jueves, 7 de noviembre de 2013

Contaminación Permanente

Contaminación Permanente


Susana T. Más Iglesias, Vedado 22 de septiembre de 2013.

Por todos los medios cubanos siempre se recalca el tema de la contaminación ambiental que afecta a los pobladores de otros países del mundo. También se refieren a accidentes en plantas nucleares que han cobrado miles de vidas humanas como el de Chernobil o el más reciente de Fukushima. Sin embargo, los medios oficiales no mencionan la contaminación abismal que persiste en el territorio nacional, principalmente en La Habana. A diario, a toda hora, los pobladores de la capital inhalan los gases tóxicos emanados de termoeléctricas y fábricas, no importa lo distante que vivan de ellas. Es evidente que los habaneros, en comparación con los pobladores de otras provincias, son los más expuestos a estos gases tóxicos, mezclados unos con otros, expulsados por decenas de industrias a la vez y que recorren largas distancias.
En la capital cubana hay suficiente contaminación ambiental como para reventar los pulmones de cualquiera, sin que se haya aplicado por parte de las autoridades competentes alguna estrategia para enfrentarla.
Hay momentos del día en que coinciden humaredas de varias chimeneas a la vez. Así, hay días que, para romper todos los parámetros de resistencia pulmonar, a los humos de las chimeneas de la refinería Ñico López, el Crematorio de Guanabacoa, la Antillana de Acero, y diversas fábricas, se suman las quemas de yerbas y basura en algunas áreas, los gases de todos los carros que transitan por la ciudad, más los vapores de todas la cafeterías, paladares y restaurantes y centros de elaboración existentes.
Los que viven en edificios altos y gozan de una vista panorámica de la capital, pueden observar el smog que la cubre.
Hace apenas unos días, como se puede apreciar en las fotos que acompañan este escrito, la ciudad se veía envuelta por los humos nocivos, que nacían en la localidad de Regla, al este de La Habana, y que luego de pasar por las barriadas de Luyanó, Lawton, La Víbora, se juntaba con la humareda procedente del Cotorro, y se dirigía a Puentes Grandes, Marianao, hasta concluir varias millas más allá de la costa de Miramar.
Esta contaminación atmosférica debe tener observación por parte del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, para ver qué solución puede tener este problema.




 Publicado en La Primavera Digital de Cuba




Cuándo Hablarán en Serio del Racismo

Cuándo Hablarán en Serio del Racismo


Susana T. Más Iglesias, Vedado 13 de octubre de 2013.

Las personas interesadas en ver el programa Mesa Redonda en conmemoración del 10 de octubre de 1868, que de antemano se divulgó trataría sobre la raza, quedaron de cierta manera sorprendidos al conocer el gran avance científico del país en cuanto a los análisis expuestos sobre el ADN de los cubanos, además del descubrimiento hipócrita de que en Cuba no hay negros ni blancos, sino que todos son mestizos.
Se esperaba que se pronunciaran con transparencia pero no fue así: se desviaron hacia aspectos -¿científicos?- que en realidad no interesan tanto a la población, comparado con la discriminación que se muestra en todo momento y lugar hacia los negros y negras.
Los negros son discriminados desde el círculo infantil, hasta que por el asedio permanente a que son sometidos, se ven obligados a abandonar los estudios, y tratar de triunfar en la vida laboral. Se pondrán excepcionalmente dichosos si encuentran un trabajo adecuado a sus conocimientos. De lo contrario, tendrán que ir a las calles a vender lo que se pueda, o como se dice, “a luchar el pan de cada día” y recibir la humillación constante de identificarse con la policía a cada paso, aunque no tengan aspecto de ser delincuentes.
Ni siquiera fueron invitados al programa conocidas personas con conocimientos sobre el tema racial en Cuba, como Esteban Morales, Gisela Arandia, Tato Quiñones o Roberto Zurbano.
Cada año que pasa se percibe menos en los medios la imagen de los negros. Tampoco en las universidades y mucho menos en el cuerpo diplomático o el Comité Central del PCC. Sin embargo, son mayoría en las cárceles, los centros de rehabilitación de menores, las instituciones que acogen a niños sin amparo filial, los trabajos de menos remuneración económica. Es también muy alto el porciento de negros desempleados, alcohólicos, drogadictos y marginales.
Algunos piensan que el negro cubano solo es magnífico para determinados deportes, el Folklore, el sexo o para ser policías. Si en verdad todos los que habitan la isla son iguales, entonces ¿por qué se discrimina a los más oscuritos?
Este tema del racismo en Cuba nunca será analizado con la seriedad y respeto que los ciudadanos negros merecen.




