martes, 7 de mayo de 2013

¡Viva el Primero de Mayo!


¡Viva el Primero de Mayo!


Susana T. Más Iglesias, La Habana 25 de abril e 2013.
Transcurren  los días para la celebración del Primero de Mayo, renombrado como el día de los trabajadores, y para el pueblo solo es otro más de constantes avatares para resolver lo mínimo de alimentos y otros artículos necesarios  en la vida cotidiana. 
Para los que trabajan en entidades estatales, la preocupación es cómo escapar a esa concentración, que aunque se diga no es obligada la asistencia, sí pasan listas a los convocados por el centro de trabajo y citados por organizaciones como CDR, UJC y PCC. Ya algunos han agotado las evasivas de que no tienen con quien dejar a los niños, la vieja, o la casa, que se la están vigilando para robarle. Pretextos se sobran, pero no todos los años se puede escapar de los del sindicato que están al asecho de quién no va, para tenerlo en cuenta,  en la mínima situación ya sea de indisciplina, o de escoger a quién dejar fuera del puesto laboral.
Es de conocimiento que son contados los trabajadores defendidos por sus sindicatos cuando quedan disponibles o son rechazados por las administraciones de forma arbitraria.  Además de los casos en que se discrimina a obreros calificados con larga trayectoria, debido al color de la piel o su orientación sexual.
No importa, ¡Viva el primero de Mayo! aunque los zapatos que se rompan en la caminata no se puedan substituir por ahora, ni que el sol raje las piedras y no haya qué desayunar antes de partir, ese día y todos los restantes.
Tampoco importa que los precios cada vez suban más, que la comida, la vestimenta y el calzado haya que adquirirlos en moneda convertible, (que no todos ganan), ni que los niños sean privados de la leche a los siete años, que la atención médica haya bajado la calidad, ni que en el círculo infantil se repita más de dos veces en la semana el menú de harina y pan o chícharo y huevo duro, o que en los centros de estudios traten de exprimir a los padres para adquirir artículos que es de suponer garantiza el estado, ni que la mayoría de esos mismos que van a desfilar, aparecen en  los listados de distintas embajadas, como solicitantes de visas para salida del país.
Cada pueblo tiene lo que defiende y merece, pero éste, con la doble moral aprendida, gritará eufórico: -¡Viva el Primero de Mayo! Aunque después se lo pasen susurrando críticas por los rincones a nivel de pasillo o en la casa, lo contrario de lo que allí fueron a manifestar.


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