Te llevo a donde me conviene.
Susana
T. Más Iglesias, La Habana 8 de noviembre de 2013.
El gobierno de Cuba recibe mensualmente un
sin número de visitas integradas por
funcionarios y dirigente diversos países del mundo. Algunos
de ellos se preocupan en saber cómo funciona el sistema educativo y la atención
a niños en edad escolar, mientras otros muestran su interés en las
instalaciones culturales, deportivas o
de atención a la salud. Como se sabe, a estas personas que se interesan en saber
cómo es en realidad la vida del cubano y la atención que reciben por distintos
conceptos, les programan los lugares que
visitarán mucho antes de arribar al país, y siempre son a las mismas plazas: la
escuela vocacional Lenin, Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), el
Palacio de las Convenciones, Escuela militar
“Camilo Cienfuegos”, Centros Turísticos de la ciudad y nunca falta el
recorrido por las playas de Varadero. En fin, ven lo que no tiene sentido que conozcan.
A las visitas no solo se les debe enseñar
la cara bella del país, sino también la cara oculta, donde se refugian y
desarrollan los que no han tenido las puertas abiertas para poderse desarrollar
dentro de lo normal de un país y se han
conformado con vivir sin resolver sus necesidades.
A nadie se le ocurre trasladar a los que
arriban a la isla hacia zonas de la
ciudad donde es difícil encontrar una sonrisa infantil, o el regocijo de haber
llegado a la ancianidad, nunca los dirigen a ver ese sector más pobre que tiene
la sociedad: los marginados.
Cuando se dice marginal, casi siempre se transforma
la realidad de la palabra y se piensa en el ciudadano de mala formación y conducta antisocial. La vida de
las personas que habitan estos barrios no se hace fácil de transitar, pero nunca se hace una
pausa para pensar en por qué estas personas llegan a la marginalidad. En ello juegan
factores como poca atención por parte del estado, situaciones económicas, la
discriminación social-racial y condiciones inhumanas de viviendas, por lo que este sector se ve obligado a estar
envuelto en los más trágicos problemas de la vida cotidiana.
Nunca se ha visto en reportajes de TV que
se revele a los visitantes el conocimiento
de cómo es la vida de esta personas, que a pesar de formar una buena parte de
la población, son discriminados y exentos de que se conozca en las condiciones
que viven y se desarrollan, pues en definitiva hay que tener en cuenta que de
ahí también surgen generaciones que en
el futuro integrarán la sociedad cubana.
Es necesario que los turistas y visitantes
de igual forma sepan de buena tinta cómo se vive en todos estos sectores poblacionales en
marginalidad de la isla y se trasladen de cuando en vez a conocer rostros
infantiles donde resalta la desilusión, amargura y tristeza.
Tal vez ellos puedan crear y desplegar
proyectos que ayuden con su colaboración
a que sus vidas tomen un matiz más
placentero.
P/D
Publicado en Primavera Digital de Cuba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario