Apatía en Gestión de Ventas
Susana T. Más Iglesias, La
Habana 15 de abril de 2014.
La
ciudadanía cubana, a pesar de confrontar problemas económicos para conseguir
productos básicos para el hogar, ya sean comestibles o de otro tipo, con
reiteración tiene que resistir en las tiendas (lo mismo de divisa que de moneda nacional) la apatía de algunos dependientes o
dependientas.
Esto
sucede casi de manera general, y aunque
exista el producto o tal vez casi esté a minutos de ser abastecido desde el
almacén, casi disfrutan en decir que no lo hay, que está perdido o en falta. Sobre
todo si va a comprar calzado o alguna otra prenda, el trabajador que está
detrás del mostrador para brindar un servicio a la población, en vez de
efectuar la gestión de búsqueda para que el cliente logre obtener lo que desea y
a la vez quede complacido, pues hacen
todo lo contrario; con mala cara y pocos deseos de realizar su faena, se
deshacen con facilidad de tal responsabilidad, diciendo que el número o talla
que se les pide no lo tienen en existencia, o con poca ética expresan que es de mala
calidad, que no vale la pena su compra, también existe la eventualidad que después de mirar a la persona de arriba abajo,
si no lo ve cargado de prendas o con una vestimenta de perfil caro, le espeta sin el más mínimo recato y educación- ¨Eso es caro!...¨
Con
esto hay que tener la psicología necesaria para saber que cuando expresan esa frase,
no siempre lo hacen con la intención de
ayudar al cliente, sino de mantener la conversación telefónica o postura cómoda
y deshacerse del comprador lo más rápido posible.
Tal
vez si esos gestores comerciales devengaran
un salario por lo que venden, y ello influyera en la manera de pago, de seguro
procurarían ganar la atención hasta de los transeúntes, como lo hacen
cuentapropistas y vendedores ambulantes, quienes muestran la mercancía,
expresan la calidad y variedad de colores o usos y llegan en ocasiones a lograr
vender, o atraer no solo al turista, sino también a cualquier otra persona,
sólo por la amabilidad que muestran en su encomienda.
Sin
embargo aún existen muchos trabajadores
que muestran su profesionalidad ante el comprador y se esmeran en desarrollar su gestión de venta.
La
supervisión en los establecimientos de
comercio no solo debería consistir en inspecciones y auditorías, sino también en
rehabilitar el hábito perdido de hacerles recordar cómo se trata al cliente,
sea joven, viejo, negro, blanco, con apariencia de pudiente o no. De todas
maneras con una buena atención de seguro obtendrán la simpatía y tal vez su
propinita que a todos les gusta dar, aunque después la necesiten para completar
para obtener algo más.
P/D
Enviado a La Primavera Digital
para su publicación
No hay comentarios:
Publicar un comentario