,
lejanos de ser seducidos por la corrupción y traición, sin doble moral, que sus
habitantes deseen quedarse a ayudar a reconstruirlo, en vez de desear
enloquecedoramente abandonarlo.
Para lograr el
bienestar de un país es necesario el sacrificio, la honradez y sobre todas las cosas albergar en el corazón
un gran sentimiento patriótico.
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