martes, 9 de abril de 2013

Un Aplauso de Adiós para Elvira





Un Aplauso de Adiós para Elvira


Susana T. Más Iglesias, La Habana 29 de marzo de 2013.

Con tristeza  se recibió  el  jueves  28 la noticia del deceso de una de las mayores divas de la actuación de Cuba: Elvira Cervera.
Desde muy joven comenzó su trabajo en la radio y posteriormente desempeñó otras labores dentro del ámbito cultural. Mujer negra cubana, supo imponer su talento con firmeza y luchar contra todos los obstáculos que le proporcionó el color de su piel. Trabajó con ahínco y devoción en el teatro, cine, televisión y  radio. Dio de sí lo mejor en cada actuación y enseñó a los más jóvenes mientras tuvo la oportunidad.
Serena, paciente, cariñosa y perspicaz supo alcanzar el respeto y amor de quienes la conocieron y disfrutaron la ocasión de estar cerca de ella en algún momento. A pesar de su ecuanimidad y sabiduría como maestra  normalista  graduada, siempre dejó bien claro, como en la reunión efectuada en la UNEAC  el  19 de noviembre de 1998, donde también asistían otros artistas de la misma raza, que los papeles protagónicos aceptados por un actor o actriz de raza negra no necesariamente tenían que ser los  más humillantes y degradados dentro de la sociedad.
Fue una madre amorosa, comprensiva y decidida a mostrar sus sentimientos hasta en instantes imposibles de descifrar. Existe una anécdota inolvidable para muchos que peinan canas, quienes fueron alumnos de la Secundaria Básica “César Escalante” en Santos Suárez, compañeros de su hija, quienes experimentaron con placer el verla emerger como una aparición a caballo, sola, de entre la lluvia y el viento que azotaban debido a un  ciclón que aisló a los estudiantes de una escuela al campo en Vertientes, Camagüey,  camino al encuentro con su hija Alejandra, (única conductora negra que trabajara en el afamado programa de televisión “Para Bailar” a finales de la de la década de los 70), cuando muchos hombres de los alrededores no se atrevían a desafiar el camino inundado en agua y fango.
Sus papeles protagónicos en las novelas tanto televisivas como radiales, mostraron una excelente interpretación. Era toda una profesional. Nunca ejecutó un papel donde no se develara su educación y sabiduría adquirida a través de los años. Siempre dio muestras de ser una dama de la actuación hasta el último instante de sus presentaciones.
Los que ahora están en la tercera edad llegaron a disfrutar a sus anchas cada salida de la actriz a la pantalla, por eso fue desgarrador constatar la ausencia en su velorio y sepelio de tantos actores con los que compartió escenarios y estudios,  quienes se nutrieron de sus enseñanzas y experiencias como actriz.
Paupérrimo se considera el homenaje póstumo que merecía esta  mujer que en su trayectoria en la pantalla chica estuvo presente en más de 50 programas, trabajó en diez películas, entre ellas “Cumbite”, “Habanera”, “En tres y dos”, y “Miel para Ochún”, y que recibió la Distinción por la Cultura Cubana. A  lo largo de su vida, durante más de 4 décadas, esta humilde actriz ayudó e instruyó a muchos principiantes dentro de las artes escénicas.
No obstante su público de siempre, sus admiradores, familiares y los agradecidos con su obra sienten este momento donde tienen que dar un aplauso de adiós para Elvira.

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