Publicado en La Primavera Digital de Cuba

De Maternidad Nada….

De Maternidad Nada….

Susana T. Más Iglesias, Vedado 13 de octubre de 2013.


Un artículo de un periódico de Londres fechado el 7 de mayo del presente, divulgó entre sus titulares el criterio de la organización internacional ¨Save the Children¨ (la cual promociona los derechos de la niñez) que Cuba es el mejor país de América Latina para la maternidad y el trigésimo tercero de todo el mundo.
No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y  que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Solo aceptan traer al mundo una nueva vida, aquellas mujeres que cuentan con las necesidades mínimas para ello, las irresponsables, a las que les da lo mismo, o las que tienen un interés determinado; es el caso, por ejemplo, de las que se han casado con un extranjero, aunque éste sea tan pobre en su país como ella aquí, pero tiene otras posibilidades y estatus de vida que le permite asumir la responsabilidad de ser padre y ella de poder lograr el mayor sueño de una mujer, sin tener que preocuparse mucho en cómo arreglárselas cuando nazca el bebé que le facilitará la salida sin problemas.
La maternidad es la etapa más feliz que pueda experimentar una mujer, aunque con ello vengan adjuntos algunos síntomas desagradables, que sin embargo son aceptados. Pero en Cuba salir embarazada es como pasar la prueba para saber que no se va a volver loca de tantas cosas que de manera obligatoria hay que resolver con inmediatez, lo que no se sabe si se logrará.
Para empezar, todo lo que necesita, al gusto en cuanto a talla, color y cantidad, solo lo podrá encontrar en las tiendas de divisa, porque lo asignado por la libreta de canastilla nunca se puede obtener completo, no tiene variedad ni calidad.
Poder comprar una cuna en las tiendas de moneda nacional es como sacarse la lotería. En ellas, aunque los productos sean más baratos, en modo alguno los precios son compatibles con los salarios. Pero al final, de una forma u otra, después de tanto batallar, se obtienen las cosas. Después del parto, es que comienzan las dificultades mayores: las condiciones higiénicas en los hospitales maternos, donde se puede adquirir cualquier enfermedad;  la alimentación del bebé, etc. Si el bebito no es saludable, determinados medicamentos también se deben comprar en divisa.
Por si alguien piensa que el tema no merece análisis, y duda de lo expuesto, que realice una encuesta para que perciba que para las mujeres cubanas no es tan fácil decidirse a parir. Ellas saben que no podrán darle al niño todo lo que requiere.
Hay que tener en cuenta que un simple pomo para alimentarlo cuesta más de 2 pesos. Los primeros juguetes y los artículos de canastilla cuestan más de la mitad de un salario de un trabajador normal. No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Los altísimos precios de todos los artículos que componen la canastilla, más la dificultad de adquirirlos, hacen que las parejas responsables analicen bien si se arriesgan. Algunos prefieren tenerlos si emigran del país o si cuentan con la ayuda de algún familiar en el extranjero.
No es cierto que Cuba sea el mejor país para la maternidad. Save the Children debe documentarse mejor y conocer las vicisitudes por las que pasa una embarazada cubana, que puede hasta morir y no ver el resultado de su esfuerzo y dedicación durante su gestación.
Si la tasa de nacimientos en Cuba ha disminuido en los últimos años provocando el envejecimiento y la disminución de la población, ¿de dónde saca sus conclusiones la mencionada organización?



 Publicado en La Primavera Digital de Cuba

De Maternidad Nada….

De Maternidad Nada….

Susana T. Más Iglesias, Vedado 13 de octubre de 2013.


