martes, 1 de octubre de 2013

¿Conmemoración o festejo?

¿Conmemoración o festejo?

 Susana T. Más Iglesias

El Vedado, La Habana, (PD) Del llamado “Concierto contra la Injusticia” celebrado el pasado 12 de septiembre en la Tribuna Antiimperialista, aún se escuchan comentarios, que por cierto no son halagadores. Dicho sea de paso, lo mismo se oyen en boca de partidarios del gobierno que de personas indiferentes a la política y de opositores. En fin, las críticas vienen de cualquiera que tenga claro el sentido de qué se puede conmemorar con decencia, reclámese lo que se reclame, y cuando se festeja dándole rienda suelta a la cintura y el resto del cuerpo, con la adición de rituales de religiones afrocubanas que la mayoría no conoce y mucho menos profesa.
Derecho tiene quien así lo entienda o desee a reclamar por los cuatro agentes de la inteligencia cubana presos en los Estados Unidos, a quienes por cierto, les fueron comprobadas las acusaciones de espionaje. Pero fue muy desagradable ver cómo celebraban los presentes en el concierto el aniversario número quince del encarcelamiento de esos hombres con música bailable estridente.
Aunque el hecho por el que están presos no es para vanagloriarse, mucho menos era para armar ese fandango esquizofrénico mezcla de salsa, música pop, changüí, música repartera, rumba y como si fuera poco, cánticos excitantes y llenos de euforia asociados a la religión yoruba.
Respecto a las madres, esposas, hijos y demás familiares de los agentes presos, debería primar el respeto y la consideración por encima de todas las cosas. Todos estos sentimientos diversos que al final resultan ser devoción y amor, no deben ser expresados de manera descompuesta y espeluznante a la vista de millones de espectadores a todo lo largo y ancho de la isla, más los otros países a los que se retransmitió el concierto a través de Cuba Visión Internacional.
Mejor y más aceptable hubiera sido el oficio de una misa católica o evangélica para solicitar en oración la liberación de los Cinco, o una velada cultural con canciones de la Nueva Trova, música de cámara o sinfónica, y hasta no quedaría mal la participación de dúos, tríos, cuartetos o coros con tonadas tranquilizadoras en correspondencia a la situación actual de los condenados. Pero esa bachata de lujuria y brincos, dejó mucho que desear. Hay bastante tela para cortar…
El dolor, cuando es de verdad, se refleja de otra manera. Lo que importa de veras, se reclama con seriedad y cordura.
Aunque nunca lleguen a expresarlo, esos cuatro reos habrán quedado muy confundidos al ver con qué pachanga celebraron en La Habana los 15 años de su encierro.


Publicado en la edición  # 291 de La Primavera Digital de Cuba.

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