jueves, 12 de diciembre de 2013

¿Quién niega la discriminación? Susana T. Más Iglesias

¿Quién niega la discriminación?
Susana T. Más Iglesias
El Vedado, La Habana, (PD)
Algunas personas apoyan el concepto equívoco de que en Cuba no hay discriminación racial. Como la máxima dirigencia del país lo afirma así, con la mayor ceguera, agachan la cabeza y lo asumen como un hecho, sin tan siquiera acudir a lo que poseen de materia gris en su cerebro para darse cuenta de la existencia del racismo
Se conoce que en Cuba, un país lleno de mestizaje, existe discriminación incluso hasta para la ocupación de puestos de trabajo con determinada relevancia. Se distingue a las claras también la discriminación de sexos para la ocupación de plazas laborales. Es peor aún si se trata de una mujer negra.
Cuando se camina por las calles del Vedado, cercanas a la heladería Coppelia, o por cualquier otro lugar de La Habana, no escapa a la vista la cantidad de jóvenes negros de ambos sexos que deambulan por las aceras, o permanecen en ellas, como se dice “buscándose la vida” en la encomienda de vender ropas, calzados, mercancías comestibles, desde chucherías hasta subproductos cárnicos, viandas frutas o vegetales.
Por el contrario, es muy difícil por no decir imposible, hallar en un establecimiento de las cadenas de tiendas más costosas o de alta categoría un o una dependiente que sea algo más oscuro de lo que llamamos tez trigueña.
Aquí solo está de manera constante la mayor representación de la raza negra en fábricas, en la construcción, en el mantenimiento de líneas férreas, en plazas de sepultureros, barrenderos, y como mejor alternativa en la policía, el deporte o la música.
Existen cuerpos de baile profesionales donde no se ve una negra, al igual que en programas de participación de adultos o infantiles, su presencia  es nula o casi nula. De estar, no tienen nunca papeles principales, o la cámara las evade con rapidez. Lo mismo ocurre en los hoteles, boutiques, firmas corporativas, plazas relacionadas con el turismo y otras.
Hay lugares donde prefieren poner a una persona de raza blanca, por contrata, ya que es jubilada, antes de poner fija a una negra capacitada y apta para el desempeño de las funciones.
Cierto que las prisiones y los centros de reclusión por discapacidad mental están llenos de negros. ¿Alguien del gobierno se ha dedicado a analizar la trayectoria social que han tenido ellos, los obstáculos y tropiezos con los que tuvieron que lidiar después de culminados sus estudios, los que enfrentaron desde su inicio en el círculo infantil, las condiciones de vida y habitabilidad? Nada de esto se tiene en cuenta cuando van a ser sancionados.
Cuando son menores y presentan problemas de atención familiar, ya sea maltratos o carencia de amparo filial, no son atendidos o supervisados por el Estado hasta tanto incurren en un delito.
Muchachas o mujeres negras no pueden transitar tranquilamente por El Vedado sin que sean detenidas por la policía y comprobado su estatus.
Sin embargo, las de otro color de tez, son menos asediadas o simplemente no “se advierten” a la vista de las autoridades, a pesar de su vestuario provocativo y singular, que denota el motivo de su presencia en determinadas áreas, aunque por lo general son conocidas y tratadas con familiaridad.
En las reuniones del Buró Político del Partido Comunista y del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros no llega al 2% la representación negra. Conocedores de todos estos aspectos, aún algunos aseveran que en Cuba no hay racismo, y que todos los cubanos somos iguales y tenemos los mismos derechos.
Para Cuba actualidad:




Publicado en Primavera Digital

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