Helado de basura, no… de Coppelia.
Susana T. Más Iglesias, La Habana 19 de abril de
2013.
Con el inicio de la
semana de receso escolar en la isla, los niños y jóvenes deciden efectuar visitas a museos, parques de
diversiones, centros de recreación, cines y salas de videos, donde pueden disfrutar
de esparcimiento después de una larga etapa de estudios y comenzar los
preparativos para la culminación del
curso escolar.
Algunos prefieren ir a
la playa, aunque aún no estemos en la temporada, otros van al Zoológico, al Acuario
o al Jardín Botánico, y allí se recrean con la flora y la fauna. Pero algunos
niños que prefirieron ir a refrescar el intenso calor de estos días a la
Heladería Coppelia, en la tarde del pasado martes observaron con asombro, que el helado en vez de ser
transportado a las áreas para su despacho en carretillas metálicas higienizadas
como era usual, fueron sustituidas nada menos que por tanques plásticos destinados originalmente al depósito
de basura.
Tal vez estaban
limpios, pero no es mucha la garantía de limpieza que proporcionan los mismos, además
de que es de muy mal gusto ver
transportar alimentos en envases basura.
Hay que carecer de escrúpulos para asimilar esa situación como normal y
no tener en cuenta la mala fama que ha ganado ese establecimiento en la última
década con respecto a la higiene y la atención al consumidor.
Es inconcebible que los
inspectores y autoridades sanitarias en
una zona tan concurrida, a solo unos cientos
de metros de la sede Provincial del Partido y del ICRT (Instituto Cubano de
Radio y Televisión), no hayan tomado las medidas pertinentes en momentos en que
toda la población se encuentra alerta contra el contagio de enfermedades
trasmisibles, que con la llegada del verano se incrementarán.
Esta absurda opción de
transportación de los helados causó asombro a nacionales y extranjeros que por
allí se encontraban, y la empresa que atiende el establecimiento debe resolver
que Coppelia no se convierta en un basurero.
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