Un artículo de un periódico de Londres fechado el 7 de mayo del presente, divulgó entre sus titulares el criterio de la organización internacional ¨Save the Children¨ (la cual promociona los derechos de la niñez) que Cuba es el mejor país de América Latina para la maternidad y el trigésimo tercero de todo el mundo.
No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y  que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Solo aceptan traer al mundo una nueva vida, aquellas mujeres que cuentan con las necesidades mínimas para ello, las irresponsables, a las que les da lo mismo, o las que tienen un interés determinado; es el caso, por ejemplo, de las que se han casado con un extranjero, aunque éste sea tan pobre en su país como ella aquí, pero tiene otras posibilidades y estatus de vida que le permite asumir la responsabilidad de ser padre y ella de poder lograr el mayor sueño de una mujer, sin tener que preocuparse mucho en cómo arreglárselas cuando nazca el bebé que le facilitará la salida sin problemas.
La maternidad es la etapa más feliz que pueda experimentar una mujer, aunque con ello vengan adjuntos algunos síntomas desagradables, que sin embargo son aceptados. Pero en Cuba salir embarazada es como pasar la prueba para saber que no se va a volver loca de tantas cosas que de manera obligatoria hay que resolver con inmediatez, lo que no se sabe si se logrará.
Para empezar, todo lo que necesita, al gusto en cuanto a talla, color y cantidad, solo lo podrá encontrar en las tiendas de divisa, porque lo asignado por la libreta de canastilla nunca se puede obtener completo, no tiene variedad ni calidad.
Poder comprar una cuna en las tiendas de moneda nacional es como sacarse la lotería. En ellas, aunque los productos sean más baratos, en modo alguno los precios son compatibles con los salarios. Pero al final, de una forma u otra, después de tanto batallar, se obtienen las cosas. Después del parto, es que comienzan las dificultades mayores: las condiciones higiénicas en los hospitales maternos, donde se puede adquirir cualquier enfermedad;  la alimentación del bebé, etc. Si el bebito no es saludable, determinados medicamentos también se deben comprar en divisa.
Por si alguien piensa que el tema no merece análisis, y duda de lo expuesto, que realice una encuesta para que perciba que para las mujeres cubanas no es tan fácil decidirse a parir. Ellas saben que no podrán darle al niño todo lo que requiere.
Hay que tener en cuenta que un simple pomo para alimentarlo cuesta más de 2 pesos. Los primeros juguetes y los artículos de canastilla cuestan más de la mitad de un salario de un trabajador normal. No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Los altísimos precios de todos los artículos que componen la canastilla, más la dificultad de adquirirlos, hacen que las parejas responsables analicen bien si se arriesgan. Algunos prefieren tenerlos si emigran del país o si cuentan con la ayuda de algún familiar en el extranjero.
No es cierto que Cuba sea el mejor país para la maternidad. Save the Children debe documentarse mejor y conocer las vicisitudes por las que pasa una embarazada cubana, que puede hasta morir y no ver el resultado de su esfuerzo y dedicación durante su gestación.
Si la tasa de nacimientos en Cuba ha disminuido en los últimos años provocando el envejecimiento y la disminución de la población, ¿de dónde saca sus conclusiones la mencionada organización?



 Publicado en La Primavera Digital de Cuba

De Maternidad Nada….

De Maternidad Nada….

Susana T. Más Iglesias, Vedado 13 de octubre de 2013.


Un artículo de un periódico de Londres fechado el 7 de mayo del presente, divulgó entre sus titulares el criterio de la organización internacional ¨Save the Children¨ (la cual promociona los derechos de la niñez) que Cuba es el mejor país de América Latina para la maternidad y el trigésimo tercero de todo el mundo.
No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y  que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Solo aceptan traer al mundo una nueva vida, aquellas mujeres que cuentan con las necesidades mínimas para ello, las irresponsables, a las que les da lo mismo, o las que tienen un interés determinado; es el caso, por ejemplo, de las que se han casado con un extranjero, aunque éste sea tan pobre en su país como ella aquí, pero tiene otras posibilidades y estatus de vida que le permite asumir la responsabilidad de ser padre y ella de poder lograr el mayor sueño de una mujer, sin tener que preocuparse mucho en cómo arreglárselas cuando nazca el bebé que le facilitará la salida sin problemas.
La maternidad es la etapa más feliz que pueda experimentar una mujer, aunque con ello vengan adjuntos algunos síntomas desagradables, que sin embargo son aceptados. Pero en Cuba salir embarazada es como pasar la prueba para saber que no se va a volver loca de tantas cosas que de manera obligatoria hay que resolver con inmediatez, lo que no se sabe si se logrará.
Para empezar, todo lo que necesita, al gusto en cuanto a talla, color y cantidad, solo lo podrá encontrar en las tiendas de divisa, porque lo asignado por la libreta de canastilla nunca se puede obtener completo, no tiene variedad ni calidad.
Poder comprar una cuna en las tiendas de moneda nacional es como sacarse la lotería. En ellas, aunque los productos sean más baratos, en modo alguno los precios son compatibles con los salarios. Pero al final, de una forma u otra, después de tanto batallar, se obtienen las cosas. Después del parto, es que comienzan las dificultades mayores: las condiciones higiénicas en los hospitales maternos, donde se puede adquirir cualquier enfermedad;  la alimentación del bebé, etc. Si el bebito no es saludable, determinados medicamentos también se deben comprar en divisa.
Por si alguien piensa que el tema no merece análisis, y duda de lo expuesto, que realice una encuesta para que perciba que para las mujeres cubanas no es tan fácil decidirse a parir. Ellas saben que no podrán darle al niño todo lo que requiere.
Hay que tener en cuenta que un simple pomo para alimentarlo cuesta más de 2 pesos. Los primeros juguetes y los artículos de canastilla cuestan más de la mitad de un salario de un trabajador normal. No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Los altísimos precios de todos los artículos que componen la canastilla, más la dificultad de adquirirlos, hacen que las parejas responsables analicen bien si se arriesgan. Algunos prefieren tenerlos si emigran del país o si cuentan con la ayuda de algún familiar en el extranjero.
No es cierto que Cuba sea el mejor país para la maternidad. Save the Children debe documentarse mejor y conocer las vicisitudes por las que pasa una embarazada cubana, que puede hasta morir y no ver el resultado de su esfuerzo y dedicación durante su gestación.
Si la tasa de nacimientos en Cuba ha disminuido en los últimos años provocando el envejecimiento y la disminución de la población, ¿de dónde saca sus conclusiones la mencionada organización?



