Sí
funciona.
Susana T. Más Iglesias, La Habana 3 de
agosto de 2014.
Algunos
ciudadanos ponen en duda el impacto del trabajo de la prensa independiente, más
cuando éstos desconocen el verdadero objetivo de artículos que informan
deficiencias, malos tratos o denuncias de hechos dentro del país que perjudican
a la ciudadanía. Existen otros que al no querer quitarse la venda de sus ojos y
apoyar al sistema, simplemente subvaloran la existencia e impacto de este
trabajo, por lo que tildan a los
periodistas independientes de gusanos o de locos.
Pocos
ven esta proyección como un trabajo benéfico de ayuda a todos los que viven a
lo largo y ancho de la isla y reconocen que estar dentro de este medio, es
digno de meritar, ya que para ser periodista no oficialista hay que tener algo valor y mucho de voluntad cuando se vive en un país como Cuba.
A
las cosas se les debe llamar por su nombre; mas si todos fueran capaces de
asumir su responsabilidad como ciudadanos y exigir sus derechos, la población
no transitara por tantas vicisitudes. Pero para ello es primordial conocer la
Constitución y hay quien ni sabe qué cosa es, ni de qué se trata. Cuando un
corresponsal independiente lanza un artículo de opinión y cita las deficiencias
o negligencias, enseguida la prensa nacional y medios de difusión, lo tratan de descartar y ofrecen al
televidente o lector una panorámica distinta de lo planteado o lo trata de resolver
de manera rápida.
En
artículo anterior se criticó la falta de instalación de puntos de ventas
gastronómicos en pleno verano en área determinada del Vedado que siempre se vio
favorecida para brindar servicios a los vacacionistas y pueblo en general desde
finales del mes de junio hasta casi mediados de septiembre. Quioscos y
restaurantes con aceptables ofertas en ambas monedas engalanaban el área del
llamado Maine.
Este
año comenzaron a instalar esos puntos de
venta, de modo relámpago a finales de julio, es decir, casi solo para acallar
el señalamiento de los corresponsales independientes y cubrir el poco tiempo de
celebración de los carnavales. Tal vez el proyecto estaría concebido, pero su
puesta en función estuvo bastante demorada, privando así que los interesados
pudieran contar con las ofertas de los quioscos desde el inicio del verano.
Lo
mismo sucede cuando la población se queja del
peso de los productos, o de lo malo de las instalaciones escolares,
hospitalarias etc. Basta que algún
comunicador no oficialista exponga un trabajo que censure una situación o
hecho, que a los pocos días exhiben un reportaje en el noticiero a cerca de ese
mismo tema, como justificando o exponiendo el hecho para que la negligencia no haga eco entre los
habitantes.
Por
ello hay que reconocer que el trabajo de estos hombres y mujeres que a diario
trasmiten quejas y opinión de la población sí funciona y ojalá siempre que se
cite una deficiencia, la misma sea corregida con la mayor brevedad y se brinde
una mejor atención a las situaciones que aquejan a la ciudadanía.
P/D
enviado a la Primavera
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