Un Aplauso de Adiós para
Elvira
Susana T. Más Iglesias, La Habana 29 de marzo de
2013.
Con tristeza se recibió el
jueves 28 la noticia del deceso
de una de las mayores divas de la actuación de Cuba: Elvira Cervera.
Desde muy joven comenzó
su trabajo en la radio y posteriormente desempeñó otras labores dentro del
ámbito cultural. Mujer negra cubana, supo imponer su talento con firmeza y
luchar contra todos los obstáculos que le proporcionó el color de su piel.
Trabajó con ahínco y devoción en el teatro, cine, televisión y radio. Dio de sí lo mejor en cada actuación y enseñó
a los más jóvenes mientras tuvo la oportunidad.
Serena, paciente,
cariñosa y perspicaz supo alcanzar el respeto y amor de quienes la conocieron y
disfrutaron la ocasión de estar cerca de ella en algún momento. A pesar de su
ecuanimidad y sabiduría como maestra normalista graduada, siempre dejó bien claro, como en la
reunión efectuada en la UNEAC el 19 de noviembre de 1998, donde también
asistían otros artistas de la misma raza, que los papeles protagónicos aceptados
por un actor o actriz de raza negra no necesariamente tenían que ser los más humillantes y degradados dentro de la
sociedad.
Fue una madre amorosa,
comprensiva y decidida a mostrar sus sentimientos hasta en instantes imposibles
de descifrar. Existe una anécdota inolvidable para muchos que peinan canas,
quienes fueron alumnos de la Secundaria Básica “César Escalante” en Santos
Suárez, compañeros de su hija, quienes experimentaron con placer el verla
emerger como una aparición a caballo, sola, de entre la lluvia y el viento que
azotaban debido a un ciclón que aisló a
los estudiantes de una escuela al campo en Vertientes, Camagüey, camino al encuentro con su hija Alejandra, (única
conductora negra que trabajara en el afamado programa de televisión “Para
Bailar” a finales de la de la década de los 70), cuando muchos hombres de los
alrededores no se atrevían a desafiar el camino inundado en agua y fango.
Sus papeles
protagónicos en las novelas tanto televisivas como radiales, mostraron una
excelente interpretación. Era toda una profesional. Nunca ejecutó un papel
donde no se develara su educación y sabiduría adquirida a través de los años. Siempre
dio muestras de ser una dama de la actuación hasta el último instante de sus
presentaciones.
Los que ahora están en
la tercera edad llegaron a disfrutar a sus anchas cada salida de la actriz a la
pantalla, por eso fue desgarrador constatar la ausencia en su velorio y sepelio
de tantos actores con los que compartió escenarios y estudios, quienes se nutrieron de sus enseñanzas y
experiencias como actriz.
Paupérrimo se considera
el homenaje póstumo que merecía esta mujer que en su trayectoria en la pantalla chica
estuvo presente en más de 50 programas, trabajó en diez películas, entre ellas “Cumbite”,
“Habanera”, “En tres y dos”, y “Miel para Ochún”, y que recibió la Distinción
por la Cultura Cubana. A lo largo de su
vida, durante más de 4 décadas, esta humilde actriz ayudó e instruyó a muchos
principiantes dentro de las artes escénicas.
No obstante su público
de siempre, sus admiradores, familiares y los agradecidos con su obra sienten
este momento donde tienen que dar un aplauso de adiós para Elvira.
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