 Publicado en La Primavera Digital de Cuba

De Maternidad Nada….

Susana T. Más Iglesias, Vedado 13 de octubre de 2013.


Un artículo de un periódico de Londres fechado el 7 de mayo del presente, divulgó entre sus titulares el criterio de la organización internacional ¨Save the Children¨ (la cual promociona los derechos de la niñez) que Cuba es el mejor país de América Latina para la maternidad y el trigésimo tercero de todo el mundo.
No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y  que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Solo aceptan traer al mundo una nueva vida, aquellas mujeres que cuentan con las necesidades mínimas para ello, las irresponsables, a las que les da lo mismo, o las que tienen un interés determinado; es el caso, por ejemplo, de las que se han casado con un extranjero, aunque éste sea tan pobre en su país como ella aquí, pero tiene otras posibilidades y estatus de vida que le permite asumir la responsabilidad de ser padre y ella de poder lograr el mayor sueño de una mujer, sin tener que preocuparse mucho en cómo arreglárselas cuando nazca el bebé que le facilitará la salida sin problemas.
La maternidad es la etapa más feliz que pueda experimentar una mujer, aunque con ello vengan adjuntos algunos síntomas desagradables, que sin embargo son aceptados. Pero en Cuba salir embarazada es como pasar la prueba para saber que no se va a volver loca de tantas cosas que de manera obligatoria hay que resolver con inmediatez, lo que no se sabe si se logrará.
Para empezar, todo lo que necesita, al gusto en cuanto a talla, color y cantidad, solo lo podrá encontrar en las tiendas de divisa, porque lo asignado por la libreta de canastilla nunca se puede obtener completo, no tiene variedad ni calidad.
Poder comprar una cuna en las tiendas de moneda nacional es como sacarse la lotería. En ellas, aunque los productos sean más baratos, en modo alguno los precios son compatibles con los salarios. Pero al final, de una forma u otra, después de tanto batallar, se obtienen las cosas. Después del parto, es que comienzan las dificultades mayores: las condiciones higiénicas en los hospitales maternos, donde se puede adquirir cualquier enfermedad;  la alimentación del bebé, etc. Si el bebito no es saludable, determinados medicamentos también se deben comprar en divisa.
Por si alguien piensa que el tema no merece análisis, y duda de lo expuesto, que realice una encuesta para que perciba que para las mujeres cubanas no es tan fácil decidirse a parir. Ellas saben que no podrán darle al niño todo lo que requiere.
Hay que tener en cuenta que un simple pomo para alimentarlo cuesta más de 2 pesos. Los primeros juguetes y los artículos de canastilla cuestan más de la mitad de un salario de un trabajador normal. No se sabe qué encuesta o estudio pudo dar tal resultado, porque la realidad, desde hace más de 25 años, demuestra todo lo contrario.
Cuando se analiza este tema, no se encuentra la lógica: las mujeres más jóvenes del país y que aún estudian o trabajan, a no ser que no tengan la opción de recurrir al aborto porque corre riesgo su salud, o posean un fuerte apoyo económico familiar, ni siquiera piensan en ello. Expresan sin rodeos que de maternidad no quieren saber nada. Consideran el embarazo no solo un descuido inexcusable, sino un accidente o una traba de gran envergadura en la proyección futura de sus vidas.
Los altísimos precios de todos los artículos que componen la canastilla, más la dificultad de adquirirlos, hacen que las parejas responsables analicen bien si se arriesgan. Algunos prefieren tenerlos si emigran del país o si cuentan con la ayuda de algún familiar en el extranjero.
No es cierto que Cuba sea el mejor país para la maternidad. Save the Children debe documentarse mejor y conocer las vicisitudes por las que pasa una embarazada cubana, que puede hasta morir y no ver el resultado de su esfuerzo y dedicación durante su gestación.
Si la tasa de nacimientos en Cuba ha disminuido en los últimos años provocando el envejecimiento y la disminución de la población, ¿de dónde saca sus conclusiones la mencionada organización?




