¿Quién niega
la discriminación?
Susana T. Más
Iglesias
El Vedado, La
Habana, (PD)
Algunas personas
apoyan el concepto equívoco de que en Cuba no hay discriminación racial. Como
la máxima dirigencia del país lo afirma así, con la mayor ceguera, agachan la
cabeza y lo asumen como un hecho, sin tan siquiera acudir a lo que poseen de materia
gris en su cerebro para darse cuenta de la existencia del racismo
Se conoce que en
Cuba, un país lleno de mestizaje, existe discriminación incluso hasta para la
ocupación de puestos de trabajo con determinada relevancia. Se distingue a las
claras también la discriminación de sexos para la ocupación de plazas
laborales. Es peor aún si se trata de una mujer negra.
Cuando se camina
por las calles del Vedado, cercanas a la heladería Coppelia, o por cualquier
otro lugar de La Habana, no escapa a la vista la cantidad de jóvenes negros de
ambos sexos que deambulan por las aceras, o permanecen en ellas, como se dice
“buscándose la vida” en la encomienda de vender ropas, calzados, mercancías
comestibles, desde chucherías hasta subproductos cárnicos, viandas frutas o
vegetales.
Por el
contrario, es muy difícil por no decir imposible, hallar en un establecimiento
de las cadenas de tiendas más costosas o de alta categoría un o una dependiente
que sea algo más oscuro de lo que llamamos tez trigueña.
Aquí solo está
de manera constante la mayor representación de la raza negra en fábricas, en la
construcción, en el mantenimiento de líneas férreas, en plazas de sepultureros,
barrenderos, y como mejor alternativa en la policía, el deporte o la música.
Existen cuerpos
de baile profesionales donde no se ve una negra, al igual que en programas de
participación de adultos o infantiles, su presencia es nula o casi nula. De estar, no tienen
nunca papeles principales, o la cámara las evade con rapidez. Lo mismo ocurre
en los hoteles, boutiques, firmas corporativas, plazas relacionadas con el
turismo y otras.
Hay lugares
donde prefieren poner a una persona de raza blanca, por contrata, ya que es
jubilada, antes de poner fija a una negra capacitada y apta para el desempeño
de las funciones.
Cierto que las
prisiones y los centros de reclusión por discapacidad mental están llenos de
negros. ¿Alguien del gobierno se ha dedicado a analizar la trayectoria social
que han tenido ellos, los obstáculos y tropiezos con los que tuvieron que
lidiar después de culminados sus estudios, los que enfrentaron desde su inicio
en el círculo infantil, las condiciones de vida y habitabilidad? Nada de esto
se tiene en cuenta cuando van a ser sancionados.
Cuando son
menores y presentan problemas de atención familiar, ya sea maltratos o carencia
de amparo filial, no son atendidos o supervisados por el Estado hasta tanto
incurren en un delito.
Muchachas o
mujeres negras no pueden transitar tranquilamente por El Vedado sin que sean
detenidas por la policía y comprobado su estatus.
Sin embargo, las
de otro color de tez, son menos asediadas o simplemente no “se advierten” a la
vista de las autoridades, a pesar de su vestuario provocativo y singular, que
denota el motivo de su presencia en determinadas áreas, aunque por lo general
son conocidas y tratadas con familiaridad.
En las reuniones
del Buró Político del Partido Comunista y del Comité Ejecutivo del Consejo de
Ministros no llega al 2% la representación negra. Conocedores de todos estos
aspectos, aún algunos aseveran que en Cuba no hay racismo, y que todos los cubanos
somos iguales y tenemos los mismos derechos.
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Publicado en Primavera Digital
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