lunes, 30 de abril de 2012

Inspectores, Depredadores o Represores en Pandillas Apoyados?

Inspectores, Depredadores o Represores en Pandillas Apoyados?
Susana Más Iglesias, La Habana 19 de febrero de 2012.

Alrededor de la 1:20 pm de esta tarde, se pudo observar con mucha admiración para los transeúntes  y de los que adquirían el pan frente a la tienda “Mimbre” de la calle Monte, cómo dos grupos formados por de más de 5 inspectores integrales apoyados además por policías y dos ciudadanos vestidos de civil cada unos, aspavientosamente se proyectaron sobre dos vendedores de frutas y viandas al unísono estacionados con sus carretillas en esa zona; uno en la misma acera de la tienda perteneciente a la cadena TRD Caribe y el otro al doblar, a unos cuantos metros en la calle San Joaquín. Aquello no parecía una inspección sorpresiva y normal, sino un odioso ataque a esos mercaderes  que  asediaron con preguntas y solicitudes en actitud brusca, no permitiendo que las personas se acercaran e impidiendo la compra a los que lo deseaban.
Uno de los carretilleros muy decepcionado e indignado refería que toda su mercancía estaba legalmente respaldada, que si querían, que se las llevaran, pero que no iba a pagar una multa más, que ya estaba cansado de lo mismo cada cierto tiempo. En  su rostro se reflejaba amargura, impotencia y desconsuelo, porque con toda aquella turba uniformada que le rodeaba, no se atrevía ni gesticular en su defensa, por temor a sabrá Dios cómo pudiera terminar aquello.
Demás está citar que ambos proveedores son de la raza negra, los cuales habitualmente tratan de vender allí su mercancía con buena presencia en su vestuario y  calidad en los productos, incluso muchas veces ceden ante el regateo de alguna anciana  o pepilla coqueta; promueven su gestión de venta. Son atentos, permisibles a que los compradores palpen los productos .El caso es vender lo más  rápido e irse a descansar porque mañana será otro día…
Muchos de  los curiosos allí presentes, que al parecer conocen de buena tinta el procedimiento insistente, señalaban la guagua de color rojo destinada a cargar con los productos que les serían decomisados, alegando algunos que como aves de rapiña el botín fácilmente adquirido, posteriormente se lo repartirían en sus oficinas, ya que nunca llegaban a los Círculos Infantiles, escuelas o asilos de ancianos del la circunscripción o municipio.
Es necesario que se instruya aún más a estos representantes de la disciplina comercial, que su trabajo lo vean  como formativo, no destructivo y mucho menos lucrativo. No es necesario parar la venta mientras se revisan los documentos, ¿lo hacen así en las tiendas recaudadoras de divisas cuando hay inspección?. Para supervisar y hacer funcionar las leyes, decretos y orden no es necesaria la participación en demasía de tantos representantes de la misma entidad, que tal vez sea más efectiva su colaboración en otra actividad, como por ejemplo en las paradas de ómnibus destinados al traslado de la población.

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