Rescate Tardío
Susana T. Más Iglesias, La Habana 31 de agosto de
2013.
Si en realidad el
gobierno cubano, como ha expresado su presidente, tiene verdadero interés de rescatar
los excelentes hábitos de educación y
urbanidad que poseía la población, tiene que comenzar a indagar cuáles fueron
las causas que desencadenaron la propagación de esta espantosa pandemia, consecuencia
de indisciplinas sociales, como son las horrendas manifestaciones de malas
palabras a voz en cuello a cualquier hora y lugar, la indolencia al montar un
ómnibus hacia ancianos y niños, la falta de respeto de persona a persona, en su
mayoría escudada una de las partes tras
un cargo administrativo o sindical, y hasta la acción de hechos delictivos iniciada desde
hace más de 25años, que
casi ha logrado borrar las buenas costumbres de las que se preciaba este pueblo
a nivel mundial.
Erróneamente se dejó a
un lado la corrección de malas manifestaciones públicas que no son precisamente
opiniones políticas, sino actitudes escandalosas
de lucro, imposición de criterios y ordenanzas, y lo que es peor, proveer de
inmunidad a determinadas personas para cometer cualquier episodio
negativo, lo que sirve de pésimo ejemplo a los demás miembros de la sociedad.
Incorrectamente se
abandonaron buenos hábitos de respeto,
condescendencia y respeto hacia el prójimo y se impuso la ley del más fuerte.
La población observa policías
de uniforme, enamorando, comiendo o conversando amigablemente con individuos de
dudoso proceder en plena calle. Esto debe ser erradicado y que cumplan con su
reglamento, para que no sean vistos como una parte más de la lacra que inunda
el país.
Si de verdad se desea enmendar todos estos errores, algunas
personas, instituciones y desde luego dirigentes, deben autoanalizarse, rectificar sus deslices para predicar con su ejemplo. También sería gran
ayuda la participación de los inspectores en la combatividad de indisciplinas sociales diversas como el
arrojo de escombros y basura fuera de los contenedores, andar por las calles sin camisa, orinar en la
vía pública, etc.
Lo primero que deben
concebir es que prevalezca la atención debida a la población, y uno de las
mejores ideas es construir casas para
los damnificados en vez de que en cada espacio donde ocurrió un derrumbe se edifique
una tienda recaudadora de divisas, un hotel, (que ya sobran porque nunca están
ocupados a plena capacidad), o se edifique un parque sin equipos de juegos ni
asientos para que los niños puedan permanecer.
También es imperioso
incentivar el hábito de lectura, que no es más que proporcionar sabiduría y
conocimientos. Qué mejor construcción puede haber que una biblioteca que tenga
modalidades en copia dura y digital, sala de videos y de recreación, a donde sobre todo la juventud pueda acudir en
sus ratos libres si no están en vacaciones. Allí podrán asistir todas las
personas que lo deseen en búsqueda de informaciones generales que no
precisamente tenga que ser a través de Internet.
Si se rectificara de esa manera, tal vez exista
tiempo para perfeccionar.
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