Historia de cada verano
Susana
T. Más Iglesias, La Habana 8 de abril de 2013.
Ya
es un hecho reiterado cada año que en
algunos círculos infantiles de la ciudad, la dirección del mismo se dirija a
los padres en las reuniones, con el tema de la solicitud de dinero en divisa para
la compra de ventiladores porque se
acerca el verano.
También
es recurrente el pedido a los adultos que compren rollos de papel higiénico,
con el pretexto de que las toallitas (que son llevadas a diario por los niños
en sus bolsitas) no dan a basto para higienizarlos. También se solicita en ocasiones cooperación
para pintar o arreglar alguna
instalación sanitaria, etc.
Según
comunicaciones de los medios de información en la isla, innumerables países junto a
organizaciones no gubernamentales como la FAO, UNESCO, y UNICEF, envían con
constancia a nuestro país donaciones de diferentes artículos, no solo ropas,
calzados y alimentos, también juguetes, efectos
electrodomésticos e instrumental médico que se reparten según su utilidad en
centros hospitalarios pediátricos, salas infantiles de atención al cáncer, hogares
de ancianos y círculos infantiles.
No
obstante, a cada trabajador estatal
activo se le descuenta un porciento de su salario, el cual se destina a los sectores de salud y educación.
Por lo que no es necesario que si los padres en su mayoría, pagan una cuota
mensual de cuarenta pesos, y además deben aportar al inicio del párvulo en la
instalación toallas, jarritos, cubiertos, catre, juguetes, ropa y calzado para el cambio y aseo, más otros
artículos, también se les conmine a la entrega de dinero para la compra de un
ventilador cada vez que llega el verano. Algunos, sin poder económico
suficiente se abstienen o dicen que sí por no quedar en ridículo ante los
demás. Entonces, y ¿el anterior
ventilador? comprado por los novatos de ese año; según la seño o directora,
ya se rompió, fue objeto de robo o
simplemente ya no sirve.
Cada
organismo debe asumir la responsabilidad que tiene enmarcada en su función como
tal y sus directivos deben garantizar
que estos actos, en su mayoría planeados con fines de lucro personal, no sucedan. Para ello hay que llevar a vías de hecho la exigencia,
disciplina, y control en todas las áreas que se dirijan a fomentar la salud y educación de nuestras futuras generaciones.
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