Excursiono, o me arrepiento.
Susana T. Más Iglesias, La Habana 17 de
mayo de 2013.
Es
inaudito pensar que alguien se decida, después de apretar el cinturón de la
economía doméstica durante más de dos años, y que cuando al fin llega el
momento de acudir a una oficina de viajes turísticos, sea peloteado y
discriminado sin consideraciones.
La
ética de la atención esmerada en estas oficinas se aprecia solo cuando va un
extranjero, una persona de aspecto adinerado o un criollo o criolla en compañía
de un turista en la isla. De lo contrario, hay que apelar a las más disímiles
demostraciones de parsimonia para no sucumbir en el empeño de lograr lo
deseado.
Si
acude a las oficinas del Buró Turístico ubicadas dentro del Hotel Habana Libre,
como le sucedió a una amiga, persona mayor y de tez negra, que después de
esperar unos cuantos minutos para ser atendida, la empleada le dijo con mirada de pocos amigos:
-¿Tiene
usted memoria?
-No
muy buena, pero traje papel y pluma para anotar…
-
Nooo!, señora, me refiero a memoria flash.
-Ah…
Sí, pero no la traje, pensé que me darían algún folleto o me enseñarían las
ofertas en copia dura para poder escoger y transcribirlas.
-
Bueno debe traer una y dirigirse a las oficinas que están en la parte de abajo
por 23 y allí se las ponen (mostrando en su cara indiferencia y mirando a
cualquier lugar menos a la persona que atendía).
Al
otro día cuando esta amiga, se dirige a la oficina mencionada, la recibe un
trabajador que realiza entre otras cosas,
la función de portero y después de escuchar la solicitud, le pregunta:
-¿Tiene
Ud. correo electrónico? (como si ello fuera algo normal en la población).
-
No, responde rápidamente la señora.
-Entonces
debe esperar allí sentada hasta que se le avise.
-¿Debo
pedir el último de la cola?- preguntó como es habitual.
-
No, no es necesario- y le indicó con un dedo hacia los asientos.
Pasaron
un tiempo en espera mientras los turistas extranjeros eran atendidos con
presteza, hasta que decidió acercarse nuevamente al funcionario y le dice:
-Disculpe
la molestia, pero recordé que mi hija tiene correo, puedo facilitárselo ahora
para que me envíe las ofertas.
-
No, no es necesario, debe llamar al cro. Evelio al 201 98 71, quien es el
encargado de tal gestión.
El
caso es que la reservación que se desea para la próxima semana, al parecer no
se logrará, pues aun ese teléfono da timbre constantemente y ni Evelio ni nadie
atiende al mismo.
Me
pregunto por qué suceden estas cosas después de tanto sacrificio para salir de
vacaciones. La apatía para realizar el trabajo, ronda por las oficinas de atención
al público, que aunque no venga de otro
país, tiene derecho al disfrute de las instalaciones de recreación nacional.
Pero
¿a dónde acudir, si no hay quien le
ponga el cascabel al gato?
Creo
que esta señora si no se arma de una gran coraza de paciencia no podrá realizar
su proyecto vacacional este año.
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