jueves, 30 de mayo de 2013

¿A quién le importa?


Susana T. Más Iglesias, La Habana 18 de mayo de 2013.
La Protección e Higiene del Trabajo en todos y cada uno de los centros laborales, empresas e instituciones, ha sido uno de los argumentos más tratados por las direcciones y secciones sindicales en el país, en las que se han argumentado un sin número de medidas con el fin de evitar accidentes fatales, donde no solo el trabajador puede quedar invalidado para siempre, sino también hasta perder la vida en labores donde no se toman las adecuadas  medidas de protección.
También existen accidentes  provocados por descuido del trabajador o por la negligencia de la entidad empleadora, que a pesar de dar instrucciones y capacitar a los trabajadores, después no les proporcionan las condiciones y herramientas necesarias para cumplir determinadas tareas peligrosas.
Cuantiosas han sido las vidas que ha cobrado la negligencia de no usar la protección adecuada según el desempeño. Y después que el daño ya está hecho  no hay vuelta atrás, solo queda dolor y lamentación para la familia.
He aquí dos ejemplos palpables en que es evidente que ni el jefe de obra o brigada, ni los  miembros del sindicato, ni los del partido cumplen con la exigencia, control y disciplina. Ambos constructores, desempeñan su tarea, expuesto uno a las fuertes corrientes de aire desde una azotea sin barandas, y el otro a un descenso lleno de riesgos sin malla para contener la caída. Ambos carecen de la protección requerida. ¿Quiénes serían los responsables de que estos hechos se convirtieran en lamentables accidentes?
Seguro que los mismos que incitan y designan  a los que integrarán las  brigadas de respuesta  rápida en caso de tener que enfrentar a mujeres que se sienten con la libertad  de salir a las calles a exigir sus derechos ciudadanos. Más importa la ejecución y terminación de la obra, que impedir un desenlace fatal.


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