¿Por quién hay que esperar?
Susana T. Más Iglesias
En la esquina de las calles San Indalecio y
Santos Suárez, en el municipio capitalino Diez de Octubre, se encuentra un
edificio con más de 70 años de fabricado, que desde hace más de dos meses
suelta poco a poco los pedazos de balcones y pone en riesgo las vidas de las
personas que pasen por allí, acudan a la bodega que se encuentra en los bajos,
o vaya a utilizar los servicios del teléfono público que se encuentra en el
portal.
Por esa precisa esquina, la cual queda a
unos escasos metros de la antigua y famosa dulcería “La Gran Vía”, convertida
en un Sylvain, transitan madres y niños que van hacia el círculo infantil o la
escuela secundaria cercana, personas que caminan para llegar a la Calzada de
Diez de Octubre, van hacia el agromercado o a comprar dulces para llevar alguna
merienda a los niños a la hora del receso.
Los vecinos están alarmados. Saben que esto
no tendrá solución en largo tiempo. Para colmo, tienen la desdicha de que esa
circunscripción está sin delegado desde hace algún tiempo, por lo que carecen
de alguien que tenga la suficiente autoridad para elevar la queja a instancias
superiores.
Lo cierto es que no se ha tomado medida
alguna que pueda evitar algún accidente, y aunque no han faltado las quejas a
la Dirección Municipal de la Vivienda y otras instancias, el lugar sigue sin
protección. En caso de que ocurra un nuevo desprendimiento, podría haber
heridos o muertos.
Como se puede observar en las fotos, por
las dos calles que ocupa edificio existe el peligro y es inevitable si no se
toman con urgencia las medidas pertinentes.
¿Podrán los inspectores que por allí
deambulan ayudar en este caso? Alguien debe elevar la queja. Si no ¿por quién
tienen que esperar los moradores y transeúntes habituales del lugar?
susana.mas24@yahoo.com
http://porquedesusana.blogspot.com
http://twiter/coky24i
Publicado en la edición # 289 de la
Primavera Digital de Cuba
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