Lo que Necesita el Pueblo.
Susana T. Más Iglesias, La
Habana 15 de abril de 2014
Los
comentarios de personas que arriban al país ya sea de visita, cumplir misión
internacionalista, o porque retornan de
un contrato de trabajo, aunque no lo deseen tienen que manifestar su admiración
por la diferencia de la vida en cualquier país, aunque pertenezca al tercer
mundo, comparado con Cuba. Quedan perplejos ante el desarrollo en todos los
campos y esferas, la abundancia de productos y la libertad con que desarrollan
todos y cada uno de los oficios que existen.
Nuestro
pueblo necesita que se liberen una serie de medidas y regulaciones que solo
sirven de traba al desarrollo del país y al acceso a puestos laborales a los que se
pudieran insertar, para no vagar en el mar de desempleo que existe, algunos se
dejan arrastrar hacia la mala vida, el alcoholismo y otros vicios, pero otros
en su afán de subsistir se lanzan, sean jóvenes o no, profesionales o de oficio
a buscar nuevas opciones que les permitan aumentar su nivel económico de la
manera que sea: venden maní o cualquier otra chuchería, trabajan en paladares
por horas, recolectan materia prima, o sirven de parqueador de autos o
mandaderos con tal de ganarse unos quilos más.
La
vida en la isla cada vez se torna más difícil y burlona, por una parte se habla
del estudio de subir los salarios, y por otra lo que en realidad suben son los
precios de los productos básicos como en
el caso de la leche, la cual no todos
tienen la posibilidad de comprar una bolsa mensual. Es una acción burlesca que
sumerge en la mayor depresión a cualquiera.
Lo
que se requiere es de un estudio que
beneficie a la mayor parte de la población, a aquellos que sus salarios están
por debajo de los $12.00 CUC, y que a pesar de ello tiene hijos menores a su
abrigo a los que tienen que proveer no solo de alimentos, sino de calzado,
ropas, útiles escolares y suplir otras necesidades, obviando los casos en que
también tienen que administrarles medicamentos de manera continua.
Tal
vez si los precios en los mercados agropecuarios, farmacias, tiendas de calzado,
ropa y otros productos no fueran tan
altos, y los impuestos no subieran cada cierto tiempo, el nivel de vida fuera más llevadero, y se pudiera
asimilar con los salarios que perciben
las personas por lo que se proporcionaría la posibilidad de balancear las necesidades a cubrir por parte
de los ciudadanos.
Nuestro
pueblo necesita dirigentes ejemplares que no valoren el precio de vida por la que llevan ellos, sino por la que
se rige el mayor por ciento de la
población; que más que apoyada se siente condenada, defraudada y sin derecho a
que se tomen en cuenta sus criterios.
Se
necesita urgente de una democracia honesta y diáfana que permita a los
ciudadanos del país reconstruir la isla y recuperar algo de los valores
perdidos, sobre todo el amor a la Patria en que nacieron, y no un hostigamiento
que los obligue a emigrar al exilio huyendo de la pobreza y la represión.
Eso
es lo que el pueblo necesita.
P/D
Enviado a La Primavera Digital
para su publicación.
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