¿Quién niega la discriminación?

¿Quién niega la discriminación?


Susana T. Más Iglesias, El Vedado, 22 de septiembre de 2013.

Algunas personas apoyan el concepto equívoco de que en Cuba no hay discriminación racial. Como la máxima dirigencia del país lo afirma así, con la mayor ceguera, agachan la cabeza y lo asumen como un hecho, sin tan siquiera acudir a lo que poseen de materia gris en su cerebro para darse cuenta de la existencia del racismo.
Se conoce que en Cuba, un país lleno de mestizaje, existe discriminación incluso hasta para la ocupación de puestos de trabajo con determinada relevancia. Se distingue a las claras también la discriminación de sexos para la ocupación de plazas laborales. Es peor aún si se trata de una mujer negra.
Cuando se camina por las calles del Vedado, cercanas a la heladería Coppelia, o por cualquier otro lugar de La Habana, no escapa a la vista la cantidad de jóvenes negros de ambos sexos que deambulan por las aceras, o permanecen en ellas, como se dice “buscándose la vida” en la encomienda de vender ropas, calzados, mercancías comestibles, desde chucherías hasta subproductos cárnicos, viandas frutas o vegetales.
Por el contrario, es muy difícil por no decir imposible, hallar en un establecimiento de las cadenas de tiendas más costosas o de alta categoría un  o una dependiente que sea algo más oscuro de lo que llamamos tez trigueña.
Aquí solo está de manera constante la mayor representación de la raza negra en fábricas, en la construcción, en el mantenimiento de líneas férreas, en plazas de sepultureros, barrenderos, y como mejor alternativa en la policía, el deporte o la música.
Existen cuerpos de baile profesionales donde no se ve una negra, al igual que en programas de participación de adultos o infantiles, su presencia es nula o casi nula. De estar, no tienen nunca papeles principales, o la cámara las evade con rapidez. Lo mismo ocurre en los hoteles, boutiques, firmas corporativas, plazas relacionadas con el turismo y otras.
Hay lugares donde prefieren poner a una persona de raza blanca, por contrata, ya que es jubilada, antes de poner fija a una negra capacitada y apta para el desempeño de las funciones.
Cierto que las prisiones y los centros de reclusión por discapacidad mental están llenos de negros. ¿Alguien del gobierno se ha dedicado a analizar la trayectoria social que han tenido ellos, los obstáculos y tropiezos con los que tuvieron que lidiar después de culminados sus estudios, los que enfrentaron desde su inicio en el círculo infantil, las condiciones de vida y habitabilidad? Nada de esto se tiene en cuenta cuando van a ser sancionados.
Cuando son menores y presentan problemas de atención familiar, ya sea maltratos o carencia de amparo filial, no son atendidos o supervisados por el Estado hasta tanto incurren en un delito.
Muchachas o mujeres negras no pueden transitar tranquilamente por El Vedado sin que sean detenidas por la policía y comprobado su estatus.
Sin embargo, las de otro color de tez, son menos asediadas o simplemente no “se advierten” a la vista de las autoridades, a pesar de su vestuario provocativo y singular, que denota el motivo de su presencia en determinadas áreas, aunque por lo general son conocidas y tratadas con familiaridad.
En las reuniones del Buró Político del Partido Comunista y del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros no llega al 2% la representación negra.
Conocedores de todos estos aspectos, aún algunos aseveran que en Cuba no hay racismo, y que todos los cubanos somos iguales y tenemos los mismos derechos.



Publicado en Primavera Digital de Cuba .

¿Quién niega la discriminación?

