Susana Teresa Más Iglesias, La Habana, mayo de 2012
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Esto aparte de desanimar a las personas, las pone a pensar qué sucederá en caso que el desabastecimiento se generalice. Algunos ya han pensado en acaparar ciertas cantidades de lo que queda y así garantizan su tranquilidad por unos cuantos días, por si acaso; otros confiados ni le dan importancia, otros, quizás sea porque no tengan la posibilidad de hacerlo y vivan al día de acuerdo a lo que ganan. Pero si en verdad todo se acaba poco a poco, y de pronto se acrecienta la desaparición de productos importantes, se podría llegar a una crisis generalizada sin previo aviso, por lo que entonces sí la situación se pudiera poner bien fea para los de salarios mínimos. El ambiente se ha agravado cada vez más, sin que se dé alguna explicación a los consumidores. Las personas que necesitan y a la vez tienen la posibilidad de comprar lo necesario para no volar el turno de almuerzo o comida, tienen que caminar largas distancias en la búsqueda del producto deseado. Muchas veces esta gestión es infructuosa.
En cada establecimiento que usted entra detecta con facilidad el desabastecimiento, y ni se atreva a volverle a preguntar al dependiente, quien ya antes de contestar entorna los ojos, mira al techo como buscando el infinito para al fin contestarle apenado: -El carro no ha entrado, lo estamos esperando.
Otros artículos también se han alejado de las áreas de adquisición del todo x 1, como el shampoo, cremas lubricantes para la piel, los pequeños formatos de pomos de peróxido, polvo para decoloración, gel, y cremas acondicionadoras de pelo. No encontrará en las tiendas nada barato que busque para solucionar por unos días, como dice el argot popular: hay que salir a luchar el dinero y también el producto, sea cual sea, hay que batallar para obtenerlo.
Tener que salir de compras con el dinero mínimo, obtenido después de la conversión del salario es algo detestable por muchas personas, porque cuando al fin logró tener dicho dinerito en mano, es entonces cuando comienzan las penurias y caminatas.
Oremos porque las personas responsabilizadas con éste abastecimiento, recuerden que ellos tienen todas sus necesidades cubiertas, pero el resto de la población no. Veamos si en el transcurso de los primeros días de mayo se logra ver la estabilización de lo que necesitamos y esté a nuestro alcance. Por eso lo digo, lo repito y no es matraca mía lo del desabastecimiento en general.
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