lunes, 30 de abril de 2012

Ausencia de productos en la Red de Comercio

Ausencia de productos en la red de comercio.
Susana T. Más Iglesias, La Habana abril de 2012.

De hacer un recorrido por establecimientos de la red minorista en moneda nacional, usted puede darse cuenta de la ausencia de productos de primera necesidad, lo que perjudica sobre todo a quienes no reciben remesas familiares del extranjero. Entre ellos se encuentran la pasta dental, jabón de tocador, shampoo, vaselina de pelo y frazadas de limpiar piso, todos en falta total.
Si por casualidad está usted incluido entre los beneficiados con acceso al CUC, ni piense que quedará fuera del camina que te camina, en busca de lo que necesita para poner en la mesa a la hora de comer. No tendrá muchas opciones. Solo encontrará muslos de pollo o algún tipo de picadillo; pues el hígado de res también está perdido al igual que los paquetes de vísceras tan presentes en la alimentación del cubano; es notable y comentada la falta de  ofertas en las tiendas recaudadoras de divisas. Lo mismo sucede con las socorridas cajitas de hamburguesas que en caso de apuro, resolvían la situación de inmediato.
Y ni se hable de las galleticas de cualquier sabor o precio que tanto ayudan en el desayuno o merienda de los niños como golosina fundamental y preferida. Si las desea adquirir debe comprarlas a los particulares que las expenden en lugares públicos de la ciudad, como en Coppelia, la Cascada de la calle 23 y otros lugares a donde acuden niños y jóvenes.
Se nota que poco a poco los productos que se mantienen en existencia, son a  los que  menos acceso tiene la población, sea por el precio tan alto, o porque forman parte de exquisiteces como las aceitunas o  pasitas, a los cuales con mucha tranquilidad las amas de casa ya obvian a la hora de confeccionar un plato. También está la desaparición casi absoluta de otros artículos, como culeros desechables para bebitos, toallitas húmedas y las almohadillas sanitarias requeridas por el sexo femenino; sin dejar de observar que todos ellos han subido su costo, disminuida la cantidad, y no está establecido el mismo precio en todas las tiendas aunque pertenezcan a la misma cadena comercializadora.
Hasta con los productos para  animales, como perros se padece este vacío en los departamentos dedicados a ellos además  del alza de los costos.
Esta situación se ha mantenido por más de quince días en La Habana, y cuando usted, esperanzado, pregunta a algún dependiente, este se encoje de hombros o le contesta –no sabemos cuándo volverá a entrar, estamos esperando-, sin ocultar que desea también la llegada de mercancías para al menos no aburrirse dentro de la jornada laboral.
No se sabe qué pasa, pero menos sabemos lo que sucederá de mantenerse esta situación
por más tiempo, pues es sabido que la canasta básica no alcanza, ni aunque la empate con elásticos.


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