Indignados,
Pero con Miedo.
Susana T. Más Iglesias,
La Habana 17 de agosto de 2012.
Los vecinos del
majestuoso edificio Focsa de la barriada habanera del Vedado, una de las
maravillas de la arquitectura en la década de los 50, a pesar de tener incluido
en el pago de la propiedad de sus apartamentos el uso de la piscina, pueden
disfrutar de ella solamente cuando es rentada por la entidad que la rige y no
cuando lo deseen. En el 2011 todo el verano se fue en espera de que se
determinara si se llenaba o no.
Con motivo de la
celebración de la Bienal de La Habana 2012, dicha alberca fue llenada para
exhibir la muestra de una artista que la
alquiló por el tiempo que durara el evento, ahí fue donde pudieron aprovechar
los vecinos para recrearse por unos
días. Todos entusiasmados en que la dejaran por más tiempo se reunieron y
organizados buscaron alternativas, como recaudar dinero entre ellos y así poder
comprar los materiales para garantizar la higienización y mantenimiento de la
misma. Pero como dice el refrán, la felicidad dura poco….
Al llegar unos días de
lluvias, la administración decidió vaciarla explicando que sería para darle una
buena limpieza, repararla y pintarla, (cosa que no sucedió) para entonces rehabilitarla,
pero nada, ahora hay que esperar órdenes para volverla a llenar y en eso se
quedó, mientras transcurre el tiempo vacacional.
Desde entonces a pesar
de que la reparación de la misma hace unos años costó miles de dólares, parece
que a alguien le molesta que los residentes puedan disfrutar de refrescantes
baños en los meses de tanto calor que a la vez vacacionan niños, jóvenes y
adultos. Esta instalación beneficia mucho a las madres que no pueden recesar
sus actividades laborales y apelan a dejar sus niños con abuelos o tíos, los
cuales no tienen necesidad de salir del inmueble para cooperar con el cuidado y
recreación de los niños, además de proporcionar que los vecinos de una manera u
otra puedan reunirse de vez en cuando, conversar y hasta echar su partidita de
dominó o ajedrez como en familia, como siempre fue, donde distintas
generaciones tienen la oportunidad de conocerse mejor y compartir.
Todos se sienten indignados por este
actuar, no cesan los comentarios a nivel de vestíbulo, elevadores o pasillos, hasta
por Facebook anda el comentario, pero algunos esperan que otros sean los que
protesten para no verse envueltos en probables cuestionamientos políticos.
Por lo visto ya para estas vacaciones
muchos interesados no tienen ilusiones
de que se solucione el problema, pero algunos ilusos albergan la esperanza de que para el próximo año, con
un poco de suerte, alguien la vuelva a alquilar.
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