jueves, 8 de agosto de 2013

Rescate Tardío




Rescate Tardío


Susana T. Más Iglesias, La Habana 31 de agosto de 2013.

Si en realidad el gobierno cubano, como ha expresado su presidente, tiene verdadero interés de rescatar los excelentes  hábitos de educación y urbanidad que poseía la población, tiene que comenzar a indagar cuáles fueron las causas que desencadenaron la propagación de esta espantosa pandemia, consecuencia de indisciplinas sociales, como son las horrendas manifestaciones de malas palabras a voz en cuello a cualquier hora y lugar, la indolencia al montar un ómnibus hacia ancianos y niños, la falta de respeto de persona a persona, en su mayoría escudada  una de las partes tras un cargo administrativo o sindical, y hasta  la acción de hechos delictivos iniciada desde hace más de 25años,  que casi ha logrado borrar las buenas costumbres de las que se preciaba este pueblo a nivel mundial.
Erróneamente se dejó a un lado la corrección de malas manifestaciones públicas que no son precisamente opiniones políticas, sino  actitudes escandalosas de lucro, imposición de criterios y ordenanzas, y lo que es peor, proveer de inmunidad a   determinadas personas para cometer cualquier episodio negativo, lo que sirve de pésimo ejemplo a los demás miembros de la sociedad.
Incorrectamente se abandonaron  buenos hábitos de respeto, condescendencia y respeto hacia el prójimo y se impuso la ley del más fuerte.
La población observa policías de uniforme, enamorando, comiendo o conversando amigablemente con individuos de dudoso proceder en plena calle. Esto debe ser erradicado y que cumplan con su reglamento, para que no sean vistos como una parte más de la lacra que inunda el país.
Si de verdad  se desea enmendar todos estos errores, algunas personas, instituciones y desde luego dirigentes, deben  autoanalizarse, rectificar sus deslices para  predicar con su ejemplo. También sería gran ayuda la participación de los inspectores en la combatividad  de indisciplinas sociales diversas como el arrojo de escombros y basura fuera de los contenedores,  andar por las calles sin camisa, orinar en la vía pública, etc.
Lo primero que deben concebir es que prevalezca la atención debida a la población, y uno de las mejores ideas es construir  casas para los damnificados en vez de que en cada espacio donde ocurrió un derrumbe se edifique una tienda recaudadora de divisas, un hotel, (que ya sobran porque nunca están ocupados a plena capacidad), o se edifique un parque sin equipos de juegos ni asientos para que los niños puedan permanecer.
También es imperioso incentivar el hábito de lectura, que no es más que proporcionar sabiduría y conocimientos. Qué mejor construcción puede haber que una biblioteca que tenga modalidades en copia dura y digital, sala de videos y de recreación, a  donde sobre todo la juventud pueda acudir en sus ratos libres si no están en vacaciones. Allí podrán asistir todas las personas que lo deseen en búsqueda de informaciones generales que no precisamente tenga que ser a través de Internet.
Si se rectificara de esa manera, tal vez exista tiempo para perfeccionar.





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