Nuevo curso escolar = dolores de cabeza.
Susana T. Más Iglesias, La Habana 19 de septiembre
de 2014.
El inicio del nuevo
curso escolar provoca en los padres la alegría de saber que sus hijos comienzan
una nueva etapa en sus vidas, tanto en el comienzo de asistir al círculo
infantil, escuela o como continuantes de una u otra enseñanza.
Lo difícil que
confrontan los adultos de la casa no es
solamente la búsqueda de uniformes y
calzado, aparte de algunos objetos necesarios como mochilas, capas de agua o
sombrillas para la temporada de lluvias, y algunas libretas más que
complementen las que reciben.
Los dolores de cabeza
comienzan después que programan la
primera reunión del curso.
El Ministerio de
Educación, específicamente este año, en declaraciones a la prensa y entrevistas
concedidas a la televisión cubana además de editadas en noticieros, expuso claramente que las condiciones para la
apertura del año educativo estaban garantizadas.
Sin embargo en muy
pocos centros se cohibieron de exhortar a los padres y familiares de los
iniciantes, como en cada ciclo, a que ¨voluntariamente¨ contribuyan con la compra
de ventiladores, luminarias, llaves para tuberías de agua, pintura, útiles de
limpieza e higiene. Por otra parte en círculos infantiles, por niño o niña la
solicitud se hizo esta vez más exigente: plumones, cartulina, goma de pegar, papel
y lápices (de colores), crayolas, plastilinas y como si fuera poco, cinco
pinceles de distintos tamaños; todo ello equivale a un alto costo que va por
encima de lo que pueda percibir por salario en un mes cada tutor.
Es posible que alguno de
estos centros pueda sufrir el deterioro de aulas y salones, y que no hayan
pasado por un proceso de mantenimiento, pero ¿se rompen o quedan en desuso anualmente
todos los ventiladores que compran los padres?, ¿se destina en realidad a los
niños el papel higiénico que se obtiene?, ¿lo que queda de las recaudaciones y
los efectos rotos hacia qué destino van?
Solo la compra de un
catre impide que pueda adquirirse algún otro objeto en el mes por muy barato
que éste sea. Hay que pensar que nuestra población mayormente está también integrada por madres solteras que responden por
la alimentación del hogar y otras necesidades de la vida cotidiana.
Es contradictorio
escuchar a funcionarios que rigen esa institución enunciar las garantías que
proporciona el estado para la implementación
del sistema educacional y que directores junto a sus claustros de
maestros o educadoras pongan en duda lo expresado, ¿quién dice la verdad?
Si el Ministerio de Educación
pronuncia que tiene cubiertas las necesidades para el inicio del curso, también debería emitir y
circular una resolución donde queden prohibidas
las solicitudes de materiales, objetos y efectos eléctricos para esos
centros, evitando así el desvío y la corrupción por parte de la empleomanía.
De ninguna manera los
inicios de cursos escolares deben convertirse en dolores de cabeza para los
padres.
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