¿Quién niega la discriminación?


Susana T. Más Iglesias, El Vedado, 22 de septiembre de 2013.

Algunas personas apoyan el concepto equívoco de que en Cuba no hay discriminación racial. Como la máxima dirigencia del país lo afirma así, con la mayor ceguera, agachan la cabeza y lo asumen como un hecho, sin tan siquiera acudir a lo que poseen de materia gris en su cerebro para darse cuenta de la existencia del racismo.
Se conoce que en Cuba, un país lleno de mestizaje, existe discriminación incluso hasta para la ocupación de puestos de trabajo con determinada relevancia. Se distingue a las claras también la discriminación de sexos para la ocupación de plazas laborales. Es peor aún si se trata de una mujer negra.
Cuando se camina por las calles del Vedado, cercanas a la heladería Coppelia, o por cualquier otro lugar de La Habana, no escapa a la vista la cantidad de jóvenes negros de ambos sexos que deambulan por las aceras, o permanecen en ellas, como se dice “buscándose la vida” en la encomienda de vender ropas, calzados, mercancías comestibles, desde chucherías hasta subproductos cárnicos, viandas frutas o vegetales.
Por el contrario, es muy difícil por no decir imposible, hallar en un establecimiento de las cadenas de tiendas más costosas o de alta categoría un  o una dependiente que sea algo más oscuro de lo que llamamos tez trigueña.
Aquí solo está de manera constante la mayor representación de la raza negra en fábricas, en la construcción, en el mantenimiento de líneas férreas, en plazas de sepultureros, barrenderos, y como mejor alternativa en la policía, el deporte o la música.
Existen cuerpos de baile profesionales donde no se ve una negra, al igual que en programas de participación de adultos o infantiles, su presencia es nula o casi nula. De estar, no tienen nunca papeles principales, o la cámara las evade con rapidez. Lo mismo ocurre en los hoteles, boutiques, firmas corporativas, plazas relacionadas con el turismo y otras.
Hay lugares donde prefieren poner a una persona de raza blanca, por contrata, ya que es jubilada, antes de poner fija a una negra capacitada y apta para el desempeño de las funciones.
Cierto que las prisiones y los centros de reclusión por discapacidad mental están llenos de negros. ¿Alguien del gobierno se ha dedicado a analizar la trayectoria social que han tenido ellos, los obstáculos y tropiezos con los que tuvieron que lidiar después de culminados sus estudios, los que enfrentaron desde su inicio en el círculo infantil, las condiciones de vida y habitabilidad? Nada de esto se tiene en cuenta cuando van a ser sancionados.
Cuando son menores y presentan problemas de atención familiar, ya sea maltratos o carencia de amparo filial, no son atendidos o supervisados por el Estado hasta tanto incurren en un delito.
Muchachas o mujeres negras no pueden transitar tranquilamente por El Vedado sin que sean detenidas por la policía y comprobado su estatus.
Sin embargo, las de otro color de tez, son menos asediadas o simplemente no “se advierten” a la vista de las autoridades, a pesar de su vestuario provocativo y singular, que denota el motivo de su presencia en determinadas áreas, aunque por lo general son conocidas y tratadas con familiaridad.
En las reuniones del Buró Político del Partido Comunista y del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros no llega al 2% la representación negra.
Conocedores de todos estos aspectos, aún algunos aseveran que en Cuba no hay racismo, y que todos los cubanos somos iguales y tenemos los mismos derechos.



Publicado en Primavera Digital de Cuba .

Relacionado con el escrito en respuesta a Declaraciones de Mariela Castro.

Relacionado con el escrito en respuesta a Declaraciones de Mariela Castro.

Por ser una vivencia estrictamente personal, me encuentro en la preparación de un testimonio, el cuál plasmaré en el blog en cuanto esté listo. Rememoraré las vivencias que cada día acontecieron dejando huellas en mi vida personal, adornadas de anécdotas: tristes, de experiencias y revelaciones, así como se situaciones que allí acontecieron.
No me retracto, al contrario me preparo para hacer conocer detalladamente todas y cada una de las injusticias y violaciones de derechos a las que fueron sometidas muchas mujeres que estaban recluidas en el año, 1980.
Mientras seguiré mis publicaciones como periodista independiente, a las que con suerte podré agregarle otros escritos de diversos temas actuales.
Daré gracias a Dios, los Santos, el Universo  y todo lo existente para que me ayuden y pueda culminarlo  con la mayor brevedad y calidad.